Con mi hermano éramos niños en ese tiempo y solo lo conocíamos por la radio y por la Revista El Gráfico. Lo mismo ocurría con el futbol y con los demás deportes.
Pero como estábamos de vacaciones de la escuela primaria, lo pasábamos en el campo en Federal a aquel verano de 1951.
Un poco decepcionados porque nuestros parientes no habían manifestado interés alguno en ese acontecimiento, que se iba a transmitir por radio desde EEUU
Desde que llegamos, tratábamos de inducirlos a que ese día prendieran una radio RCA Víctor. Como esta era a batería, nos dijeron que la batería de la radio, tenía poca carga porque ese verano, bastante tórrido y sin viento suficiente que accionara el molino Wincharger, así que la batería de la radio tenía muy poca carga. Por supuesto que luz eléctrica no había en el campo, que estaba a unos 15 kilómetros de Federal, lo cual no era extraño, porque en Federal, en ese tiempo, tampoco había luz eléctrica. 
Recién llegaría diez años después, en 1961
Confiábamos en que lo que tenía de carga, nos permitiera escucharla. La transmitía Radio El Mundo relatada por Fioravanti. Recuerdo que era un día viernes 5 de enero de 1951.
Finalmente conseguimos interesarlos en lo que iba a ocurrir ese día. Pusieron la batería en el molino para ver si ganaba algo de carga, pero, no había caso. De a ratos veíamos moverse al molino, pero enseguida se detenía.
Hasta que llegó la hora de la pelea. A pesar de que tenía una antena de 15 metros, se oía bastante mal, hasta que pudimos oír que estaban dando los pesos, pero allí sucedió que la carga se agotó y no se oía nada, sin embargo, las válvulas de la radio seguían encendidas, aunque se ve que no era suficiente. Entonces el tío Ramón nos dice: —Gurises, vayan al galpón y saquen la batería de la chatita. En el tablero de las herramientas hay una llave 12, que es la que anda en la tuerca. Lleven la linterna—
Salimos volando para el galpón y, sin mayor inconveniente, la sacamos. Era de 6 voltios, que era la que se usaba.
La colocamos en la radio y tuvimos que esperar a que se caliente hasta que cobró vida la voz de Fioravanti y de los comentaristas.
La pelea había terminado. Ganó Ike Williams por KOT en el primer round.  La pelea duró solo dos minutos y nueve segundos.
Gran decepción, por supuesto. Lo que más influyó en esa decepción fue un mal entendido, por las expresiones del narrador de la pelea.
Al parecer, Fioravanti fue con Dante Panzeri a la concentración para ver su entrenamiento. El comentario que mereció la visita fue que el estado era deplorable. Había estado de festejos (a su costa, por supuesto con los amigos del campeón)) desde su triunfo sobre Terry Young y que su entrenamiento no estaba en línea con su desproporcionada euforia ganadora. Él era así. Y así le fue.
También comentó Fioravanti que no podía ir desguarnecido a pelear con un boxeador como Williams que lucía impecable y era un temible contragolpeador.
Luego de muchos años vi la filmación de la pelea y se me aclaró lo que quiso expresar el comentarista. Gatica inició el combate lanzando golpes como él sabía hacerlo y Williams, más alto y con los brazos más largos, bloqueaba trabando mientras esperaba su oportunidad. Hasta que la oportunidad llegó y colocó un uppercut de zurda en contragolpe con gran precisión y el “Mono” cayó, aunque se levantó enseguida, pero visiblemente sentido y allí le colocó otro golpe y nuevamente cayó Gatica, quien volvió a levantarse, hasta que solo faltaba el remate, que vino enseguida y fue KOT en el primer round.
El combate solo había durado dos minutos y nueve segundos.
Sin duda allí comenzaba el fin de la exitosa carrera boxística de Gatica. Lo que vino después fueron algunos triunfos y derrotas frente a rivales sin muchos lauros que preanunciaba la decadencia de uno de los más conocidos y populares boxeadores argentinos.

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AUTOR

Darío H. Garayalde

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