La muerte de Nisman: certezas e incógnitas que persisten
Diez años después de la muerte del fiscal Alberto Nisman, el caso sigue envuelto en interrogantes y polémicas. La justicia sostiene la hipótesis de un homicidio, pero carece de pruebas concluyentes sobre los autores materiales e intelectuales. El fiscal Eduardo Taiano y el juez Julián Ercolini destacan irregularidades en la investigación inicial y errores en la preservación de la escena, como la presencia de múltiples personas y fallas en el levantamiento de huellas.
Entre los puntos clave están la trayectoria de la bala, la hora exacta de la muerte y la posible participación de terceros. Las pericias de Gendarmería encontraron ketamina en el cuerpo de Nisman y sostienen que el fiscal ya estaba muerto cuando su computadora fue utilizada la mañana del 18 de enero de 2015.
El técnico informático Diego Lagomarsino, señalado por prestar el arma homicida, está procesado como partícipe necesario. También se acusa a los custodios de incumplir sus deberes y encubrir el hecho. Mientras tanto, las comunicaciones entre agentes de inteligencia de la época y la presencia de Sergio Berni en el lugar generan más sospechas.
El caso, marcado por fallas en la investigación y conflictos de poder, sigue sin resolverse y con numerosos interrogantes abiertos.
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