El calor es tema obligado
Por unos días la Maratón de Reyes acaparó el tema de conversación en todos los rincones de la ciudad, en el antes y el después. Pero no pasó mucho tiempo y volvió el tema que en todos los veranos es de candente (nunca tan bien dicho) actualidad, y es el intenso calor que nos domina por estos lares. En todos los lugares se abre la conversación con un “qué calor que hace”, y lo hacen seguramente ingresando a un lugar con aire acondicionado y lanzando un suspiro de alivio ante tan necesario elemento en los tiempos que corren. Algo (el aire acondicionado) que ha dejado de ser un lujo hace rato, para convertirse en una necesidad.
Algunos, quizá más exagerados, van a un supermercado y lo recorren de punta a punta más de una vez, para sentir el fresco del aire y así retomar la actividad de la calle con otros bríos. Pero no deja de ser el tema de conversación, porque el calor no se va y parece que cumplirá bien con su estación hasta el 21 de marzo e incluso algunos aventuran que puede estirar su “estadía” un poco más. Esperemos que no, porque la humedad concordiense, y de la zona en general, conspira con la intensidad tanto del calor como el frío y los potencian. Por ello el calor es un “horno” y el frío poco menos que cala los huesos.
El frío parece ser cada vez menos intenso por estos lares, porque dicen que vamos hacia una tropicalización del clima y que cada vez tendremos más temperaturas un tanto elevadas para la época, que para nosotros aquí es mitad de año. Por esa razón, quizá, uno presume que el calor es más intenso, o se siente con mayor intensidad. Además, las lluvias se hacen desear y cuando llegan parecen burlarse de nosotros, porque es un chaparrón y luego todo se diluye para que vuelva el sol, y con ello el doble de calor.
Los consejos se multiplican por todos lados. El primero es hidratarse continuamente, otro el de andar en la calle con ropa clara, hacer gimnasia o correr hasta las 11 y luego de las 18 horas, ya que entre ellas se concentra la mayor masa de calor, es más intensa. O bien quedarse quieto en su casa, frescos. Pero este consejo es para los que pueden quedarse en su casa. La mayoría debe salir a trabajar, aunque por suerte en la gran mayoría de los casos disponen de un aire acondicionado para desarrollar mejor su tarea, con más comodidad. Igual hay que usarlos a la temperatura adecuada (24 grados) por un tema de consumo de electricidad y también para evitar el frío un tanto excesivo en un lugar de menores dimensiones. Claro que puede surgir la discusión laboral de qué temperatura dejar el aire, ya que algunos son de tener calor fácilmente y otros son friolentos. Algún jefe deberá intervenir para ponerle coto a la situación y así dejar conformes a los empleados del lugar. Por suerte, ya nadie pude fumar en los interiores, y ello antes aumentaba la dificultad de estar o trabajar en dichas condiciones, aspirando el humo de otro. Y dicen que fuma más que el que lo aspira, que quien tiene el cigarrillo en la mano.
Pero volviendo al calor, hay que extremar los cuidados, no exponerse, no dejar que se apodere por mucho tiempo de nuestro cuerpo. Si gusta de tomar sol, hágalo con responsabilidad aunque hoy por hoy nadie debe dejar de usar algún protector y de los potentes para poder estar bajo el astro rey. Hace muchos años era tomar sol sin nada y quedar bien tostado, o usar apenas algo de protector y se lograba mejores resultados aún. Pero ahora hay que tener a mano un factor 30 o 50 para poder estar con tranquilidad los minutos necesarios para un buen bronceado. El veraneo en las costas hace que uno no sienta nada, ya que el disfrute le gana a la realidad, momentáneamente. Pero de no usar protector o estar más de la cuenta al sol trae sus consecuencias horas después, con una insolación donde no entra una camisa por el ardor y hasta se pueden sufrir desmayos por el desbalance de la presión.
Y, por si fuera poco, de noche habrá que cuidarse de los mosquitos y usar repelente, para que no molesten y para que no inoculen ninguna enfermedad. Hay que mantener la casa “seca”, es decir no tener nada con agua acumulada porque es el campo fértil que necesitan los mosquitos para reproducirse.
Por ello, amigo lector, cuídese, tome todos los recaudos, disfrute sus vacaciones ya sea afuera o quedándose en la ciudad, y que el calor solo domine los temas de conversación y no los centros de atención médica.
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