Un pueblo... su bandera... nuestra bandera.
Cada 20 de junio celebramos la Creación de Nuestra Bandera. Los que escribimos para algún medio de comunicación comenzamos a pensar “que escribo, el que debe hablar en actos públicos “que digo” hasta que surge “alguna idea”.
Para mí este año mi fuente de inspiración fue mi pueblo. Un pueblo que, como río manso, inundó calles y plazas llevando orgullosamente en sus manos la Celeste y Blanca. Acompañaban otros carteles y bandera, pero Ella ondeaba en lo más alto y en lo más profundo del corazón. Alguien dijo “la Patria está en peligro “y cientos de miles de patriotas se movilizaron.
No hay Nación, ni Patria sin Justicia, sin Verdad y una auténtica Libertad.
Los pueblos del mundo lo saben. Y los que la atacan, sean del país que sean, del poder político, económico, financiero; traidores de su patria, o de potencias extranjeras hay que defenderlas.
Lo primero que tratan de destruir es nuestra cultura, nuestra identidad nacional y nuestros símbolos patrios.
Porque ellos representan a nuestra madre Patria, especialmente nuestra Bandera, porque la amamos, porque nos emociona verla ondear allá en el cielo, como águila guerrera, con sus colores Celeste y Blanco recordándonos que somos argentinos, hemos jurado amarla, respetarla y defenderla con nuestra vida, si fuera necesario.
Su creador el General Belgrano , grande entre los grandes patriotas de nuestra nación, creó nuestra bandera, para que nos distinguiera frente al enemigo, para que cuando estemos confundidos, para que cuando no sepamos hacia donde avanzar, al verla a Ella allá a lo lejos sepamos que ese es el rumbo que debemos tomar. Y como el cantor del pueblo, Hernán Figueroa Reyes digamos:
“ Disculpe sino me entiende, disculpe si no lo entiendo ,
usted envidia de otros su bandera y yo
y Yo adoro mi CELESTE Y BLANCA”.
Muchas veces he acompañado a mis hijos (cuando eran niños) y a mi nieto de seis años, cuando izan o arrían nuestra bandera, al llegar o al despedirse de la escuela, o también en actos público, y con tristeza veo que muchos padres o madres, que están acompañando a sus hijos, ya no cantan la marcha o canción nuestra bandera, a veces, incluso siguen charlando en voz alta, como si nada importante pasara, y ese es el ejemplo que le damos a nuestros hijos.
Amemos y respetemos nuestra enseña patria, amemos y respetemos a nuestros compatriotas y ayudemos a los más pobres, a los que viven en la calle, que son nuestros hermanos y también honran los mismos símbolos patrios y al grito de ¡VIVA LA PATRIA! cantan una hermosa canción en su honor.
PABLO SANCHEZ
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