Un momento para nosotras...
Y sí, hay días que asaltan los recuerdos.
Aquellos momentos de algunos días, hace mucho tiempo, de los que no podemos desprendernos voluntariamente y que se apoderan de nuestra mente y corazón.
Los recuerdos bien podrían llamarse �Saquellas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas⬝.
Y así llegan⬦ momentos fugaces de una niñez tan diferente a la de hoy.
Soy de la generación en que las zapatillas para ir a la escuela eran Flecha y que mi mamá las mantenía siempre blancas, tiempos en que las grandes marcas no habían acaparado el mercado o, si estaban, nosotros no nos enterábamos; tiempos en que los pantalones se llamaban vaqueros y que nunca tuve uno, porque la ropa la hacía la modista y nos poníamos lo que heredábamos de los primos o lo que mamá compraba; tiempos en que no existían telas como modal, lycra y polar y los tejidos y confecciones se hacían en casa y a las medias les poníamos ligas de elástico para que no se cayeran.
Eran tiempos donde las nenas jugaban a la muñeca con sus amigas y otros juegos eran saltar a la cuerda, el elástico, la payanca, la rayuela, la mancha, conversar en la vereda con amigos, andar en bicicleta y en patines con total libertad. Tiempos en que en carnaval nos divertíamos jugando con baldes y las playas eran: Los Sauces, Puente Alvear, Yuquerí Chico y Camba Paso. �0pocas en que no todos teníamos televisor y los que sí, mirábamos programas como �SLa Burbuja de piolín⬝,⬝Bonanza⬝, �SEl gran chaparral⬝, y otros pocos más.
Tiempos en que los domingos eran encuentro de familia, día para visitar a los abuelos en el campo, jugar con los primos y pasar el día en el río.
Tiempos en que una salida especial era ir al matiné del cine o circunstancialmente, al circo o al a parque de diversiones.
Tiempos de calidad.
Hoy miro mi historia con ojos agradecidos y pienso:
¡qué hermosa fue mi infancia! y de ella me queda una valija llena de buenos recuerdos que atesoro y que muchas veces añoro.
Gladis Espiro