Aislamiento familiar dentro de la unión/caos familiar
La familia es un sistema social, que puede presentarse con distintas estructuras: familias tradicionales (conformada por los padres e hijos), monoparentales (conformada por un solo padre y su/s hijo/s), homoparentales (conformada por padres del mismo sexo), ensambladas (cuando ambos miembros se unen con hijos de matrimonios anteriores) de hecho (cuando la pareja, no presenta unión matrimonial) familias de padres mayores a 60 años, familias a cargo de los abuelos, etc.
La unión familiar actúa como un refugio seguro del mundo exterior, y a través de las rutinas diarias, las tradiciones, los valores y las costumbres conecta a todos sus integrantes con sus raíces, incrementado el sentimiento de pertenencia. De esta manera, la familia, con lazos afectivos fuertes y consolidados, podrán propiciar a sus miembros, un lugar seguro, satisfaciendo sus necesidades esenciales y brindándole el amor incondicional.
Cada familia presenta una estructura interna que le permite adaptarse al desarrollo interno de la misma, a proteger a sus miembros, desarrollar habilidades sociales y comunicacionales, y un código de convivencia propio de la misma. Además, facilita el intercambio con el contexto exterior, social y comunitario.
Ahora bien, hay familias funcionales y disfuncionales. Las primeras presentan una estructura jerarquizada, que para funcionar y adaptarse al desarrollo interno de la misma y facilitar el intercambio social con el contexto exterior, necesita de valerse de un conjunto de normas y reglas, que están reguladas por los valores y las costumbres. Cada miembro del sistema tiene un rol y función en la misma, que a través de las conductas, de la manifestación afectiva y cognitiva, van desarrollado un engranaje de intercambios saludables. Se caracteriza por un �Sequilibrio dinámico⬝ que la ayuda a poder adaptarse a nuevas situaciones manteniendo el control interno, retroalimentándose.
Cuando hablamos de familias disfuncionales, podemos diferenciar 3 estructuras:
1)- Glutinadas: que son aquellas en la cual sus miembros tienen poca autonomía entre sí, su organización es caótica, y no existe entre sus miembros una diferenciación entre ellos, porque cada integrante tiene roles y funciones imprecisos, difusos, cambiantes;
2)- Desligadas: tienen una estructura muy rígida de funcionamiento. Sus miembros son muy individualistas y no existe la expresión del afecto entre ellos; y la
3)- Sobreprotectora: los adultos tienen una fuerte preocupación por proteger a sus hijos, y con ella generan un sistema de conducta que les impide desarrollar la autonomía y la maduración personal, creándole ansiedad, miedo, preocupación a sus hijos.
Desde el comienzo de la cuarentena y del aislamiento social, todos los integrantes de la familia debieron adaptar el funcionamiento familiar a las medidas sanitarias: los adultos trabajar desde su casa, se prohibieron las actividades recreativas, surgieron las clases virtuales, etc., experimentando todos cambios en su rutina y en sus hábitos, en sus roles y funciones dentro del sistema familiar.
Las familias con estos últimos tres sistemas de organización, fueron las más afectadas por el aislamiento social. Esto se produjo porque las mismas no presentaban un sistema consolidado de normas y hábitos de convivencia, que propicie el equilibrio dinámico interno, que facilite el intercambio con el contexto exterior. Por lo que la crisis social, las medidas sanitarias, la pandemia, el aislamiento social, la preocupación por la salud, y la crisis económica, etc., pusieron en peligro la dinámica funcional: por eso se observan por un lado, a padres estresados y desbordados, y por otro, niños/adolescentes con conductas oposicionistas y rebeldes. Sin dudas, el aislamiento social, obligó a las familias a reorganizarse, poniendo a prueba: la tolerancia, la paciencia, la serenidad, la distribución de roles y funciones para generar cooperación entre sus miembros, el manejo y la regulación emocional, la comunicación y el diálogo honesto y sincero, y sobre todo �Sla unión familiar⬝.
Consejos para fortalecer la unión familiar
Habilitar espacios de diálogo, en un clima cálido. Esto se logrará a través de la empatía, la solidaridad, la expresión de afecto (cariño, amor, alegría, entusiasmo) y ayudará a disminuir niveles de malestar emocional (ansiedad, incertidumbre, enojo, estrés)
Generar una rutina que les permita organizarse para cumplir con todas las obligaciones (tareas escolares, la actividad laboral de los adultos, ejercicio físico, etc.). A través de las actividades reguladas se consolida el sentido del orden, y ayuda a mantener los objetivos y proyectos planteados antes del aislamiento.
Compartir momentos de calidad: jugar, cocinar juntos, etc. esto generará momentos placenteros, que estimulan emociones positivas (alegría, relajación, serenidad, amor, etc.)
Evitar un clima hostil: es fácil perder la paciencia y la tolerancia en un clima adverso, esto provoca irritabilidad, y la tendencia a las discusiones, y a los malos entendidos.
Emplear estrategias de control emocional para conservar la armonía
Utilizar estrategias de negociación para tomar decisiones. Esto ayuda a que cada uno se comprometa con alguna obligación, funcionado como un equipo, todos trabajando para un mismo fin: ¡el bienestar de todos!
Mantener el contacto virtual con amigos y familiares, esto ayudará a continuar conectados con el mundo exterior.
La familia debe ser un lugar seguro para todos sus miembros, un espacio donde cada persona se reconozca como un ser amado y respetado. Debe estar compuesta por lazos afectivos fuertes y constantes, que le brinden protección y contención afectiva a cada integrante. Sebe caracterizarse por el apoyo incondicional, la expresión afectiva, y la flexibilidad para adaptarse a las nuevas exigencias, ya sea del orden interno (crecimiento de sus miembros, el nacimiento de un nuevo integrante, el paso de la escuela secundaria a la facultad, etc), como a las exigencias del contexto externo (medidas sanitarias a causa de la pandemia). De esta manera, podremos mantener la unión familiar, y transformar una situación difícil, en una instancia de aprendizaje que les permita a sus integrantes, fortalecerse y recrearse.
Lic. Silvana Etchepare
M.P.:1707