Una de las figuras importantes de nuestra historia, es conocido solamente (para la gran mayoría) por el sitio donde funciona el Tribunal Federal en la Ciudad de Buenos Aires.
Sin embargo, este ilustre marino tuvo un papel relevante en varios pasajes de nuestra historia patria, tan rica en sucesos donde se destacaron estos hombres por su gran valor.
PRETENSIONES DE CHILE
La República de Chile a partir del año 1843 inició la ocupación de los territorios de la Araucania- Patagonia efectivizando la ocupación del Estrecho de Magallanes, con la fundación de Punta Arenas y Fuerte Bulnes para ocupar de manera efectiva la región de Magallanes. En abril de 1842 Domingo Espiñeira fue designado intendente de Chiloé con el propósito de estudiar la región magallánica. Para dar cumplimiento a su misión mandó hacer una embarcación que fue bautizada como “Goleta Ancud”. En mayo de 1843 la goleta comenzó su travesía por el Estrecho de Magallanes al mando del capitán John Williams y el explorador prusiano Bernard Philippi quien sería luego gobernador de la colonia establecida en Magallanes, transformándose en el primer establecimiento permanente como una avanzada de colonización. Sin embargo, las difíciles condiciones allí, donde era imposible la agricultura, tomaron la determinación de trasladar la población de Fuerte Bulnes a Punta Arenas, quedando abandonado por muchos años ese primer asentamiento. En siglos anteriores, el 11 de febrero de 1584 la Corona española había intentado fundar allí una colonia para impedir que los piratas ingleses incursionaran allí, a la que Pedro Sarmiento de Gamboa denominó como “Ciudad del Rey Felipe”, actualmente conocida como “Puerto Hambre”, ya que la mayoría de los colonos murieron de hambre por la imposibilidad de desarrollar algún tipo de agricultura y los que se salvaron, fueron rescatados por el pirata ingles Thomas Cavendish.
La Confederación Argentina efectuó una formal protesta por esa ocupación ilegal por parte de los chilenos. No solo Chile ambicionaba establecerse en el Estrecho de Magallanes, sino también los ingleses que utilizaban ese estrecho que conecta los dos océanos. En los mapas editados en Europa, se presentaba a la Patagonia como sin dueño res nullius o sea preparando el terreno para su posible usurpación.
Pero los chilenos no estaban en condiciones de proceder a su ocupación. No había llegado aún la oportunidad. La República Argentina tampoco había logrado una ocupación efectiva y permanente, a pesar de sus intentos con Juan Manuel de Rosas primero, Bartolomé Mitre después. Luego con la línea de fortines, complementados con la “Zanja de Alsina” para evitar los gigantes arreos de ganado que hacían los indios, producto de los saqueos de los malones y que luego pasaban a Chile por los pasos cordilleranos.
El 20 de octubre de 1876, la corbeta chilena “Magallanes” capturó al barco francés “Jeanne Amelie” que transportaba guano en la desembocadura del rio Santa Cruz sobre el Atlántico y que tenía un permiso argentino. El buque mercante apresado y su tripulación fueron detenidos y llevados a Punta Arenas. Finalmente, el carguero francés fue hundido frente a Cabo Vírgenes. Algún tiempo después, esa misma corbeta “Magallanes” capturó la barca inglesa “Devonshire”, la que también contaba con permiso del gobierno argentino para la explotación del guano en la misma zona de Santa Cruz. Ante este atropello, los gobiernos de Inglaterra y Francia efectuaron reclamos diplomáticos ante nuestro gobierno. Atendiendo a esta violación de los tratados por parte de Chile, incursionando en una región de soberanía argentina, fue designado el teniente de Marina Carlos María Moyano como subdelegado de Marina y como representante de la autoridad argentina en Santa Cruz, iniciando de esa manera una muy eficaz labor en la región patagónica, que lo convertiría en uno de los más importantes pioneros en la afirmación soberana de la República Argentina en esa región austral. El teniente Moyano informaba al gobierno del tránsito permanente de embarcaciones chilenas en un sector de soberanía argentina y formuló al gobierno de Chile una enérgica protesta, la que fue contestada con ese mismo reclamo de soberanía por parte de Chile.
RESPUESTA CON ENVÍO DE ESCUADRA NAVAL
El presidente, Nicolás Avellaneda apoyado por el ministro de Guerra y Marina, general Julio Argentino Roca, interpretó que la situación ameritaba una firme respuesta por lo que se decidió el envío de una fuerza naval a la zona del conflicto. Pero para 1878, los únicos buques de guerra disponibles en nuestra fuerza naval, eran buques fluviales o sea para los ríos interiores de la cuenca del Plata, Paraná y Uruguay, remanentes de la guerra contra el Paraguay.
