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    Gobernicar la esperanza

    Cuando las certezas crujen Vivimos un tiempo donde lo impensado se vuelve costumbre. Donde conceptos que hasta hace poco eran pilares del consenso democrático -como salud pública, gratuidad educativa, justicia social o políticas de inclusión- hoy son cuestionados, puestos en duda, relativizados. En nombre de la libertad, se promueve la competencia como forma de organización social.

    11 de agosto de 2025 - 04:30
    Gobernicar la esperanza
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    En nombre de la eficiencia, se desprecia lo público. En nombre de un futuro supuestamente mejor, se arrasa con el presente real de millones de compatriotas.
    Se nos quiere convencer de que el Estado es un obstáculo y no una herramienta. Que el mercado -impersonal, desregulado, concentrado- puede reemplazar el entramado de derechos que la sociedad construyó con décadas de lucha. Que cada persona debe arreglárselas por su cuenta, como si el mérito alcanzara para nacer en un barrio digno, acceder a una alimentación saludable o conseguir trabajo. Pero no elegimos dónde, cómo ni cuándo nacer.

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    El accidente
    Lo que se conoce como “el accidente del nacimiento” marca con fuerza el punto de partida de nuestras vidas. Y no hay mérito que alcance para corregir una desventaja tan estructural como haber nacido en la intemperie, en la pobreza o en la exclusión. Las personas, buscadas o no por sus progenitores, simplemente nacen. Y desde entonces, la justicia social debe ser la respuesta política que equilibre lo que el azar del origen no pudo ofrecer.
    Frente al relato actual que erosiona los vínculos comunitarios, hace falta levantar otro. Uno que no se construye desde el enojo o la nostalgia, sino desde la convicción profunda de que hay otra manera de vivir, de hacer política, de gobernar.

    Municipios que gobernican: cuando gobernar también es cuidar
    En este contexto de repliegue del Estado nacional y provincial, los municipios no solo quedan en la primera línea de atención de las demandas populares, sino que se transforman en el último refugio institucional del pueblo. Son la expresión más directa, más cotidiana, más concreta de lo público en la vida real de la gente.
    Pero no alcanza con administrar bien. No basta con ejecutar obras o pagar sueldos a tiempo. Gobernar, en estos tiempos, exige algo más profundo: exige gobernicar.
    Gobernicar es gobernar cuidando. Es estar presentes no solo con la maquinaria del Estado, sino con el alma de la política. Es mirar a los vecinos a los ojos. Es caminar las calles sabiendo que cada reclamo encierra una historia. Es decidir pensando en el bien común, aunque no rinda electoralmente. Es acompañar, no solo asistir. Es construir comunidad, no solo gestionar.
    Gobernicar es una práctica política que reconoce que el cuidado no es tarea menor ni secundaria. Que en cada rampa que se construye, en cada espacio verde que se preserva, en cada acción cultural, sanitaria o educativa, hay una forma de decirle a la comunidad: “Estamos acá. No te soltamos la mano”.

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    La política como acto de ternura
    En un país donde crecen la desconfianza, la frustración y la bronca, donde muchas personas se sienten solas ante un sistema que no las protege, la política que cuida es una forma de ternura organizada. Una forma de hacer justicia desde lo cotidiano.
    Gobernicar es, también, resistir con sentido. Es no resignarse. Es negarse a la idea de que nada se puede hacer, que todo está perdido, que lo único posible es ajustarse y esperar. Gobernican quienes ponen el cuerpo. Quienes no dicen “esto no nos corresponde”, sino que se hacen cargo. Quienes diseñan políticas desde la escucha y no desde un Excel. Quienes no le temen a embarrarse los zapatos porque saben que la política real se construye desde el territorio.
    No es casual que muchos intendentes y equipos municipales se hayan convertido, en este tiempo, en verdaderos amortiguadores sociales. Porque mientras otros recortan, los municipios multiplican esfuerzos. Donde otros abandonan, ellos sostienen. Donde se clausuran derechos, ellos abren oportunidades.

    Un Estado que se construye desde abajo
    Los municipios que gobernican no son solo unidades administrativas: son células vivas del Estado en su versión más humana. Allí donde se articula lo concreto con lo simbólico. Donde el “Estado presente” deja de ser un lema y se vuelve gesto, presencia, decisión.
    Pero gobernicar no es improvisar. Requiere planificación, sensibilidad, liderazgo y equipo. Requiere diálogo con la comunidad, articulación con instituciones, creatividad para resolver con poco y compromiso para resistir la tentación del cinismo.
    En tiempos donde se clausura el futuro como derecho, gobernicar es abrirlo como posibilidad.
    La palabra que vuelve a valer
    También es momento de recuperar el valor de la palabra. De volver al compromiso como forma de hacer política. De sostener la coherencia como forma de vivirla. No se trata de convencer desde arriba, sino de construir desde abajo. Desde la palabra compartida. Desde la escucha activa. Desde la pedagogía de la presencia.
    La gente no pide milagros, pide presencia, cercanía. Pide que no le mientan. Que no se le dé la espalda. Que no se la culpe por lo que sufre. Gobernicar también es eso: no perder la capacidad de mirar a los ojos, de pedir perdón si es necesario, de explicar, de acompañar, de corregir.

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    Lo nuestro es la gente
    Por eso el desafío no es solamente resistir. Es reconstruir sentido. Es abrazar la política como herramienta para una vida mejor. Para que vuelva a valer la pena militar, caminar con otros, soñar en común. Para que nuestros gobiernos locales sean verdaderos motores de justicia, de dignidad y de futuro.
    Gobernicar es sembrar humanidad donde otros siembran desconfianza. Es asumir que cada rincón del municipio puede ser una trinchera de ternura. Que cada acción cotidiana puede ser una victoria sobre la indiferencia.
    Porque, en definitiva, lo nuestro es la gente, lo único que debe importarnos.

    (*) Abogado. Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente del Bloque Concejales PJ 2023-2027. Apoderado del Consejo Departamental PJ Uruguay. Congresal Provincial PJ ER. Secretario de Gobierno 2019-2023. Concejal 2015-2019. Presidente del Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.-
     

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    • OPINION
    AUTOR
    Juan Martín Garay
    Juan Martín Garay
    Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente de Bloque Concejales PJ 2023-2027. Secretario de Gobierno Municipalidad de C. del Uruguay 2019-2023. Presidente de Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.
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