Usar el mate
Relato ficcional, dedicado a mi amigo Enzo, por su coraje, su inteligencia, joven y vigorosa y para que jamás baje los brazos.
El flaquito me sonreía de lejos, a media cuadra parecía un fideo largo y esmirriado. Traía el termo, como los uruguayos, adosados al cuerpo, como si fuera una costilla que se le salió de las carnes, y el mate en la mano, que sorbía de a ratos. Lo conocí en una jornada amarga, donde pasó lo que pasó, y nadie se dio cuenta. �SEs que acá nadie ve la tristeza⬝ dijo esa vez, estremeciéndonos. Enseguida salió con un chiste, el flaquito, porque eso tiene, que dice cosas que te sacuden y al ratito ya está diciendo un bolazo. ¿Sabés cómo me dicen a mí? Dijo esa vez, señalando su figura de escarbadientes y aludiendo a su escaso hábito alimentario: �Scaballo de ajedrez⬝, porque como salteado⬝. Casi nos reímos. Cuando se acerca, a un par de metros de donde yo estaba, vocifera:⬝ ¿viste que se puede tomar mate y caminar a la vez?⬝. Yo me río y digo, ¿con qué me va a salir ahora? �SBueno, no, allá la profe no nos deja tomar mate⬝. �SLos gurises se le fueron al humo, es que están medio cansados de las arbitrariedades. Algunos le llevaron unas leyes y normativas.
Algo sobre los acuerdos escolares de convivencia. Parecían unos leguleyos los pibes. A mí me daba gracia, pensaba: ¿Cómo no se dan cuenta de que eso es puro chamuyo?, que el que sabe, sabe y el que no es jefe. Que adentro es como afuera, el que manda, manda. A la democracia, dejásela a Alfonsín. Ahí nomás, en cinco minutos, se hizo una panzada la profe⬝. �SA mí con los papeles, estos pendejs no me van a ganar⬝, habrá pensado. Entonces sacó una cosa que parecía un papiro y enumeró en alta voz:⬝ Primero, que ustedes están acá para estudiar, ese es su rol⬝, creo que dijo. Con carpa quiso significar, que acá nadie es senador o diputado para andar construyendo acuerdos, ni redactando leyes. Eso para arrancar. Que los �Sverdes⬝ (los cimarrones, no los dólares), continuó entusiasmada, distrae la atención, que el ruido para prepararlo altera la concentración. Que es una droga, siguió, un estimulante, que tiene cafeína⬝, y ahí pensé que capaz por eso anda la gente alterada por la calle, que tal vez no sea la mishiadura lo que la enloquece, sino el exceso de mateina, que por tomar mate todo el día nos andamos puteando en todos lados!!. La profe siguió, solemne �Sque el manejo del agua caliente puede ser peligroso⬝, claro, pensé yo, dijo el flaquito, �Salgunos hierven el agua y se te puede volcar, el seguro ni te cubre y si a eso le agregas el techo y los ventiladores, que se vienen abajo, puede ser una catástrofe, para salir en crónica!, �Sque es más saludable tomar agua que mate, dijo para nuestra sorpresa, es decir un hábito mejor, que es un asco los bichos que transmite compartir el mate, ingresando ya, en la temática sanitaria, �Sque después no quieren enfermarse, de gripe y del covid, es decir, ¡vamos con la higiene gurises!.
Con sutileza otra vez, sugirió que algunos vivillos pueden ponerle otros estimulantes al termo. Con algún enojo, expresó que �Scuando toman mate, enchastran las aulas. Y que si te tomás un par de termos, anunció con seriedad, te podés deshidratar⬝, �Syo ignoraba eso, incluso pensé que había que socializarlo, eso de la deshidratación, que la gente va a quedar seca porque matea todo el día, y casi se lo digo a la profe, pero el horno no estaba para bollos. Un argumento que me mató, inapelable, contundente, es que mientras mateás, compartis chismes, dijo la profe, que pueden ser nocivos para la convivencia, yo no sabía si estaba escuchando bien y lo codeé al petiso Gómez y me decía que si, que eso dijo, y que además, tomar mate, �Safecta la imagen de la institución⬝.
