San Martín: mucho más que una estatua de mármol
Sus luchas y su grandeza, como hombre y como patriota, no están afirmadas sobre una base de mármol frío y rígido que adorna nuestras plazas, sino sobre su pensamiento vivo.
Su rectitud, su honestidad y su deseo inclaudicable de lograr la independencia de su pueblo y la unidad latinoamericana son el verdadero legado que nos dejó.
Luchó por la libertad política y la soberanía nacional. Para eso combatió, junto a sus bravos granaderos, arriesgando su vida.
No lo movían el poder, la fama ni la riqueza, sino una convicción profunda: “Cuando la Patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”. Sus soldados, y también las mujeres que lo acompañaron en la lucha de distintas maneras, llevaban grabada esta premisa en el corazón. Por eso ponían a la Patria por encima de sus propios intereses personales.
Quizás este sea el momento de repensar el significado de esas palabras, especialmente quienes gobiernan y aquellos dirigentes que parecen haberlas olvidado.
Tal vez deberían recordar la vida sacrificada, austera y pobre que eligió San Martín, todo por amor a la Patria.
Y preguntarse, en la intimidad de sus conciencias, si aman realmente al pueblo y a la nación donde nacieron, y si siguen siendo leales a la bandera celeste y blanca que nos distingue y nos cobija.
San Martín soñaba con una Patria libre de la dominación extranjera, pero también de la explotación, de los atropellos y de las peleas entre compatriotas.
Así lo expresaba al afirmar: “Mi sable nunca saldrá de la vaina por opiniones políticas”.
Me pregunto qué pensaría este héroe profundamente humano sobre el castigo que hoy sufren los abuelos, los jubilados, los discapacitados y aquellos que intentan decir la verdad pacíficamente, desarmados. Difícilmente él, ni quienes lucharon codo a codo con él, aceptarían tanta injusticia.
Ellos soñaban con una Patria libre, justa y soberana, y con un pueblo feliz, dueño de su destino y de su historia. Un último pensamiento del Padre de la Patria resuena con fuerza: “Hace más ruido un hombre gritando que cien mil que están callados”.
Ojalá estemos siempre del lado de quienes valientemente alzan su voz en defensa de los derechos de todos los argentinos, y no del lado de quienes callan por temor o conveniencia.
General José de San Martín: más que una estatua de mármol, un hombre, un patriota, un ejemplo de vida a imitar.
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