Desde la medianoche, los fieles comenzaron a congregarse para honrar a su patrona. La jornada abrió con una misa celebrada por el grupo “Peregrinos bajo la luz de las estrellas”, una comunidad que desde hace años se suma con su testimonio de fe a esta tradicional celebración. Luego, a las 7 de la mañana, el rezo del Santo Rosario y laudes dio inicio formal al día festivo, dejando el templo abierto para recibir a quienes se acercaban a rezar, visitar los stands pastorales y participar del rosario cada hora.
Uno de los momentos más significativos de la jornada fue el traslado de la imagen de la Virgen al playón del Hospital Masvernat, a las 11:00. Allí, como signo misionero, se buscó acercar la presencia maternal de María a los enfermos y sus familias, brindando consuelo y esperanza a quienes más lo necesitan.
Por la tarde, la emotividad se redobló con la peregrinación que partió desde la parroquia San Pedro Apóstol, animada por los grupos de catequesis. Entre ellos, se destacó la participación del grupo de “Pastorcitos”, niños y niñas de entre 4 y 6 años que rezan semanalmente el rosario por la paz. La caminata culminó en el templo de Nuestra Señora de Fátima, donde se celebró la misa jubilar, presidida por el padre Marcelo Charles Mengeón y concelebrada por el párroco Gustavo Muchiutti y el padre Dante Postai.
La jornada culminó con la misa central a las 20:00, presidida por el obispo diocesano, monseñor Gustavo G. Zurbriggen, y transmitida en vivo por la Fundación María de la Concordia. El templo colmado de fieles fue testimonio de la devoción popular, del profundo vínculo de los creyentes con la Virgen y de una comunidad viva que se une en la fe. Tras la eucaristía, una cantata en honor a la Virgen puso el broche final a una jornada que quedará grabada en el corazón de la comunidad.