Un niño salvó a su madre de ser estrangulada por su padre en un nuevo caso de violencia de género
Un dramático episodio de violencia de género sacudió al barrio La Roca de la ciudad de Concordia en la noche de este sábado, cuando un niño logró salvar a su madre de una feroz agresión a manos de su propio padre.
El hecho ocurrió alrededor de las 22:00 horas y fue clave la intervención del menor, quien, desesperado, pidió ayuda a los vecinos para evitar una tragedia.
Según datos aportados a un cronista de 7Paginas, el niño ingresó en la vivienda de una vecina manifestando que su padre estaba «matando a su mamá». De inmediato, la hija de la vecina junto a una amiga ingresaron a la casa de la víctima, donde encontraron al agresor sujetándola del cuello. En ese momento, el hombre también intentó agredir a las jóvenes que intentaban socorrer a la mujer.
Mientras ocurría este desesperante cuadro, la vecina logró comunicarse con la Comisaría Séptima, cuyos efectivos acudieron rápidamente al lugar, logrando controlar la situación y detener al atacante.
Fuentes confirmaron que el agresor tenía medidas de restricción de acercamiento hacia su expareja, producto de denuncias previas por violencia de género, las cuales, evidentemente, no impidieron el nuevo ataque.
Además, pudo saberse que la víctima es la madre de Josefina López, la joven asesinada y descuartizada en el año 2015, un crimen que conmocionó al país y por el cual un hombre de apellido Acuña —familiar de la menor— cumple actualmente una condena de prisión perpetua. La vecina cuyo accionar fue clave para alertar a la policía, relató a 7Paginas que no es la primera vez que esta mujer es agredida por el mismo hombre, y que en ocasiones anteriores también fue socorrida por los vecinos.
“Nos amenazó al momento de ser detenido, pero no podemos mirar para el costado”, expresó.
La vecina también denunció la falta de protección real que sufren las víctimas de violencia de género en barrios alejados. Explicó que muchas veces los agresores ingresan nuevamente a las viviendas, incluso robando los teléfonos que sirven para activar botones antipánico. “Las mujeres viven atemorizadas. Hacen la denuncia, pero después los violentos regresan a tomar venganza”, señaló.
Este nuevo caso vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de políticas más efectivas para proteger a las víctimas de violencia de género, especialmente en zonas vulnerables donde el acceso a asistencia inmediata es limitado y la reincidencia de los agresores representa un peligro constante.
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