El Senado dejó firme la Emergencia en Discapacidad
Con 63 votos afirmativos y apenas 7 negativos, la Cámara alta rechazó el veto presidencial y convirtió en ley la norma que busca dar respuestas urgentes a un sector altamente vulnerable.
En una jornada histórica, el Senado de la Nación aprobó con 63 votos a favor y apenas 7 en contra el rechazo al veto presidencial contra la Ley de Emergencia en Discapacidad, que contempla un aumento del presupuesto en el área, mejoras para prestadores y la creación de una pensión equivalente al 70% del haber mínimo jubilatorio.
El resultado superó con holgura los dos tercios necesarios (47 votos) y marcó un nuevo revés para el oficialismo, que quedó completamente aislado: solo los senadores de La Libertad Avanza votaron en contra, mientras que UCR, PRO, partidos provinciales e incluso figuras independientes acompañaron la insistencia en convertir el proyecto en ley. Ninguno de los legisladores libertarios pidió la palabra para defender la postura del Ejecutivo.
La sesión estuvo presidida por Bartolomé Abdala, ya que Javier Milei se encuentra de viaje en Los Ángeles y Victoria Villarruel quedó al frente del Ejecutivo. El contraste fue notorio: mientras el Presidente buscaba apoyo internacional, el Congreso argentino lo enfrentaba con una decisión que no se daba desde 2002, cuando el Parlamento derribó un veto del entonces mandatario Eduardo Duhalde.
La nueva norma no solo implica un aumento de fondos para políticas de discapacidad, sino también un esquema de actualización mensual de los aranceles de prestadores en función del IPC. Para muchas familias y trabajadores del área, se trata de un alivio urgente frente al desfinanciamiento acumulado.
El oficialismo anticipó que llevará la ley a la Justicia para intentar frenarla, pero el golpe político ya quedó instalado: en apenas un mes, el Gobierno viene acumulando derrotas legislativas, judiciales y sociales que evidencian un creciente desgaste. La imagen de un oficialismo sin aliados sólidos en el Congreso y con la oposición articulada refuerza la idea de un Milei visiblemente jaqueado, cada vez más encerrado en la defensa de su círculo íntimo.
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