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    Noventa años sin Carlitos

    Noventa años pasaron de la muerte del mayor ícono del canto nacional Carlos Gardel en la tragedia sucedida en el aeropuerto Olaya Herrera de la ciudad de Medellín, Colombia, en la cual perdieron la vida diecisiete personas.

    05 de julio de 2025 - 23:00
    Noventa años sin Carlitos
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    Gardel vivió cuarenta y cuatro años. Nació en la ciudad francesa de Toulouse, el 11 de diciembre de 1890, siendo su verdadero nombre Charles Romuald Gardès. En 1893 viajó hacia Buenos Aires junto a su madre Berthe Gardès. 
    Sobre quien fue su padre se tejieron miles de historias. Algunos historiadores dicen que (los de origen uruguayo) fue Carlos Félix Escayola Medina un militar uruguayo, político, fundador del periódico El Heraldo y del teatro Escayola de Tacuarembó. Teoría alimentada por un documento del país oriental encontrado de Gardel, donde decía que su ciudad natal era Tacuarembó. Los biógrafos que sostienen que nació en tierras europeas, afirman que ese documento fue tramitado en Uruguay para que Gardel no realizase el servicio militar en Argentina.

    Un poco más de luz o de confusión podemos encontrar en el reportaje efectuado al diario Crónica en el 30 aniversario del fallecimiento del  “zorzal criollo”, por la señora Adela B. de Defino. Ella era la viuda de Armando Defino, quien fuera el administrador de los bienes del “mudo”, a partir de la muerte de doña Berthe en 1943. La Sra. Defino afirmó que el padre de Carlitos “se llamaba Paul Laserre y pertenecía a una familia adinerada de la ciudad de Toulouse”.

    Gardel padeció de tos convulsa en el viaje en barco hacia nuestro país, se crio en el barrio del Abasto, siendo su madre el pilar fundamental en su vida. Doña Berta le brindó amor y una educación ejemplar, en tiempos donde una mujer con un hijo natural era una deshonra. Gardel sobresalió por su voz única y su modo de interpretar las letras tangueras. Una de las características más extraordinarias fue que podía cantar durante largos períodos sin cansarse ni mostrar un desgaste en la voz. En la escala musical era barítono, su voz se encontraba en la tesitura media, entre el tenor y el bajo. Entre los años 1912 y 1935, grabó 969 canciones, actuó en 10 películas y otros tantos cortos. Isabelita del Valle fue su gran amor, como lo fueron los burros y el Racing Club.
    El 16 de diciembre de 1915 en un festejo efectuado en el Palace de Glace fue herido de bala en el pulmón. La munición nunca fue retirada del cuerpo del cantante, reapareciendo en la autopsia realizada en Colombia, que fue interpretada como una pelea con su socio Lepera en el avión, minutos antes del accidente aéreo.
    Gardel nunca conoció el Obelisco porteño, a pesar de que existe una pintura en el bar “Los Inmortales” donde ambos se funden como símbolo de la más auténtica porteñidad. 
    Carlitos se fue de Buenos Aires, el 7 de noviembre de 1933 para nunca más volver. Nos imaginamos escuchando su tango homónimo, pensando en un regreso a la patria, que nunca ocurrió. Partió en principio con destino europeo, para luego recalar en los Estados Unidos y realizar algunos films. La gira artística seguiría por Latinoamérica hasta el final precipitado en Colombia.
    No quedaron registros oficiales, por lo que se cree que la última actuación en nuestro país ocurrió en el Teatro 25 de mayo del barrio de Villa Urquiza, en setiembre de 1933, ya que en el mes de octubre cantó en Salto, Uruguay.

    Gardel en Salto
    Gardel estuvo en la ciudad uruguaya desde el 23 al 25 de octubre de 1933. Se alojó en el Gran Hotel Concordia, en la habitación 32. La misma, en la actualidad se encuentra vedada para albergar huéspedes, convirtiéndose en un museo de una pieza con objetos de la época y otros que supuestamente pertenecieron al artista. La 32 se puede observar desde la vereda de la calle Uruguay. Carlitos consumió en su estadía en el hotel: cinco whiskies y algunas botellas de agua y vino.
    El extinto Cine Ariel sito en la misma calle del hotel fue el testigo de la actuación del “troesma” en Salto, quien se presentó junto a los músicos Héctor Pettorossi, Guillermo Barbieri, Ángel Riverol y Julio Vivas. Una multitud se congregó en la vereda para saludar al artista. El público que asistió al evento pagó un peso, que a pesar de que era una entrada cara para la época, fue barata, porque el concierto se extendió dos horas más de lo previsto.

