La ceremonia contó con la presencia de María Inés Caprotti, madre de Kremer, y dos de sus hermanos, Matías y Mariano. Los acompañaron los artistas responsables de la obra, Jorge Zárate y Mauro Sánchez, junto a integrantes del programa deportivo "3200, el código del deporte". En un evento organizado por la profesora Marcela Cabrera y estudiantes de cuarto año del ciclo orientado en Comunicación, se vivieron momentos de reflexión, risas y aprendizaje en un clima de camaradería, bajo la guía de la rectora Lorena Acevedo.
El mural, ubicado en la esquina de Lamadrid y avenida Salto Uruguayo, es una obra colectiva que incluyó la participación de alumnos de segundo año de la escuela bajo la dirección de la profesora Florencia Collomb. Con la imagen de Kremer vestido con los colores celeste y blanco, envuelto en una bandera argentina rodeada de laureles, el mural se convierte en un nuevo símbolo de la ciudad.
“Es algo muy lindo, te llena de orgullo verlo en la escuela donde empezó todo”, expresó Matías Kremer, emocionado al recordar el apoyo constante de la comunidad en un año particularmente difícil tras el fallecimiento de su padre.
Por su parte, los artistas Zárate y Sánchez destacaron el compromiso detrás de este proyecto, que comenzó hace un año gracias a la iniciativa de "3200, el código del deporte". "Es un orgullo enorme para nosotros haber plasmado este homenaje. Marcos representa esfuerzo, perseverancia y sueños cumplidos", comentaron los muralistas.
Desde la institución, la rectora Lorena Acevedo subrayó la importancia de tener a Kremer como referente para los estudiantes: "Refleja valores que impulsamos día a día: trabajo en equipo, responsabilidad y sueños alcanzados con esfuerzo".