La creencia general es que la poda de árboles se debe realizar en otoño, ni bien caen las hojas, técnicamente la mejor época de poda es el fin de invierno, antes que comiencen las brotaciones.
PODA O ESCAMONDO?
Si bien en los árboles estamos acostumbrados al término de poda, técnicamente existe también el término de escamondo o escamonda, el cual usualmente se aplica en España a una eliminación total de ramas inútiles o indeseables, sea por causas sanitarias o de mejoramiento del fuste, mientras que en la poda puede haber recortes de ramas, existiendo distintos tipos de podas según el objetivo, como: de formación, de rejuvenecimiento, de fructificación, etc
Si bien la mejor época de poda es válida para todo tipo de árboles, nos referiremos a los forestales cultivados, en especial los eucaliptos, predominantes en la zona.
PORQUÉ FIN DE INVIERNO
Los cortes efectuados para quitar ramas generan una herida que debe cicatrizar lo antes posible, para evitar la entrada de patógenos y generar cuanto antes madera libre de nudos, por ello el podar en otoño deja una herida difícil de cerrar dado que cesa o disminuye la actividad del árbol, mientras que el podar antes que broten las hojas, o comience la primavera, tiene por objetivo tener una rápida cicatrización limpia, de poco espesor, y que, con el inicio de la actividad, genere por sobre ella madera libre limpia, o clear, libre de nudos, que es de mayor. La gran cantidad de superficie de arboles a podar hacen imposible concentrarla solo en esta época, pero indudablemente es la más adecuada, a la que se debe apuntar.
¿QUE PRODUCE LA PODA?
Los árboles crecen generando continuamente capas de madera una sobre otra en todo el fuste y las ramas, como si fueran las capas de una cebolla que recubren a todo el árbol. Cuando se forma una capa y se encuentra con una rama viva, va a tener que desviar su grano, y si está seca se va a interrumpir dando origen a los nudos muertos. (si están secos y despegados de la madera, pueden saltar dando lugar a agujeros en la madera)
Cabe comentar que los arboles tienen crecimiento secundario, es decir que se van engrosando en capas, que son los anillos y por eso crecen en diámetro y en altura, por lo cual, sus ramas siempre se van a encontrar a la misma altura del suelo. Por ello si se busca dejar la parte inferior del fuste sin ramas, debemos eliminarlas pues estas nunca van a subir dejando madera limpia bajo de ellas.
El cortar al ras las ramas en las forestaciones, va a resultar en que, por sobre el corte y su cicatrización, se genere madera nueva, sin interrupciones, lo que se da en llamar madera limpia o libre de nudos. Por lo que, cuanto más temprano se realice se tendrá mayor cantidad de madera libre de nudos, que es de mayor valor que la madera con nudos ( o nudosa)
(Este crecimiento en capas de evidencia al colocar un clavo en el fuste de un árbol, ya que, durante toda la vida del mismo el clavo se va a encontrar a la misma altura del suelo que cuando se lo colocó…, y pudiendo darse el caso que sea cubierto por esas capas nuevas de madera, con lo que se dice que el árbol se “tragó la el clavo” , cuando en realidad es que lo cubrió con madera, )
CÓMO SE DEBEN PODAR LAS FORESTACIONES
El criterio principal es fijar el objetivo de cuánta madera sin nudo se desea en diámetro y en qué largo del fuste, ya que las ramas cortadas o nudos, quedarán confinadas en el cilindro central del tronco, lo que se da en llamar “corazón o cilindro nudoso”. se debe fijar la altura hasta donde llegar con ese cilindro según el largo de trozas libre de nudos se quiera lograr. Usualmente se busca obtener un corazón nudoso de 10 a 12 cm de diámetro, en eucaliptos. Cabe acotar que ese corazón en los árboles cultivados se generó en los primeros años de vida, y se denomina “madera juvenil”, la que en eucalipto es notoriamente de baja densidad, y de baja calidad, por lo que los nudos centrales se encontraran en madera de poca calidad.
En cuanto a la altura se fija en función de las trozas deseadas, siendo las usuales las bajas, de 2,5 m de altura del suelo (pueden dar una troza de 3 m al llegar a la primer rama viva) , medias, de 4,5 m (con trozas de hasta 5 m), y en casos muy específicos, de empresas integradas plantación- industria, y con destino claro a la mayor obtención de madera libre de nudos, su puede llegar hasta 9 m de altura.
La forma de podar debe ser en etapas para no comprometer el crecimiento del árbol, pues se cortan ramas vivas para que no generen nudos muertos (El INTA tiene varios ensayos de podas y su incidencia en el crecimiento y el rendimiento industrial, recomendando, en términos generales, no extraer más del tercio de la copa, para no comprometer el crecimiento (la copa es la fábrica de crecimiento…)
Por ello se comienza cuando el árbol alcanza un diámetro de 8 cm a 2,5 m de altura del suelo (se calcula 2 cm de cicatrización) y se continúa cuando se llega a 8 cm en la segunda altura deseada (p.ej. 4,5 m cuando a esa altura se llega a 8 cm de diámetro), quedando así siempre un cilindro central nudoso de 10 cm.
PORQUÉ PODAR
El motivo principal de la poda es el generar de madera de buena calidad libre de nudos (INTA ha estudiado el significativo mayor rinde de tablas de buena calidad tanto en aserrado como en debobinado, a partir de madera podada), lo que permite emplear la madera en industrias de mayor valor agregado, en especial de madera maciza, como el caso de mueblería, aberturas, molduras, machimbres, madera estructural, vigas y tableros laminados incluso en el debobinado para tableros. Es de destacar que en el primer tercio del árbol se puede tener el 80% del total del valor del mismo.
La no presencia de nudos es deseable en varios procesos, como en el caso de los postes, que castigan la presencia de nudos, , como así también facilitan el descortezado de los rollizos. Los nudos, en especial los muertos, son uno de los principales defectos que castigan en las clasificaciones de madera, sea visual o estructural.
En otro sentido la poda, en especial la baja, corta la posibilidad que en incendios el fuego escale a las copas a través de las ramas bajas, siendo que el mantener el monte limpio facilita su acceso, monitoreo y mantenimiento.
EL FUTURO
Si bien esta práctica el INTA viene recomendándola desde ´hace 40 años (ver imagen), siempre existe la paradoja de “no podo porque no sé si me van a pagar mejor la madera”, la cual viene desde la época en que el eucalipto solo se destinaba para tablas de encofrados, las que no requieren calidad. (actualmente la ley 25080 tiene subsidios a esta práctica, la que de por sí no es muy onerosa, y genera ocupación de mano de obra)
Por ello es que se tiene que considerar que, si se quiere que la región progrese con usos de mayor valor agregado, se debe generar una masa crítica de madera de calidad con menos nudos, que es la materia prima necesaria para que se instalen estos tipos de industrias, con todos los beneficios que ello conlleva (en este caso , “el huevo o la gallina”, no es una opción, primero debe estar la madera, antes que la industria)
Las existencias actuales de plantaciones, la posibilidad de su certificación ambiental, y el actual empleo del eucalipto grandis en usos solidos de calidad, con una apariencia similar a las maderas nativas, ha dado que en el ámbito forestal se la designe como “la madera del futuro”. El futuro dirá….
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