Armas, ruleta y cárcel
¿De qué les sirve a los jóvenes la disminución de la edad mínima de la tenencia de armas de fuego de 21 a18 años? ; ¿En qué benefició a los estudiantes el veto del Presidente de la Nación a la Ley de financiamiento de las Universidades públicas?; ¿De qué modo ayuda a los adolescentes el veto que el gobierno nacional tiene preparado para la Ley de prevención de la ludopatía juvenil y la regulación de las apuestas en línea? ; ¿De qué modo ayuda a la seguridad ciudadana y a la inserción social de los jóvenes en conflicto con la ley penal la disminución de la edad de imputabilidad que propone el oficialismo y sus aliados? ;¿Qué ley o medida de gobierno conoce, estimado lector que este año haya estimulado el desarrollo y las posibilidades de realización personal y colectiva del sector juvenil en nuestro país?
Las respuestas son sumamente alarmantes y, si bien no necesitan grandes explicaciones, vamos a hacer un breve análisis de las mismas. La tenencia de armas de juego incrementa la violencia y la muerte y no tiene ningún beneficio para los jóvenes, solo lo tiene el Mercado de la venta de armas. La sociedad norteamericana sufre la política de liberación de la venta de armas a través de trágicos tiroteos que alguna persona desquiciada propicia-cada tanto- en lugares públicos, así como el aumento de la violencia y los homicidios. Está también comprobado que la liberación de la tenencia de armas, o las políticas que la estimulan, es un factor que aumenta los suicidios, así como la restricción de la misma los disminuye. Así de simple.
Respecto de la ley de prevención de la ludopatía y la regulación del juego en línea que Milei prometió vetar, es una respuesta a cifras alarmantes de adicción al juego virtual en jóvenes. De las investigaciones al respecto resulta que cuatro de cada diez jóvenes entre los 15 y los 19 años realizan apuestas online. En nada favorece a nuestros chicos el veto de una ley que los protegería. El veto beneficia, si, claramente a los promotores del juego, legal o ilegal asegurando las cifras millonarias que ganan. Perjudica además por el incentivo de una educación para la timba financiera en lugar de la producción y el trabajo.
Quienes trabajamos alguna vez en penitenciarías tenemos claro que las cárceles son depósito de pobres y que el delito es una clara consecuencia de la desigualdad económica y social. Sin embargo quieren encerrar tras las rejas casi a niños. No existe en el gobierno la misma determinación para resolver el hambre que afecta a un millón de niños que –con suerte- se va a dormir con una sola comida.
El veto a la ley de financiamiento universitario tiene por fin desmejorar sino impedir las posibilidades de ascenso social de los jóvenes, de realizar sus ideales de estudio y de crecimiento profesional, para aportar los conocimientos que necesita el país. Las leyes de precarización laboral profundizan la explotación y el empleo, las condiciones del trabajo en negro, la total desprotección de los jóvenes, las largas pruebas en los que van supliendo la mano de obra barata con otra más barata. Todas estas políticas configuran una forma de abolir los sueños, de eliminar la posibilidad de elaborar proyectos de vida, de horizontes del deseo en los jóvenes, de trabajar, formar una familia, tener una vivienda digna, para someterlos, en el mejor de los casos, a una lógica de la subsistencia, al instinto de la supervivencia. ¿Cómo haremos para transmitirles a los muchachos, nosotros, los adultos, el “gusto por vivir”, como dice Edgar Morín que es nuestra responsabilidad hacerlo?. ¿O acaso usted cree, lector, que es una casualidad que el suicidio sea la segunda causa de muerte en los jóvenes entre 15 y 24 años en nuestro país? ; ¿Acaso cree que el problema de los consumos problemáticos y las adicciones a las sustancias que infestan a los chicos esté desvinculado de estas políticas?; ¿Cree casualidad el crecimiento de la ludopatía virtual de los jóvenes en un país en el que el Presidente se presenta como un especialista en desarrollo económico con o sin dinero y propone un modelo basado en hacer plata con plata, es decir, la timba financiera?; ¿Cree fruto del azar que los emergentes subjetivos y sociales en los jóvenes se expresen en todas las formas de violencia, hacia el otro o uno mismo, como los delitos de subsistencia , el alcoholismo y la ludopatía como evasión de una realidad dolorosa, las depresiones, la desesperación, la desesperanza, la autolesiones y el suicidio?.
Me da pena que una parte de la sociedad adhiera a estas medidas de destrucción de nuestros pibes, por medio de políticas que exterminan sus sueños y proyectos. Hay un daño irreparable que se le está haciendo por lo menos a una generación, en la que más allá del Gobierno, hay una sociedad que con su complicidad, connivencia o indiferencia, lo está avalando.
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