Estamos dejando desaparecer un pedazo de historia de la ciudad
Los otros días, conversando con Marcelo González del Diario El Heraldo, compartíamos la misma preocupación por el destino final de este testimonio de una época de nuestra ciudad caracterizada por el constante progreso. Especialmente porque nuevamente la creciente del río está afectando al vapor “El Pingo” y es este el único vapor a palas que queda en la Argentina.
Todos los demás fueron desguazados y vendido como chatarra.
El viejo vapor “El Pingo” que se encuentra dentro de la propiedad del Club de Pesca Concordia, pero con un grado de deterioro cada vez mayor. Según Mauro Alves da Silva, de Salto-Uruguay, este “Pingo” fue traído por Saturnino Ribes, vasco nacido en Bayona, para sus “Mensajerías Fluviales a Vapor”, que fundara en 1866 y le hacía la competencia a la “Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor”. En 1888 lo compra La Platense Flotilla Co. Ltd. Para 1890 y 1891 y luego es adquirida por “The Argentine Navigation Co. Ltd (o sea Nicolás Mihanovich) y para el año 1916, figura “El Pingo” en servicio
Iniciaba el viaje en Salto con escala en Concordia, Colón, Paysandú, Buenos Aires y Montevideo.
Empleaba 22 horas desde Concordia al Puerto de Buenos Aires.
DATOS DEL VAPOR
Fue construido en Glasgow- Escocia en 1879 como vapor de pasajeros con ruedas laterales por Aitken & Mansell en Witheinch, Glasgow y siguió en servicio según Alistair Deayton hasta 1927, fecha que concuerda con el cambio de nombre del “Corumbá” de 1906 a “Pingo” un año más tarde. Del astillero nada se puede averiguar, porque este cerró en 1889.
Las dimensiones del buque son las del “Pingo” de 1879:
Eslora 98 pies o sea 29.89 metros, Calado 1.8 metros. Manga 7.98 metros y un peso de 226 tm. Propulsado con dos calderas de aceite (motores diagonales compuestos)
El barco está posado en tierra de propiedad del Club y fue allí su sede durante muchos años. Hoy “El Pingo” está en un estado ruinoso (y peligroso, ya que se puede derrumbar en cualquier momento) de acuerdo al informe del Club del 29 de septiembre de 2009. La corrosión ha desgastado todas sus cubiertas, tiene construcción de ladrillos alrededor y adentro también y realmente, ya no es un barco sino un fantasma de los que alguna vez fue. A pesar de que el Club le realiza tareas de pintado y algunas brechas del casco se han tapado con materiales inadecuados.
El “Pingo” está en la ciudad desde 1929 por gestiones del señor Edeño García quien formaba parte de la Comisión Directiva del Club de Pesca fundado el 10 de marzo de 1929.
Llegué a conocerlo en 1957, por una invitación a pescar que me formuló el Dr. David Pitashny en el verano de ese año. Todavía conservaba ehn perfecto estado los camarotes, que usaban los socios para guardar allí sus pertenencias, como remos, salvavidas circulares y chalecos y también el Dr. Pitashny guardaba allí un motorcito fuera de borda marca Scott Atwater de 8 HP, que luego se lo colocamos a un bote. El Club de pesca en ese tiempo tenía botes de chapa para uso de los socios. No recuerdo cuantos tenían, pero eran unos 10 ó 12 en muy buen estado amarrados en la costa.
El barco el “Pingo” en ese tiempo era la única instalación, más un sitio cubierto que tenía parrillas mesas y sillas
La inundación de 1959 se llevó buena parte de los camarotes que algunos conservaban dos camas cuchetas angostas, superpuestas y en un rincón, un pequeño lavatorio, una mesita con jarra y vasos, de los tiempos en que “El Pingo” surcaba las aguas de nuestros ríos, transportando pasajeros, ya que el fluvial, era el único medio de comunicación por la inexistencia de caminos ni de puentes.
Tal vez haya alguna forma de rescatarlo antes de que sea demasiado tarde. Habría que trasladarlo a un sitio donde las crecientes no lo sigan degradando. Se que será muy difícil por el estado en el que se encuentra. Sin embargo, siempre es posible hacer algo en su favor, tal vez desarmarlo en dos o tres partes y armarlo luego en un sitio seguro. Pero no dejemos que desaparezca, como tantas otras cosas, este testimonio de nuestra historia ciudadana.
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