Polacos en Argentina
El pasado día 4 de septiembre, se ha conmemorado en todo el país el día del inmigrante, fecha más que importante además de simbólica para uno de los países que ha recibido más inmigración en el mundo como el nuestro. Nuestra comunidad, la polaca, tiene presencia desde el año 1896, cuando las primeras familias arribaron a la provincia de Misiones. De hecho, el 8 de junio ha sido instituido como el día del colono polaco desde el año 1996, al cumplirse un siglo de la llegada de los primeros.
La colectividad polaca es muy importante en Argentina, siendo la tercera en números de origen europeo, tras la italiana y española superando el medio millón de descendientes en todo nuestro territorio.
Polonia ha tenido una historia extremadamente difícil, de hecho, es llamado en muchas ocasiones como el país de las mil invasiones en términos históricos. En tiempos de la unión con Lituania (siglos dieciséis hasta fines del dieciocho), ha formado el Estado continental más grande del occidente europeo. Fue a fines de ese período, el tres de mayo de 1791, donde fue sancionada la histórica constitución, una de las primeras del mundo que abolía formalmente la servidumbre en toda la extensión territorial.
Párrafo aparte merece, además, la enorme tolerancia religiosa del Estado, que ha sabido cobijar a lo largo de su historia a muchas minorías perseguidas como los armenios y los judíos, estos últimos habiendo llegado en sucesivas oleadas y encontrando siempre un lugar para poder vivir manteniendo su religión, sus costumbres y tradiciones. Como dato sobresaliente, a fines del siglo dieciocho, más de dos tercios de toda la población judía del mundo habitaba en suelo polaco.
Los polacos han protagonizado numerosas gestas a lo largo de su extensa existencia, la lucha contra los turcos para poder liberar Viena del asedio en el año 1683, al lado de Napoleón luchando desde España hasta Rusia en el marco de las campañas napoleónicas, pero otros hechos heroicos posteriores dieron más renombre al heroísmo de Polonia. Durante el año 1944, hubo dos acontecimientos fundamentales: la batalla de Monte Casino, y el levantamiento de Varsovia.
El primero, librado el día 18 de mayo, culminó con la liberación de este paso obligado en el sur de Italia para poder llegar a Roma posteriormente. La cruenta batalla se cobró la vida de cientos de compatriotas en una misión prácticamente suicida al avanzar cuesta arriba ante el disparo incesante de las ametralladoras alemanas.
El segundo, que comienza a las cinco de la tarde del primero de agosto, culmina el día tres de octubre. Durante más de dos meses, la población civil de la ocupada capital polaca se rebela contra la ocupación nazi y pese a la absoluta desproporción de fuerzas y armas, sostiene una lucha encarnizada calle por calle contra el invasor alemán. El día tres, ya completamente agotadas, deben rendirse y capitular a fin de evitar un daño mayor a la ya de por si destruida capital.
Ambos hechos son muy caros al corazón y sentimiento de todos los polacos, y son recordados todos los años en Polonia y en cualquier parte del mundo en que se encuentren descendientes polacos, y son solo una pequeña gran muestra del enorme heroísmo de su pueblo, y su afán irrenunciable por la libertad propia y ajena, ya que han muerto muchos polacos librando luchas y batallas fuera de su territorio para asegurar ese bien tan preciado y que no se negocia: la libertad.
“Por nuestra y vuestra libertad” es un lema que hemos levantado en cada batalla y lucha moderna.
¡Nada más exacto!
Por Gustavo Sterczek a través de Asociación Civil Polska Concordia
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