Rayos de esperanza
Frente al caos, la destrucción, la catástrofe que estamos viviendo, asoman rayos de sol, un sol tenue frente a la magnitud del sufrimiento, pero que alumbra al futuro, un horizonte de esperanza, de vida cuando todo pase y haya que reconstruir desde los escombros un nuevo hogar para el deseo. Encontramos todos los días, dispersos, fragmentados, aquellos ladrillos con los que se irá edificando el sueño de una nueva Patria, de un Universo habitable, en que las personas no quieran huir despavoridas, desesperadas, hacia la nada. Esos materiales se argamasan con solidaridad, amor, sensibilidad.
En estas semanas veo personas que hacen cosas, cotidianamente, extraordinariamente. En la ciudad de Federal un grupo de voluntarios y sobre todo, voluntarias para la prevención del suicidio “Acción por la vida” realizaron una intervención artística en la pasarela del ferrocarril, con frases de ánimo e información de los recursos de ayuda que tiene la comunidad. En Concordia también, todo el tiempo, mis compañeros de “Lazos en red”, trabajan silenciosamente en talleres de tejido, de expresión para contención de adolescentes, de acompañamiento terapéutico grupal, de charlas en las escuelas y cada uno de ellos y de los que van, se sienten menos solos, construyen mundos inclusivos, se pone en escena, sólidamente, la solidaridad, aquello que nos da fe en el hombre, en la humanidad y en la vida. Una vez cada dos semanas, personas nos reunimos a leer y compartir una sensibilidad que solo puede percibirse en ese espacio, intrasmisible. Nombramos ese espacio como “Leer por leer”, parece nimio, un poquito, un fueguito, pero recordemos a Galeano con sus fueguitos, con el hacer cosas bellas, en todos lados, multiplicarlos y ver que el mundo puede volverse atractivo y tierno. Cuanto placer encontrarse, hablar, respetarse, conectar las emociones que fluyen como miel de las lecturas, o conmocionan como un fuerte vuelco al corazón cuando se trata de la tristeza o la indignación, el dolor o la angustia, pero siempre en la búsqueda de una conexión humana, de un diálogo y una comunicación interhumana que nos reconozca, que rescate una sensibilidad que nos eleva, que sublima lo mejor que tenemos, los sentimientos más elaborados y complejos , que nos emocionan y afirman en una búsqueda de humanidad que compartimos.
Así encontramos una vez más, frente al frío intenso, y a las personas que habitan ese infierno sin límites de las calles, donde no hay adentro, donde el afuera hostil y violento se lleva la vida, la vida de las personas que han muerto de frio, en las calles, personas que se agrupan por una “Argentina humana”, hermoso nombre para el nuevo edificio, aquel que se va a construir, que tenemos que construir, un grupo de personas que pertenecen a “Patria grande” (para quien quiera participar tiene que comunicarse con Nadia al (3454)163368, que los martes cocinan para los que están con frío, hambre y desamor, para quienes están deprimidos sobreviviendo, sobre-muriendo las calles, solos, abandonados, allí están, dándoles comida, afecto, atención médica, en un gesto humano que nos reivindica con nuestra especie, tan llena de contradicciones, a veces horrorosas, nos concilian con la esperanza, con el anhelo de superar el desquicio y re encontrarnos con un mundo acogedor, del que nadie quiera partir decepcionado, un mundo que rescate ese costado mejor que tenemos, ese que lucha por imponerse a la fiera que nos habita, ese que finalmente se impondrá, qué duda cabe, pero que ahora, como débiles rayos de sol, asoman en estos pequeños estremecimientos de lo cotidiano, en estas pequeñas e inmensas expresiones de la solidaridad y la empatía, hasta que el sol queme tan fuerte como el amor, como la esperanza y el deseo.
Para comentar, debés estar registradoPor favor, iniciá sesión