�SEso es importante loco-siguió el flaco- qué van a decir de la escuela!, de nosotros, que nos pasamos tomando mate, en vez de estudiar. En lo que estuvo flojo la profe es que simultáneamente, chupaba, con fervor rioplatense, un humeante Matienzo, recién ensillado. Eso no está bien, como hablábamos con los chiques de otra escuela. Nos contaban que a su �SCentro de estudiantes⬝, la Directora les decía que pintarse el pelo era de trastornados, al tiempo que desfilaban las profes adornadas, con hermosos violetas y verdes, sus lacias cabelleras. O advertían que �Snada de pintura de uñas, maquillaje ni colgantes, cuando elles, les profes, se pintabarrajeaban como una puerta''. ''Mirá, dijo el flaquito, esta vez poniéndose serio, casi sin que yo me diera cuenta. La ley tiene que ser pareja, y la autoridad debe sujetarse a la misma, sino, eso no es ley ni democracia''. Sin ir más lejos, dijo, como pasó en otra escuela; mientras los gurises se desmayaban, en las aulas sin ventilador, con cuarenta grados a la sombra, deshidratados (ahí sí), sin agua, la profe venía fresquita, de su oficina con aire, a retarlos porque hicieron una �Ssentada⬝. ''Así no se vale, como decía el Chavo. Hay que hablar loco, y escuchar, porque si no pasa como en Francia, que el Presidente les quiere enchufar una ley para jubilarse como a los cien años⬝, dijo el flaco con cara de informado, �Spero que todo el mundo rechaza, porque arruina a la mayoría, a los laburantes. No se puede ir contra todo el mundo, eso es autoritarismo, no democracia. Y ahí están, prendiendo fuego Francia. No se puede imponer así, como si los otros no existieran. Hay que dialogar, construir los acuerdos escolares de convivencia. Eso está por ley, hagámoslo entonces, sesudamente⬝. El flaco se puso serio de nuevo.
�SQue nos escuchen y nos respeten, eso nomás queremos. Que no nos deliren, ni amenacen. Yo, en este caso le diría que el mate no nos distrae, porque preparación y cebadura son actos automáticos, como cuando caminamos y cruzamos la calle y podemos mirar a la vez si viene un auto, y que, al contrario, tomar unos mates, estimula un clima de conexión con la tarea, de diálogo, de comunicación, de intercambio, una atmósfera motivadora, le diría, si me dejara, que confíe en nosotros, en nuestra capacidad para comprometernos, que lo vamos a hacer con cuidado, que vamos a mantener la limpieza, que no vamos a compartirlo si estamos con gripe, que no le vamos a poner alcohol, porque no es necesario hacer esas cosas, ni está en nosotros, que podemos calcular, en las clases de matemáticas, química y biología, las cantidades para no deshidratarnos, le aclararía que eso que llama �Schismes⬝, que supuestamente promueve el mate, según describe, es un prejuicio de ella, que no nos trate como conventilleros, que nos respete, que, honestamente le aseguraría, que la �Simagen de la institución⬝ no nos importa un carajo, porque eso es pura apariencia e hipocresía, que sí, en cambio, nos interesa mucho la calidad educativa, que eso, es lo que nos importa, lo que aprendemos en la escuela, nuestra formación académica y humana, es decir, no solo los contenidos, sino también los valores humanos, sobre todo los valores humanos, porque, le expresaría sin dudarlo, que cómo ser una buena persona, también se aprende, también en la escuela. Le diría que nos respeten como lo que somos, como alumnos que compartimos con ellos el proceso educativo, que no somos sus enemigos, ni sus subordinados, somos estudiantes que pensamos, que queremos que nos escuchen y que valoren nuestras posiciones, que la vida es difícil para algunos, para muchos, y que a veces pasamos jornadas completas solo, con un poco de mate en la panza, que seamos más humanos, que aprendamos todos juntos, nuestros derechos y obligaciones, pero que lo hagamos en los principios de la práctica de la democracia, a través de la construcción de los acuerdos escolares de convivencia, que es una ley, no una norma que ella puede o no aplicar a su capricho, que queremos aprender a ser ciudadanos en la praxis viva y palpitante de las relaciones solidarias que , con responsabilidad y compromiso, asumimos en la comunidad educativa, todos los días, en los vínculos maravillosos que construimos, y no en la letra muerta de los libros de Formación ética y ciudadana, que nos dictan hasta dejarnos catatónicos y que repetimos hasta sentirnos unos imbéciles, le diría, a la profe, que entre todos, con valores y con respeto podemos hacer una escuela mejor, una convivencia amistosa, y porque no, soñar con una sociedad y un mundo mejor⬝. Dicho esto, el flaco guardó el mate en la termera, me dio la mano y se despidió, iba a la escuela, con un poco de agua lavada en la panza, a seguir intentando, entre esperanzado y escéptico, continuar la lucha, por un lugar, en el que todos sean mirados, registrados como sujetos singulares, con sus necesidades, sus sueños, sus esperanzas, y en el que todos tengan la cabida que merecen.