En el Tedeum solemne por el 215° aniversario de la Revolución de Mayo, los obispos de las diócesis argentinas hicieron un llamado a buscar no solo el propio interés, sino también el de los demás, pidiendo que el 25 de Mayo sea un momento de reflexión, oración y compromiso sensato para edificar una patria fundada en la roca firme del amor de Dios manifestado en Jesús.

El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió el Tedeum en la Catedral Metropolitana, donde hizo un llamado a la fraternidad y la tolerancia.

"Manos a la obra entonces, pero unidos, como pueblo, más allá de las legítimas diferencias", pidió frente al presidente Javier Milei, la vicepresidenta Victoria Villarruel y el jefe de gobierno porteño Jorge Macri.

El cardenal Ángel Rossi SJ, arzobispo de Córdoba, también llamó a la unidad y la fraternidad. En una entrevista con Radio Mitre Córdoba, recordó que la Argentina sigue necesitando reconciliación, gratitud y afecto para superar sus divisiones.

La Catedral de Corrientes fue escenario del tradicional Tedeum, presidido por el arzobispo José Adolfo Larregain OFM, quien en su homilía llamó a honrar la memoria de los próceres con un compromiso activo por la justicia, la unidad y la paz social, frente a un presente marcado por divisiones y desencuentros.

En Paraná, el Tedeum fue presidido por el arzobispo Juan Puiggari en la Catedral Nuestra Señora del Rosario. Reflexionó sobre el compromiso social, el respeto mutuo y la esperanza:

"Es imprescindible la reconciliación para poder aspirar a una Nación que tenga pasión por la verdad y compromiso por el bien común", sostuvo.

En La Plata, el arzobispo Gustavo Carrara presidió el Tedeum por el 215° aniversario del primer gobierno patrio, y manifestó:

"Es necesario apelar a un proyecto que ponga en el centro la dignidad de cada persona humana".

En la Catedral de Tucumán, el Tedeum fue presidido por el arzobispo Carlos Sánchez y concelebrado por el obispo auxiliar Roberto Ferrari, quien tuvo a cargo la homilía. Allí pidió no ser indiferentes ante el dolor ajeno, tender puentes y trabajar por una Patria que abrace y devuelva la dignidad.

En Santa Fe de la Vera Cruz, el obispo auxiliar Matías Vecino, junto al arzobispo Sergio Fenoy, presidió la misa por el 25 de Mayo. En su homilía pidió:

"Hacernos cargo del conflicto y trabajar por la unidad".

Por su parte, el obispo auxiliar de Mercedes-Luján, monseñor Mauricio Landra, destacó la importancia de la unidad y la gratitud, recordando que

"Debemos ser responsables pero generosos", y alentó a gobernantes y ciudadanos a trabajar juntos por el bien común, valorando el legado de quienes nos precedieron y poniendo la confianza en la fe, con la Virgen de las Mercedes como ejemplo de servicio.

Finalmente, en La Rioja, el obispo Dante Braida presidió el Tedeum en la Catedral y Santuario San Nicolás de Bari. Allí propuso como guía el Evangelio del Buen Samaritano, señalándolo como un camino

"claro y contundente para fomentar la paz y construir la amistad social", en sintonía con la encíclica Fratelli tutti del papa Francisco.

 (AICA)