La Angélica es turismo rural con conciencia ambiental
Por Liz Cané
A 15 minutos del centro de Concordia, camino al Lago Salto Grande, encontramos el Establecimiento La Angélica, un casco de estancia que en su momento supo brindarnos los mejores productos lácteos de Latinoamérica. Rodeado de añosos árboles, cabañas y todos los servicios para que los viajeros se sientan cautivados por la paz que ofrece este lugar.
Su lema �SConocer para querer, querer para proteger⬝ y con este horizonte desarrollan turismo en espacio rural, cuidando la naturaleza, protegiendo a la fauna del lugar, desarrollando senderismo, educación y conciencia ambiental.
Cronista de Diario El Heraldo visitó el lugar para conversar con uno de sus propietarios, Martin Campopiano, quien nos comentó sobre este proyecto turístico que va creciendo en la región por todos los servicios y productos que ofrece al visitante.
Al respecto nos decía:
"La Angélica pertenece a la familia Russo Marco, que es la familia de mi señora, ya hace cuatro generaciones, hace 121 años. Antes de esto perteneció a la familia de Urquiza, su nombre �SAngélica⬝ proviene de la familia original del Establecimiento. Estos relatos históricos son contados y trasmitidos por nuestros guías a cada turista y visitante.
Este establecimiento en su tiempo fue una potencia a nivel regional, donde existió empaque, quintas, un aserradero modelo, fue una cabaña de cría de ganado holandés, con la mejor genética que había en la Argentina, animales con sangre de Europa y multicampeones en la rural de Buenos Aires. Un establecimiento que se dedicó a eso, entre otras cosas, abarcaba cerca de tres mil hectáreas. Esa cabaña de cría de ganado holandés dio paso a un tambo que fue el primer tambo estabulado de la región y ese tambo dio paso a la primer fábrica de yogurt, a mediados de los años 70, como todo, este país de sube y bajas económicas, que te da muchas oportunidades y también muchos tropiezos, quiebra el establecimiento La Angélica por diferentes cuestiones, de mercado, económicas, familiares, políticas entre otras, dejando se ser rentable la actividad de tambo y la cría de ganado con esta genética en la región.
En los 70 se cierran las puertas, se pierde todo, y se sostiene como se puede, mal vendiendo tierras, mal arrendando, un poco en resumen es la historia que se vivió a grandes rasgos, hasta que le toca heredar a Valeria, que se ponen de acuerdo con su hermano y queda con el casco del establecimiento con unas 80 hectáreas. Y allí es donde Valeria, mi esposa, toma la determinación que considero que fue la mejor decisión que tomó en su vida que fue recuperar este espacio natural, de poner en valor lo que fue la Angélica en sí, un lugar con mucha historia, y a partir de esta decisión plantamos la piedra fundamental que fue recuperar las casas para brindar hospedaje, comenzamos recuperando la casa del puestero, parte de las instalaciones donde funcionaban las oficinas, donde se fabricaba el yogurt, ofreciendo hospedaje en casa de campo y de a poquito incorporando productos y servicios, a partir de este momento fuimos avanzando y a la vez nos fuimos formando, ante todo, una cosa es tener ideas, siempre acompañados por distintas instituciones, como INTA, Salto Grande, por la Secretaría de Turismo, cuando fuimos a golpeárles las puertas para presentarles nuestro proyecto nos abrieron las puertas de par en par y hasta hoy contamos con el acompañamiento de Turismo y creen en La Angélica, siempre mencionamos y agradecemos a las instituciones que desde un primer momento creyeron en nosotros, como también a los emprendedores, que confían en nosotros.
Así comenzamos con esa recuperación, nos llevó seis meses para recuperar, tres casas y así arrancamos con la primer temporada, nos dimos cuenta que con eso solo no alcanzaba así que comenzamos a formarnos y vincularnos con otras instituciones, no solo regionales y nacionales, sino también internacionales para comenzar a aprender sobre la flora, fauna, historia y comenzar a hilar, y de esta manera a escribir la historia, recuperando relatos de mucha gente que vivió aquella antigua Angélica, nos nutrieron con sus vivencias y con lo que fue este establecimiento, ya que debido al paso de los años se fue perdiendo mucha información.
