María Rosa Reissenweber fue declarada Ciudadana Ilustre de Concordia
En una ceremonia profundamente emotiva realizada en el recinto del Honorable Concejo Deliberante de Concordia, la profesora María Rosa Reissenweber fue distinguida como Ciudadana Ilustre.
La sala colmada de estudiantes, colegas, familiares y amigos fue testigo del reconocimiento a una vida dedicada a la docencia, la investigación histórica y el rescate de la identidad regional.
Desde temprano, el clima en el recinto fue de respeto y celebración.
El acto se inició con palabras del Prof. Paulo Tisocco, quien trazó un retrato cálido y lúcido de la trayectoria de la homenajeada:
“En el vertiginoso Siglo XXI, vengo a proponerles una pausa. La pausa es la de rendir justo homenaje y agradecimiento por su obra, a la profesora Rosa María Maussy Reissenweber… Alma inquieta, con hambre de cultivarse. Desde 1973, la docencia y la investigación fueron su ancla”.
En su alocución, Tisocco remarcó el impacto que ha tenido la profesora Reissenweber — “afable, dulce, siempre amena”— en generaciones de estudiantes y colegas, subrayando su compromiso con la región histórica del Salto Grande y su pasión por la memoria local:
“Su obra que nos trasciende y forjará la memoria de nuestro pasado, es la apasionante tarea de recuperar la gravitación de toda la región histórica de Salto Grande”.
El profesor también citó a Martin Luther King para cerrar su mensaje con esperanza:
“Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”.
Al tomar la palabra, la homenajeada visiblemente conmovida expresó:
“Fue un día lindo, emotivo por lo que veíamos y escuchábamos. Estoy muy honrada.
Esto es para mí un desafío: continuar siendo digna de esto que me acaban de otorgar. Es una responsabilidad seguir ofreciendo este humilde servicio a los concordienses y a toda la región”.
Con su estilo siempre reflexivo, Reissenweber destacó la importancia de recuperar la identidad local:
“La región histórica del Salto Grande existió y existe. Recuperar todo eso que es nuestra identidad, eso es lo que a mí me mueve”.
Consultada sobre si esperaba este reconocimiento, respondió con humildad:
“Uno no sirve para recibir, uno sirve para ofrecer. Pero hay que tener qué ofrecer, y eso siempre fue lo que me preocupó en la vida. El aula necesita un qué, un cómo, un dónde, un cuándo, con quién. Uno no es solo, se hace con los demás”.
Finalmente, dedicó la distinción “a todas las personas que me acompañan, aun las que no están… especialmente a los de arriba: mis padres, Monseñor Ricardo… a todos los que me ayudaron a crecer”.
Y cerró reafirmando su pertenencia a Concordia:
“Concordia fue mi casa desde el primer día. Porque la casa no es lo material, la casa son los seres que nos rodean”.
La distinción como Ciudadana Ilustre no solo consagra una trayectoria, sino que también enaltece el compromiso con la educación, la historia y la comunidad. María Rosa Reissenweber seguirá siendo, como bien dijeron en el acto, Docente de alma y amiga de todos los que abrazan el saber como una forma de vida.
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