Constaba de dos monitores acorazados, “Los Andes” y “El Plata”, dos corbetas cañoneras, “Paraná” y “Uruguay”, y cuatro bombarderas, “Constitución”, “República”, “Bermejo” y “Pilcomayo”.
En realidad, eran buques que constituían una buena defensa de nuestros ríos, pero sus condiciones no eran apropiadas para maniobras marítimas.
En cambio, Chile, acababa de triunfar en la Guerra del Pacífico contra Perú y Bolivia y su flota de mar era muy superior a la nuestra, mucho más moderna y con una artillería de más alcance y más adecuados para una campaña oceánica.
El presidente Avellaneda además entendió que no podía enviar nuestras unidades navales y dejar desguarnecidos nuestros ríos, por lo que decide enviar solo tres de nuestras naves a Santa Cruz. El acorazado “Los Andes”, un pequeño monitor acorazado con dos cañones, de los que se cargan por la boca (avancarga) de 200 libras. Poseía la extraña ventaja de poder sumergirse hasta la misma borda para ser menos visible a la artillería enemiga. A la vez esta condición hacía más estable la cubierta, y por lo tanto la puntería al momento del disparo. Sin embargo, estas ventajas quedaban anuladas en el mar abierto. Su única máquina (de vapor) le otorgaba una velocidad máxima de 9 nudos
La otra nave era la corbeta cañonera “Uruguay”, el más marinero de los tres buques. Desarrollaba 11 nudos de velocidad. Tenía una artillería de cuatro cañones colocados en el punto medio (crujía) lo que la hacía eficaz en ambas bandas y dos más chicos en la proa, uno en cada banda. La tercera nave era la bombardera “Constitución”, un pequeño buque de un solo cañón de 140 milímetros de calibre de ánima rayada, pero era fijo apuntando a proa. Se podía dirigir el disparo girando la nave, su velocidad era de 9 nudos
El comandante designado para la flota fue el coronel de Marina Luis Py, que se había destacado en la Guerra del Paraguay combatiendo contra las baterías paraguayas de costa en el Paso de las Cuevas, bajo las órdenes del coronel de Marina José Murature. En ese combate resultó muerto el guardiamarina Enrique Py, hijo del comandante en el vapor de guerra “Guardia Nacional”.
Esos fueron los buques que partieron a realizar la ocupación del río Santa Cruz, a pesar de las desventajas en los medios, el presidente confiaba en la capacidad de nuestros marinos. Partieron el 9 de noviembre de 1878 y luego, previa escala en Carmen de Patagones, único puerto de mar con que contaba la Patagonia. Siguieron viaje con una dificultosa navegación a causa del mal tiempo y las tres naves se abrieron de la formación, continuando sin tenerse a la vista. El 25 la corbeta “Uruguay” y la bombardera “Constitución” lograron encontrarse a pocas millas al Este de su destino. Pocas horas después se reunieron con el monitor “Los Andes” que los esperaba fondeado en las cercanías.
El día 26, una barca ballenera norteamericana “Janus” les informó que los buques chilenos se habían retirado del río Santa Cruz al enterarse de la próxima llegada de la escuadra argentina. El 27, los tres buques argentinos comenzaron a remontar el río Santa Cruz y al llegar frente al lugar conocido como “Cañadón de los Misioneros”, el comodoro Py, dio orden de fondear allí. Algunas millas mas río arriba, se encontraba la isla Pavón, lugar donde Luis Piedrabuena mantenía unos alojamientos y depósitos que en 1859 le servían a él y su gente como central de operaciones de sus actividades mercantiles y patrióticas. Pero el 30 de noviembre, de acuerdo a las instrucciones dadas en Buenos Aires quedó establecido el fortín del Destacamento de Artillería de Plaza en la margen del río Santa Cruz.
Fue así que el 1º de diciembre de 1878 el Destacamento de Artillería a cargo del sargento mayor Adalid procede al izado del pabellón nacional. El honor y la soberanía nacional quedaron asegurados. La Patagonia era a partir de ese momento un bien de soberanía argentina. También quedó allí un buque de estación en el Destacamento
El comodoro de Marina Luis Py había nacido en Catalunya (España) el 22 de marzo de 1819 y en su juventud había ingresado en la Academia de Náutica de España. Llegado al Río de la Plata ingresó en la Escuadra comandada por el Almirante Guillermo Brown en el pailebote “San Cala” bajo el mando del coronel de Marina Nicolás Jorge
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