Los padres fundadores
Hace tiempo que quería escribir sobre el Acuerdo de San Nicolás y colocarlo en su justo valor histórico, como uno de los hechos fundantes de la Nación Argentina.
Es uno de los denominados “pactos preexistentes” en los que está basada nuestra Constitución, como así también el Tratado del Pilar de 1820 y el Pacto Federal de 1831.
Pero también he querido expresar lo que entiendo que en nuestro país han existido, igual que en los EEUU, los denominados Padres Fundadores.
Que fueron sino José de San Martín o Manuel Belgrano en sus combates por la Independencia, Justo, José de Urquiza y el Acuerdo de San Nicolás con los gobernadores federales, la inspiración doctrinaria de Juan Bautista Alberdi y el aporte de Bernardo de Irigoyen como jurista y estadista a la Unión Nacional.
Así como John Jay, Alexander Hamilton y James Madison y sus 85 artículos en el Federalista fueron delineando la Constitución de los Estados Unidos. Se agregan John Adams, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson y George Washington. Estos fueron los denominados Padres Fundadores ya que fueron los líderes políticos y estadistas. Estos fueron delegados a la Convención Constitucional y fueron ellos la voz cantante en el recinto.
George Washington condujo el ejército de la Independencia y fue el primer presidente de los EEUU y fue su vicepresidente Thomas Jefferson y John Adams fue el segundo presidente.
Hace unos días leí una nota de Gastón Buet que me impactó por su claridad y expresó el pensamiento correcto sobre este acuerdo de fundamental importancia para el futuro nacional. No agregaría absolutamente nada al mismo, ya que Buet lo hace con meridiana claridad por lo que me limitaré a transcribir la nota.
31 de mayo de 1852 se firmó el Acuerdo de San Nicolás. El más importante Pacto firmado desde la Independencia de 1816. Ratificado por trece provincias argentinas por primera vez en la Historia Nacional se logró arribar a un acuerdo de Organización Nacional Consensuada, de los que estaba exceptuada la Provincia de Buenos Aires por su persistencia en mantener sus privilegios portuarios entre otras cosas de su histórico egoísmo.
Redactado en 19 artículos, su objetivo fue sentar las bases de la Organización Nacional de la República Argentina y sirvió como precedente a la sanción de la Constitución de 1853, figurando genéricamente como uno de los “pactos preexistentes” mencionados en el Preámbulo de la Constitución.
El Acuerdo nombró a Justo José de Urquiza como Director Provisorio de la Confederación Argentina, cargo que ocuparía hasta el 5 de marzo de 1854 en la que será el Primer Presidente Constitucional de la Republica Federal Argentina, estableció la vigencia del Pacto Federal de 1831 y dispuso la reunión de un Congreso General Constituyente en la ciudad de Santa Fe.
El 6 de abril de 1852, se procedió a la firma del “Protocolo de Palermo” tras una reunión celebrada entre los gobernadores de Buenos Aires, Corrientes, el representante de Santa Fe y el representante de Entre Ríos. El Protocolo nombró a Justo José de Urquiza para dirigir las Relaciones Exteriores de la Confederación, hasta tanto que reunido el Congreso Nacional se estableciera definitivamente a quien correspondería ocupar el cargo. Dos días después, el 8 de abril, Urquiza invitó a los gobernadores de las provincias, a una reunión que se desarrollaría el 20 de mayo en San Nicolás de los Arroyos.
Luego de la firma del acuerdo los presentes rompieron la pluma con la cual habían firmado el acuerdo estableciendo que no había nada más importante que firmar. De esta manera, Urquiza comenzaba a concretar los objetivos de Mayo de 1810, organizando al país, dándole una Constitución como Padre Fundador de la Nación Argentina.
La consecuencia más relevante del Acuerdo fue la sanción de la Constitución de 1853, que entró en vigencia y en ese momento, dejó de existir la Confederación Argentina para dar nacimiento a la República Federal Argentina.
Sancionada el 1º de Mayo de ese año, y al año siguiente fue electo Urquiza como el Primer Presidente Constitucional, por un lapso de seis años. Buenos Aires se mantendría separado del resto de la Confederación hasta 1860, tras la nueva victoria militar de Urquiza sobre los porteños liderados por Mitre en la Batalla de Cepeda de 1859 con la firma del Pacto de San José de Flores, donde el Congreso de la Republica nombró al Capitán General Justo José de Urquiza además de los títulos obtenidos Padre de la Unión Nacional.
Firmantes del Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos.
Justo José de Urquiza Entre Ríos
Nazario Benavídez San Juan
Vicente López y Planes Buenos Aires
Pablo Lucero San Luis
Benjamín Virasoro Corrientes
Manuel Taboada Sgo. del Estero
Domingo Crespo Santa Fe
Celedonio Gutiérrez Tucumán
Pedro Pascual Segura Mendoza
Manuel V. Bustos La Rioja
Posteriormente Salta, Jujuy y Córdoba firmaron su adhesión.
Buenos Aires no ratificó el Acuerdo