La hipocresía oficialista
Esta semana fuimos testigos de numerosas críticas al periodista �SBaby Etchecopar⬝ por sus dichos en un programa televisivo, críticas a quien ejerce su libertad de expresión y que en todo caso, quien se sienta damnificado bien podría iniciarle causas legales en su contra, pero, como contrapartida, llama poderosamente la atención el silencio ante hechos graves que vienen sucediendo y que parecen no tener tanta importancia.
Especialmente me viene a la memoria lo sucedido con la carta firmada por trescientos intelectuales, científicos y políticos a quienes el jefe de gabinete los denominó como �Sblancos móviles⬝, por otro lado, y lo que es más grave aún, el silencio oficial sobre los asesinatos y atropellos por parte de la policía de cuatro feudos peronistas: en San Luis, un joven adolescente y una mujer fueron detenidos y luego aparecieron ahorcados en sus celdas; en Santiago del Estero un joven fue detenido y torturado en una comisaría para luego fallecer en un hospital; en Tucumán un joven que asistió a una carrera clandestina de caballos, fue asesinado y arrojado a un acantilado de Catamarca, la carátula dice �Sdesaparición forzada seguida de muerte⬝; en Chaco, se realizó un allanamiento ilegal con una brutal golpiza a una familia Qom donde dos mujeres fueron llevadas a una seccional, rociadas con alcohol y abusadas sexualmente. A estos lamentables hechos, que no merecen un repudio por el oficialismo ¿podríamos llamarlos �Svíctimas de la cuarentena⬝?, y me pregunto también ¿Qué hubiera pasado si estas cuatro provincias fueran gobernadas por la oposición? Seguramente hubiéramos visto titulares en todos los medios y nos hubiesen caratulado como represores.
Parece que estos casos no son importantes para el oficialismo, solo importa un periodista que osó una crítica y en todos los estamentos legislativos, en el Congreso Nacional, en las legislaturas provinciales y en todos los concejos deliberantes, como el de Concordia, se han presentado proyectos de repudio a �SBaby⬝ Etchecopar.
Por otra parte, tampoco hemos visto presentaciones con propuestas para superar la crisis ni asegurar o defender el estado de derecho frente a los actos de vandalismo que se están produciendo en acopios de silobolsas en diferentes partes del país y también en Entre Ríos.
Proteger contra el vandalismo es proteger el trabajo, del transportista, del camionero, del comerciante, del obrero industrial y también del estado que se lleva buena parte de esa producción con las retenciones. Pero cuando la ciudadanía se moviliza para defender el estado de derecho, se la acusa de ser �SEl partido anticuarentena⬝ o �Sla movilización de los ricos⬝ destacando o mostrando solamente los modelos de autos más modernos que participan de las caravanas.
Lo que a nadie parece importarle comunicar, es que esta situación pone de manifiesto dos visiones muy distintas de país, una que quiere sacarle a algunos para que todos sean pobres, igualando hacia abajo, y otra muy distinta, en dónde se busca que todos puedan tener un auto, un trabajo digno, educación y salud, como pudimos ver en las movilizaciones de ciudades enteras de Santa Fe donde la empresa Vicentin genera empleo de calidad que permite a sus ciudadanos vivir dignamente.
Es hora de que los argentinos, más allá del partido político con el cual simpatizamos, reflexionemos sobre qué país queremos para nosotros y para nuestros hijos.