Los oscuros secretos de Paco Stanley
El 7 de junio de 1999 en el Distrito Federal de México sucedió un crimen muy violento que conmocionó al país azteca. Antes del mediodía fue ultimado el famoso animador Francisco “Paco” Stanley con 24 tiros a la salida de un restaurante llamado “El charco de las ranas” en la zona del Periférico Sur.
Los primeros reportes realizados por los grandes medios de comunicación atribuían que el asesinato había sido fruto de la creciente ola de inseguridad que vivía la capital gobernada por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Pero con el transcurrir de los días, se hicieron a la luz vínculos del conductor televisivo con las drogas y el señor de los cielos Amado Carrillo Fuentes.
Paco había vivido dos situaciones violentas en 1998, que anticiparon lo que sucedería al año siguiente. En noviembre, en el restaurante “Las Gaoneras” un individuo sorprendió al locutor en el baño, le apuntó a la cabeza con una pistola y le dijo: “Paco me mandaron a matarte”. Finalmente, le sustrajo el Rolex pulsera y se retiró del lugar.
El segundo episodio violento se dio el 9 de diciembre, cuando la emisora Televisión Azteca realizó la presentación del nuevo programa de Stanley que se llamaría “Una tras otra”, junto a su socio y amigo Mario Bezares. Cuando ambos se dirigían a dicho evento fueron asaltados y golpeados por 2 hombres que se abalanzaron por las ventanillas del coche. Paco había sido el conductor estrella de la cadena Televisa durante más de 20 años, hasta que una broma al dueño del canal Emilio Azcárraga Milmo lo dejaron sin trabajo.
Jorge Francisco Alonso Stanley Albaitero, nació el 3 de julio de 1942. Fue maestro de literatura, abogado y con estudios en psicología, mercadotecnia y publicidad. En 1969, Paco dio un cambio radical en su vida cuando ingresó como locutor a la radio XEX, pero su popularidad explotaría en los años 80 como conductor en el canal 4 en el programa “Nuestra gente” junto a Paco Malgesto, de quien Stantle imitó se estilo televisivo.
Paco tuvo una intensa vida amorosa. Estuvo casado en primeras nupcias con María Solís de la cual nació su primogénito, Francisco Stanley Solís, quien falleció en 1996, de un infarto mientras conducía su coche. Quienes frecuentaban a Paco, comentaron que la pérdida de su hijo fue un punto de inflexión en su vida.
La segunda esposa de Paco Stanley fue Patricia Pedroza, con quien tuvo dos hijos: Francisco y Leslie Stanley Pedroza. Estuvieron casados hasta la muerte de Paco, quien además tenía un hijo extramatrimonial con el nombre de Paul Stanley. La madre de este hijo, era Mónica Durruti, una ex bailarina de su programa de televisión.
Última función
Antes de salir al aire de su último programa, algunos colaboradores comentaron que Paco le dijo a Bezares que estaba harto de algo que no sabía cómo salir, a lo que Bezares respondió: “Tu bien sabes que esos no perdonan”. Estos supuestos dichos serian cruciales para poder entender lo que luego ocurriría a la salida del Charcos de las ranas.
Quienes analizaron la última aparición pública de Stanley, dieron cuenta que sucedieron varios hechos extraños, que llevaría a la cárcel a quienes se los acusó de haber conspirado contra la vida del conductor. Bezares se presentó al programa con una férula en una de sus piernas aludiendo que había sufrido un accidente doméstico, pero que luego, se constató que no era tan grave. Paco estuvo mal de ánimo toda la emisión. Habitualmente, leía todos los mensajes telefónicos, pero a las 08:52 AM no dio lectura a uno de ellos e incluso lo colocó al final de todas las llamadas. Se supuso que fue una amenaza de muerte, igualmente, nunca se comprobó. Un minuto después abandonó el estudio de televisión para dirigirse, supuestamente al baño. Algunos analistas aludieron que salió para consumir cocaína. Regresó diez minutos después, sin el saco porque se sentía nervioso y sofocado.
Al término de su programa, participó unos minutos en el programa “Con el sello de mujer”, acompañado por parte de su staff: Mario Bezares y el periodista de espectáculos Jorge Gil, con quienes minutos después, concurrió a desayunar al restaurante de Periférico Sur. Cuando terminaron el desayuno, Bezares adujo que estaba descompuesto. Stanley, junto a Gil y al chofer Jorge García Escandón se dirigieron hacia la camioneta de Paco. De pronto, del puente peatonal que cruzaba por la autopista descendieron tres hombres (dos con traje negro y uno de gris) que se aproximaron y descargaron 24 tiros, 4 de ellos en la humanidad de Stanley, quien murió en el acto. Jorge Gil recibió dos disparos y fue derivado a un nosocomio cercano, en donde le salvaron la vida. El chofer no recibió tiro alguno.
El procurador Samuel del Villar dio a conocer a la opinión pública los resultados de los análisis periciales: “El informe, elaborado por los peritos forenses después de analizar las pruebas físicas halladas en la escena del crimen, indica que el señor Paco Stanley portaba un envoltorio de cocaína en uno de sus bolsillos traseros del pantalón, asimismo, en la camioneta se encontró un triturador de acero inoxidable comúnmente conocido como “molino”, con residuos del mismo enervante”.
Se abre el velo
La necropsia dio como resultado que Paco presentaba una abertura de tres a cuatro milímetros en el tabique nasal, era sin lugar a dudas, un asiduo consumidor de cocaína. La prueba toxicológica a Stanley y Bezares fue positiva de cocaína.
Un ex colaborador de Paco, el humorista Benito Juárez confirmó que la pareja televisiva consumía habitualmente y que Paco tenía un molino de plástico color verde (que fue encontrado en la camioneta donde lo asesinaron)"para triturar la piedra de droga hasta hacerla polvo y así poder inhalarla en los cortes que ellos mismos realizaban". Además, afirmó que cuando acudían al baño de los restaurantes, era para drogarse, y lo hacían habitualmente.
El chofer, Bezares y una bailarina uruguaya Paola Durante, fueron acusados de una conspiración para matar a Paco Stanley. Estuvieron encarcelados aproximadamente un año y cuatro meses, desde 1999 hasta su liberación en 2001, cuando fueron exonerados por falta de pruebas.
Veintiséis años pasaron y nunca se pudo comprobar quien fue el autor intelectual del crimen ni tampoco los sicarios. Hubo detenciones, falsas acusaciones, pero nunca hubo justicia. Se sospecha que Amado Carrillo u otro algún capo narco fue quien lo mandó a matar por la brutalidad de cómo lo ejecutaron.
El diario Cambio de México en ocasión de un aniversario del asesinato expresó que” la muerte de Paco Stanley no sólo mostró la ligereza moral con la que galopan las estrellitas televisivas, sino que también evidenció la bajeza de la que es capaz esta industria. Lo más triste es que el grueso de televidentes ni siquiera se dio cuenta”. Tan cierto, como triste, los espejitos de colores que nos venden, nos velan de lo que pasa tras bambalinas.
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