Mensaje de Navidad: llamado a la paz, la esperanza y la comunión

Durante la celebración, el prelado evocó el relato del nacimiento del Salvador en Belén y llamó a “escuchar con los oídos del corazón” el anuncio de los ángeles: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. En ese marco, remarcó que la Navidad es la celebración del don más profundo que trae Cristo: la paz verdadera.
Citando al apóstol San Pablo, recordó que “Cristo es nuestra paz” y señaló que ese regalo se expresa en el anhelo de paz en los corazones, en las familias —siempre necesitadas de amor, diálogo y comunión—, en la sociedad y en el mundo. En este sentido, Zurbriggen no dejó de mencionar el sufrimiento de los pueblos afectados por la guerra, especialmente de las familias y niños que padecen las consecuencias de decisiones tomadas por los poderosos.
El obispo exhortó a pedirle al Niño Dios la gracia de ser constructores de paz, retomando palabras del papa León XIV, quien afirmó que la paz comienza en cada persona, en la manera de mirar, escuchar y comunicarse con los demás. En ese sentido, llamó a rechazar las palabras agresivas y los gestos hirientes, incompatibles con un corazón cristiano.
Finalmente, recordó que esta Navidad se celebra en el cierre del Año Jubilar, que convoca a los fieles a ser peregrinos de la esperanza. Definió la Navidad como la fiesta de la esperanza cristiana, al contemplar al Niño Dios como el signo del amor infinito y misericordioso que asegura la salvación. En ese espíritu, animó a vivir momentos de oración ante el pesebre para experimentar la ternura de Dios y contagiar la alegría de la fe.
El mensaje concluyó con un saludo de bendición y un deseo de una Navidad llena de paz y esperanza para toda la comunidad.