    ¿Cuándo nació el mito de Carlos Gardel?
    El mito nació a partir de su trágica muerte, aunque su figura ya era ampliamente reconocida y admirada. Su muerte súbita, generó una gran conmoción, alimentando la leyenda, especialmente en Argentina y otros países de habla hispana. La gran cantidad de enigmas sobre la vida de Gardel contribuyeron a la construcción del mito, generando debates y especulaciones que perduran hasta hoy.

    El filósofo y sociólogo Juan José Sebreli en su libro “Comediantes y mártires” fue una de las voces más críticas sobre el mito gardeliano. En el ensayo. Analizó la figura de Gardel, distinguiendo al artista excepcional del mito creado a su alrededor que surgió después de su muerte.

    El peor final para el hombre que cada día canta mejor
    El 24 de junio de 1935, Carlos Gardel junto a 16 personas fallecieron trágicamente cuando dos aviones chocaron en la pista del aeropuerto Olaya Herrera en Medellín. Entre las víctimas se encontraban el letrista de Gardel, Alfredo Le Pera, y sus guitarristas Guillermo Barbieri y Ángel Riverol. Se salvó el guitarrista José María Aguilar con algunas quemaduras. Los cuerpos quedaron irreconocibles por las llamas, Gardel fue reconocido por sus piezas dentarias.
    Por esas piruetas del destino, sesenta y cinco años después, otro cantante popular en la cima de su carrera, dejaría su vida en la autopista Buenos Aires-La Plata en proximidades del peaje de Hudson. El desdichado cantor era Rodrigo el Potro cordobés.

    Simon Collier fue un historiador británico, que escribió el libro “Carlos Gardel: Su vida, su música, su época”. En el menciona el silencio que se percibió en las calles porteñas cuando se supo por las radios y los diarios de la tragedia aérea. La frase “se quedó en silencio” rememora la imagen de la Reina del Plata, antes llena de la voz y la música de Gardel, y luego, sumida en un luto colectivo. La conmoción colectiva por la muerte de Gardel fue tremenda. La frase ¡“Qué triste se queda sin vos Buenos Aires!” resume este sentimiento de pérdida y vacío.

    Luego de un largo periplo que incluyó a las ciudades de Panamá, Nueva York, Río de Janeiro y Montevideo, una multitud esperó en el puerto de Buenos Aires los restos de Carlitos, el 5 de febrero de 1936. El velatorio fue realizado en el Luna Park para que al día siguiente lo inhumaran en el Cementerio de la Chacarita, donde yacen actualmente. En la bóveda hay una estatua que lo representa, manteniendo un cigarrillo prendido en su mano, como si fuese una llama eterna.

    Gardel no murió
    La leyenda urbana que surgió tras la muerte, afirma que Gardel no murió en el accidente, sino que sobrevivió y fue desfigurado por las llamas, por lo que se habría ocultado al público para no ser reconocido. Esta teoría es un atractivo para quienes se negaron a aceptar la muerte del ídolo popular. 
    Esta versión fue divulgada por personas que afirmaban haberlo visto en diferentes lugares, o por quienes aseguraban haber recibido información de testigos del accidente. La leyenda se basa en la dificultad para identificar algunos cuerpos debido a las quemaduras, y en el secretismo que rodeó la investigación del accidente.
    Gardel es un mito y una realidad que ha prevalecido al paso del tiempo porque su muerte ocurrió en la cima de su carrera y el desdichado final ocurrió trágicamente. El mito se esfuerza en no dejarlo morir, en recordarlo, en inventar cosas, es decir, que los seres humanos generalmente no aceptamos la muerte de una persona reconocida, que alguna vez, nos produjo alegrías, admiración o pasión. Como también hay personas que no aceptan que haya muerto Elvis o al que usted amigo lector se le ocurra. Larga vida al más grande cantante de tango de todos los tiempos. El día que los que nos precedan en esta tierra no lo recuerden más, será el día de la muerte de Carlitos.

     

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    • carlos gardel
    AUTOR
    Juan Ignacio Garasino
    Juan Ignacio Garasino
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