Lance caballeresco en Concordia
Hasta no hace mucho tiempo, se mataba y se moría por el honor. Era así defendido a veces el �Sbuen nombre⬝ y otras eran también ofensas personales cuando una persona se consideraba agraviada por otra.
En la Argentina se recuerda como, tal vez el primero en defensa del �Shonor nacional⬝, aunque la nación aún no existía en su carácter independiente, el protagonizado por el coronel José Moldes, en Madrid, en circunstancias en que el futuro general y uno de los héroes de la Independencia argentina participaba de un banquete de agasajo a un enviado del Emperador Napoleón en ese momento aliado de España que en el brindis señaló que Francia podía someter a España y todas sus colonias cuando quisiera. El coronel Moldes le contestó �Sque eso le sería muy difícil con Buenos Aires, ya que los ingleses lo habían intentado dos veces en 1806 y 1807 y les hicimos morder el polvo⬝.
El enviado del Emperador se sintió agraviado, lo que derivó en un duelo a consecuencia del cual el francés terminó muerto por bravucón y estúpido.
En nuestro país, el duelo como delito penal se encuentra tipificado en los arts. 97 al 103 del Código Penal Argentino. Las penas actuales son de hasta 6 meses, si no hay lesiones o si son leves y hasta 4 años si son lesiones graves o la muerte, siempre y cuando se trate de un duelo �Sregular⬝ es decir, que los rivales se hayan batido con intervención de padrinos que elijan las armas y arreglen las condiciones del desafío.
Aunque parezca mentira, esta práctica sigue existiendo en este siglo XXI. Esta �Sjustificación de justicia por mano propia⬝ o sea resguardar el honor bajo un desafío de armas resulta anacrónico ya que para la defensa del honor de las personas se encuentra a disposición de cualquier ciudadano que se sienta ofendido en su honor, la promoción de los delitos de los llamados �Sde acción privada⬝ tales como Calumnias e Injurias. No se puede sustraer del ámbito judicial la resolución de conflictos de honor, permitiendo una especie de venganza privada de los contendientes.
EN 1968
Algunos más recientes tuvieron notoriedad pública por el conocimiento público de los contendientes y la trascendencia periodística por la misma razón.
Fue tal vez el último que alcanzó esa notoriedad el 3 de noviembre de 1968 cuando a las 7 de la mañana, en una mañana de sol, el periodista, abogado y dirigente de la Unión Cívica Radical Yoliván Biglieri y el almirante Benigno Varela quien fuera Comandante de Operaciones Navales se batían a duelo en Monte Chingolo (Partido de Lanús)
Varela, al declararse ofendido, eligió el sable como arma. Biglieri y sus padrinos aceptaron el arma. Debían combatir con el torso desnudo.
Biglieri dirigía un diario llamado Autonomía desde donde había escrito una serie de artículos donde repasaba la carrera del marino, donde lo colocaba en un papel desdoroso.
Luego de tres asaltos vigorosos por ambas partes con sable de filo, contrafilo y punta, los dos estaban heridos en distintos lugares del cuerpo; los dos seguían sintiéndose agraviados y habrían seguido el combate si el juez no se los hubiera impedido porque ambos presentaban múltiples heridas.
Cuando ambos se retiraban con sus padrinos Biglieri le expresó:
�"Esto para que Uds. los militares, aprendan que los radicales no somos ningunos maricones. Gritó el hombre con el rostro ensangrentado, mientras un médico trataba de detener la hemorragia.
El almirante se detuvo. Caminaba con dificultad por el dolor que le provocaba una herida en la cadera. Giró la cabeza y sin darse vuelta contestó:
�"Reconozco su valentía, pero no puedo decir lo mismo de todos los radicales.
Se le preguntó a Biglieri si se reconciliaba y contestó que nunca fueron amigos, así que no había razón para reconciliarse. Nunca más se vieron.
24- 12- 1948 (Diario El Litoral)
El jefe de la Oficina de Higiene de la Municipalidad, Dr. Reynaldo Oliva, encomendó a los tenientes primero Victorio Mazarol y Horacio Noverasco, que solicitaran una retractación al director de La Voz del Norte, Don Eduardo Mouliá, por publicaciones aparecidas en su diario que consideraba ofensivas, o bien le exigieran una reparación por las armas.
Como el señor Mouliá, se negara a dar ninguna satisfacción, quedó planteada una cuestión caballeresca, designando sus padrinos el director de La Voz del Norte a los doctores Luis María Jaureguiberry y Juan Mac Loughlin.
El lance tuvo lugar esta mañana, a las cinco, en un terreno de las inmediaciones de Cambá Paso, efectuándose a pistola, con cambio de un tiro a veinte pasos de distancia.
Los disparos se hicieron sin consecuencias para los duelistas.
Estuvieron presentes además de los padrinos, los médicos Néstor Piaggio y Juan F. Giorgio y los coroneles señores Avelino Bergalio y Pablo Harrand.
Los señores Oliva y Mouliá no se reconciliaron.