Cuando nos enriquecimos con todo ese conocimiento, y esos productos y servicios nos llevaron a establecer senderos en parte del casco y en parte del parque para dimensionar y estudiar los distintos ambientes del campo. Nosotros desde La Angélica ofrecemos senderismo, observación de aves, hacemos talleres temáticos, revalorizando lo que son las plantas nativas y su uso de manera sustentable. Otra acción de recuperación del paisaje que estamos llevando adelante es la replantación de nativas, esto fueron temas a tratar que surgen de este aprendizaje del conocer la naturaleza para ir teniéndole más cariño y respeto.
Fuimos adquiriendo conocimiento sobre la flora y fauna, sobre la observación de aves, la interpretación del patrimonio, esa vinculación nos llevó a formar parte de una red internacional que se denomina la Red Palmar, que comprende a brasileños, uruguayos y argentinos que trabaja en post de la conservación de la palmera yatay, donde hay artesanos, emprendedores, instituciones preocupados y ocupados en la conservación de lo natural, todos desde su lugar apuestan para que este proyecto avance.
Nuestra ciudad de Concordia tiene en medio de su bandera y de su escarapela una palmera yatay, creo que la gran mayoría de los concordienses no sabe por qué. Concordia en su momento tenía un palmar tan importante como el palmar de Colón y que gracias a Dios se creó el Parque Nacional y conserva esa parte. Nosotros desde la Angélica, acompañados por INTA y desde la red, impulsamos lo que fue la puesta en valor del Palmar de Concordia, donde convocamos instituciones, organismos, y parte de la red para mostrar y que los concordienses puedan conocer esto y puedan hacerlo propio, con esto esperamos la ayuda de todos para recuperarlo. Nosotros tenemos senderismo y parte de conservación que va en expansión. Estamos proyectando sobre el manejo de hacer una reserva privada, constituida a nivel provincial. Vamos a ser los primeros de la región en estar inscriptos, lo cual nos llena de orgullo y a la vez de responsabilidad.
Además somos los representantes del Consejo Local Asesor en INTA, como representantes de turismo rural, esto está muy bueno, es un lugar de diálogo, una mesa muy importante que vale la pena sostenerla y desde la parte institucional o municipal de la región que lo incorporen y consideren al turismo rural es muy destacable. También somos parte de la red federal de turismo rural de la Asociación Latinoamericana de Turismo rural, somos los representantes regionales. Nosotros estamos en todos lados, en información turística de la Municipalidad, en radio, tenemos presencia en todas las redes sociales, estamos en todos los eventos, creemos que eso es fundamental, hemos realizado convenios marco con algunas instituciones, para nosotros es fundamental estar conectados, relacionados para mostrar y dar a conocer lo que ofrecemos sobre nuestros productos y servicios. Nosotros cultivamos nativas, hacemos casa nidos, impulsamos la educación ambiental, y recibimos colegios, como este año que abrimos las puertas para realizar visitas educativas, para que desde los niños, los jóvenes, los adultos, las familias puedan comenzar a conocer, vincularse y ayudarnos a conservar. Este establecimiento cuenta con la particularidad de tener parte del casco histórico exótico, lo denominamos así porque existen plantas como los alcanforeros, uno de ellos que es el de mayor porte tiene 350 años, es el árbol más viejo de La Angélica, también contamos con magnolias grandifloras que tienen cerca de 200 años y de los cuales con emprendedoras locales elaboramos productos de cosmética, hay una línea de cosmética exclusiva que la realizan las chicas de Lawen, que se dedican a la cosmética artesanal. Para nosotros uno de los objetivos fundamentales es el trabajo asociativo, vincularnos con emprendedores locales o regionales y de alguna manera comenzar a producir de ellos o que nos hagan algunos productos de línea exclusiva.
