Las dimensiones de análisis para entender las PASO de agosto
PARTE 2 – Por Dr. Sebastián Pérez
:format(webp):quality(40)/https://elheraldocdn.eleco.com.ar/noticias/2023/08/08_opinion.jpg)
Aspectos relevantes al interior de las coaliciones mayoritarias
Habiendo revisado los aprendizajes del periodo febrero-agosto, avanzamos sobre los aspectos relevantes a considerar de cara a la elección ejecutiva nacional. En primer lugar, hablaremos del corrimiento a la derecha de la oferta electoral. Aunque todavía sin efectos electorales, el éxito mediático de las expresiones más conservadoras del arco político (Ej. Javier Milei, La Libertad Avanza) evidencian una derechización del debate público. Ahora bien, el orden de prioridades del electorado nacional se centra más en la relación precios y salario, en la real oferta laboral existente o en la mejora de los servicios educativos y sanitarios. Es decir, se derechiza la oferta, pero no necesariamente la demanda en la que parecen tener poco espacio las plataformas de estas nuevas derechas globales: leyes restrictivas a la inmigración, libertad económica para grandes jugadores corporativos, política de seguridad que cercenan derechos civiles, retroceso de derechos de cuarta generación (derechos a la comunidad LGTBIQ+, aborto, etc.).
La derechización de la oferta electoral argentina no parece privativa de los recién llegados a la política. La oferta electoral de la oposición en 2007, 2009, 2011, 2013, apostó principalmente a la continuidad con cambio del oficialismo peronista (C. F. Kirchner). Se podían hallar propuestas de expansión de la masa salarial, reducción de la presión impositiva a las mayorías y demás políticas en educación y salud de corte relativamente socialdemócrata. Actualmente, algunas listas de la oposición nacional altamente competitivas (Bullrich) proponen explícitamente endurecer la política de seguridad, eliminar prestaciones sociales, desregular el mercado cambiario, reducir impuestos progresivos y promocionar fiscalmente a la actividad empresarial. Esto tampoco escapa al oficialismo y sus potenciales aliados. El candidato que arroja los guarismos mayoritarios (S. Masa) centra su discurso en la futura estabilización económica y en algunas estrategias antiinflacionarias que en poco se diferenciarían de los sectores más moderados de la oposición (Rodríguez Larreta). Los dos desprendimientos del justicialismo (Juan Schiaretti del peronismo cordobés y el sector de Guillermo Moreno) parecen confirmar la regla y desgajan al oficialismo por derechas. Del otro lado del espectro político, el bajo caudal electoral, la división y atomización de las candidaturas de las izquierdas (6 listas presentadas al interior de 4 coaliciones) es el fenómeno simétrico y complementario al de la derechización.
En segundo lugar, tiene importancia los estilos políticos. Ello es visible entre las principales dirigencias de la oposición partidaria, que llegan a agosto en virtual empate. Ambas candidaturas a la Presidencia tienen una larga trayectoria pública. Por un lado, Patricia Bullrich es una ex militante de la juventud peronista en la década de los setentas que debió seguir el circuito de exilio dictatorial y retorno a la Argentina en la década de los ochentas. En las últimas tres décadas ha ocupado cargos legislativos, ejecutivos y partidarios (Diputada por la Ciudad de Buenos Aires 1993-1997, asesora de municipal y provincial bonaerense gestión Duhalde 1997-1999, secretaria y ministra nacional en áreas de Trabajo y de Seguridad Social 1999-2001, Diputada nacional 2007-2015, Ministra de Seguridad nacional en la gestión Macri 2015-2019, Presidenta del PRO 2020-2023). Por otro lado, la trayectoria de Horacio Rodríguez Larreta ha estado más vinculada al de un funcionario de diversos gobiernos de signo conservador (Gerente de ANSeS 1995-1998, Subsecretario nacional de Políticas sociales 1998-1999, Interventor del PAMI 1999-2000, Presidente del Instituto bonaerense de la Previsión Social 2000-2001, Director de la DGI 2001-2002, jefe de Gabinete en CABA 2007-2015). Recién en 2015 asume su primer cargo electivo que ocupa hasta hoy: Intendente de CABA.
Quizás como consecuencia de esas trayectorias diversas, ambos estilos políticos son bastante diferentes; por lo menos a priori. Patricia Bullrich no se muestra dispuesta a negociar con amplios sectores del sistema político partidario, principalmente el peronismo de corte más progresista. Con respecto a las fuerzas sociales organizadas (gremios y movimientos sociales) se posiciona como una de las candidaturas más explícitamente cerradas al diálogo político y dispuesta al uso de la fuerza pública frente a reclamos sociales. El estilo político de Rodríguez Larreta parecería presto a una mayor negociación con un arco político más amplio; algo que demostró en la cogestión federal de la pandemia COVID-19 o en las marchas y contramarchas para negociar con el peronismo cordobés. De cualquier manera, esta moderación queda en duda por la controversial elección de su candidato a Vicepresidente (G. Morales), envuelto en acusaciones de represión por diversos organismos de derechos humanos nacionales e internacionales.
Como tercer factor de análisis de las elecciones venideras, tenemos las disputas de ideas de fondo. Los principales referentes del oficialismo llegan a agosto desde muy diferentes orígenes. Sergio Masa fue ungido candidato en frenéticas negociaciones de última hora entre el kirchnerismo, los gobernadores peronistas y la Casa Rosada. Masa inició su militancia política a fines de la década del ochenta en el partido liberal-conservador UCeDé. Con el viraje neoliberal del peronismo en los noventas, se incorporó al justicialismo y ocupó varios roles (Diputado provincial bonaerense 1999-2002, Director del ANSeS 2002-2007, Jefe de Gabinete gestión CFK 2008-2009, Intendente de Tigre 2007-2008 / 2009-2013, Diputado nacional 2013-2017, Presidente de la Cámara de Diputados Nacional 2019-2022, Ministro de Economía Nacional 2022-2023). Su propuesta actual sostendría las pautas de crecimiento a partir de los sectores más dinámicos de la economía, incorporando planes de estabilización de la inflación a mediano plazo, que deberá negociar con el FMI. Juan Grabois llega desde el otro extremo político-ideológico del oficialismo. Es un abogado (UBA) que inició su militancia social durante la crisis del 2001 apoyando a los/as trabajadores/as cartoneros/as de la ciudad de Buenos Aires para su institucionalización como trabajadores de la economía social. Está muy vinculado a la visión humanista del Papa Francisco desde 2013. En 2018 fue uno de los dirigentes que constituyó el Frente Patria Grande, una voz interna pero disidente a la izquierda del entramado político del actual oficialismo nacional. Sus propuestas están en torno al problema de la vivienda, la precariedad laboral, la economía social y la explotación minera (principalmente el litio).
Estos diferentes orígenes de los dos candidatos expresan a las claras las contradicciones internas del oficialismo. Por momentos, pareciera que en términos de debate ideológico las diferencias son más claras entre los dos candidatos del oficialismo, que con la oposición. Esto le da al oficialismo la oportunidad de presentarse aún como innovador y con potencia de transformación social. Al mismo tiempo, impone un desafío: plantear de cara a la sociedad mecanismos menos volátiles de negociación política interna que los actuales (2019-2023) en caso de retener la Casa Rosada. Sobre todo, teniendo en cuenta la necesaria estabilización económica a mediano plazo.
