La Farmacia Central
Es la farmacia más antigua que conocí, instalada en la calle Entre Ríos 578 (frente al Odeón), (aunque en la fecha en la que se funda, la dirección era Entre Ríos 229-231, pero siempre estuvo en ese lugar, lo que sucede es que las numeraciones eran distintas). En los diarios de esa época figura 231, “frente a Casa Galli” o sea en el sitio donde luego sería el Teatro Odeón y fue fundada en 1878 con el nombre de Farmacia del Comercio por el señor Luís Novello y desde un comienzo, fue uno de los laboratorios más completos y acreditados de la ciudad. Tenía un gabinete para análisis químicos, microscópicos y bacteriológicos y sala de esterilizaciones.
Propios de este laboratorio son tres específicos que tenían mucha aceptación contra la tos, asma y bronquitis: eran el Jarabe pectoral Concordiense para niños, otra fórmula para adultos y las Pastillas pectorales Concordienses. Era muy completa en los específicos de esa época, útiles y artículos para la higiene, antisepsia y toilette; de cirugía, ortopédicos, sueros y vacunas a lo que se agregaba la producción de “oxígeno químicamente puro, mediante nuevo sistema Oxilita”, como decían sus avisos. También agregaba que tenía “despacho exclusivo de las sociedades italianas: despacho gratis para la Sociedad San Vicente de Paúl”
Los específicos preparados por la Farmacia del Comercio fueron galardonados con Primer Premio y Medalla de Plata y diploma en la Exposición Industrial de Concordia en 1908. Don Luís Novello era farmacéutico. Aseguraba la cura de todas las enfermedades del estómago e irritación de los intestinos con los “Cachets Concordienses,” preparados por él. En aquel entonces consultar al farmacéutico era hablar con el “doctor”. Vendía un remedio infalible para el dolor de muelas llamado “Clorotima Cocaína Novello”, también “papelitos de polvos concordienses” para el dolor de cabeza y un “Agua Blanca Condesa” que embellecía la cara, el escote, brazos y manos” (La Farmacia del Comercio tuvo una sucursal, a la que más adelante haré referencia).
En un diario del año 1903 decía que contaba con un alambique especial para la preparación del agua destilada esterilizada. También ofrecía bragueros, gotieras, fajas etc. Anteojos y lentes. Homeopatía del Dr. Humpherys Suero antidiftérico y anticarbuncloso. Don Luís Novello, ya muy anciano vendió su farmacia al Dr. Santiago De Donatis y al quedar vacante su título, fue entonces regente de la Farmacia San Martín, en San Martín y Alvear
Cuando pasó a propiedad del Dr. Santiago De Donatis le cambió el nombre por Farmacia Central conservando su clientela y teniendo también formulas y marcas propias hasta 1925, año en el que se vende. El Dr. De Donatis() pasó entonces a atender el laboratorio de análisis clínicos e industriales que tenía con el Dr. Mario Jermou en la calle Urquiza 546
El comprador fue el Sr. Ernesto Braslavsky. Idóneo de Farmacia Matriculado, así se denominaban o Farmacéuticos Provinciales, que eran personas prácticas en el desempeño del laboratorio a los que se les otorgaba en Paraná una constancia de esa responsabilidad en la preparación de recetas.
Conocí al Sr. Ernesto Braslavsky como así también a sus empleados, prácticos también en la preparación de recetas y atención de enfermería. Se colocaban inyecciones incluso a domicilio. Recuerdo especialmente al Sr. Juan Guattini porque “tenía buena mano” para las inyecciones, como se decía antes.
Luego la farmacia fue vendida al Sr. Araam Moguilevsky, quien tampoco era farmacéutico ni tenía relación alguna con la actividad farmacéutica, ya que su anterior actividad eran las tareas agropecuarias. Lo anecdótico de esto es que Araam Moguilevssky compró un billete de lotería a un conocido vendedor que siempre estaba por la mañana en la puerta del hoy Banco Santander Río al que llamaban Juancho, muy conocido por todos. Y bien, le vendió la grande que en ese tiempo era mucho dinero, con el que compró la farmacia Central, teniendo como regente a una sobrina suya, Teresita Furrer
El destino final de la Farmacia Central, antes del Comercio fue como perfumería ya que el Sr. Moguilevsky se quedó sin regente para su farmacia, y muy a pesar suyo debió liquidar esa parte. Pasó entonces a llamarse Perfumería Central y esta se vio embellecida, ya que afortunadamente pudo continuar con los antiguos muebles de la vieja Farmacia Central, centenaria ya para entonces; y aunque el local sigue siendo el mismo sus dimensiones se han reducido.

:format(webp):quality(40)/https://elheraldocdn.eleco.com.ar/media/2025/12/magazine_garayalde.jpeg)
Para comentar, debés estar registradoPor favor, iniciá sesión