Todo este trabajo que venimos llevando adelanto junto a la recuperación de La Angélica nos llevó a cumplir un sueño, logramos recuperar ese yogurt tan emblemático para La Angélica como para Concordia en sí, con la receta original, un yogurt artesanal, también tenemos mermeladas, licores de yatay, vamos diversificando y hace poco también con el dulce de leche, es algo que teníamos que tenerlo sí o sí; el dulce de leche tiene que ver mucho con lo argentino, con lo artesanal, con el campo, con lo casero, era un producto que anhelábamos tener y hoy podemos contar con estas delicias para la gente que visite La Angélica.
La Angélica no solo se caracteriza por su particular naturaleza, también hemos incorporado valor agregado en los productos que elaboramos, artesanías y los servicios que ofrecemos con una atención totalmente personalizada, queremos que el viajero se deleite con el paisaje, con la paz que brinda este espacio rodeado de naturaleza viva, y sentirse atendido, cómodo y logre el verdadero descanso que vino a buscar.
Nuestros turistas se llevan de La Angélica la enseñanza y lo que más queremos es que no sea una visita vacía, o la compra de un producto regional, sino que se lleve un poco más de conciencia ambiental, es fundamental, desde no tirar residuos al piso, el cuidado y la conservación de las plantas, el cuidado de los animales, que todos podemos hacer algo para que los niños tengan un futuro y pueden disfrutar de la naturaleza como nosotros lo hemos hecho.
Creemos que la pandemia nos ayudó mucho a redescubrir la naturaleza y cuidarla un poco más.
Nosotros en Concordia tenemos mucho de eso para explotar, considero que hay muchas cosas que se están haciendo bien y muchas cosas por hacer, evolucionar, crecer y por avanzar, hay muchas cosas que se deben consolidar para ofrecer más propuestas de turismo rural. Nosotros lo llamamos turismo en espacios rurales, porque el visitante que viene de otros lugares vos le decís turismo rural y creen que van a estar en contacto con animales, van a ver una gallina, una vaca o un caballo y nosotros vamos por otro lado, vamos por un turismo sustentable, por educación ambiental, por un turismo con historia, por revalorizar la cultura, nuestro proyecto es un poco más ambicioso.
Hemos podido consolidarnos en Concordia con el marco en turismo en espacios rurales, creo que nosotros supimos aprovechar la oportunidad que nos dio la pandemia como para mostrarnos a nivel local, hace cuatro años que estamos pero la pandemia nos marcó un antes y un después, queríamos hacernos local para ir creciendo un poco, y la verdad el visitante que viene a hacer un día de campo o una reunión social, el 90% es concordiense, eso lo destacamos mucho y nos pone muy felices el poder ofrecer a nuestros concordienses un espacio natural con historia para visitar. Nuestro lema es �SConocer para querer, querer para proteger⬝ y nace cuando comenzamos a formarnos mucho, en parte de atención al cliente, en servicio gastronómico, de hotelería pero también en la interpretación del patrimonio y de ahí llegamos a vincularnos con la Escuela Argentina Naturalista a través de una asociación, para nosotros la número uno a nivel nacional de conservación que es aves argentinas, de la cual somos parte y contamos con el apoyo institucional, cosa que nos llena de orgullo, a través de referentes nos fuimos formando, porque uno puede tener mucha historia pero lo importante es cómo la comunicamos y desde ahí nos quedó grabado a fuego esa frase �SConocer para querer, querer para proteger⬝, esto repiten mucho los que hacen conservación y nosotros lo tomamos como un proceso, el conocer nos lleva a agarrarle cariño cada vez más, cuando más se conoce más cariño le tiene y ese cariño lleva a uno a proteger o conservar algo, lo tomamos como un leitmotiv y es lo que trasmitimos a todo el mundo, a todos los que trabajan en La Angélica y a todos los visitantes.
Desde La Angélica queremos agradecer a la gente de Diario El Heraldo que vino a visitarnos y conocer nuestro lugar, poder difundir nuestro trabajo comprometido con la naturaleza y el medio ambiente; aprovechamos esta oportunidad que nos dan para invitar a todos los que quieran conocer el Establecimiento La Delfina, un lugar único e inolvidable que seguramente querrán repetir la experiencia de ver bellos atardeceres, disfrutar de cabalgatas, de avistajes de aves, de comer comidas tradicionales y compartir un buen fogón con guitarreros y cantores. Concluyó.