La máquina que hacía llover. EL ING. JUAN BAIGORRI VELAR
Durante la segunda presidencia del Dr. Hipólito Yrigoyen, el general Enrique Mosconi invitó al Ingeniero Juan Baigorri Velar, nacido en Concepción del Uruguay en 1891, a viajar a Buenos Aires para que se hiciera cargo del flamante ente autónomo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Mosconi conocía a Baigorri Velar, ya que el padre de este había sido militar como él y fue un gran amigo del general Roca. Sabía que Baigorri se había graduado en geofísica en la Universidad de Milán y viajado por Europa, Asia, África y los Estados Unidos, actuando como técnico en petróleo por cuenta de diversas compañías.
Mosconi quería crear un ente capaz de supervisar la explotación, destilación y la posterior comercialización del petróleo, y el mismo Yrigoyen dio su consentimiento. Sin embargo había muchos intereses en ese tiempo y no entusiasmó al minucioso entrerriano, al punto de que rechazó la oferta de Mosconi y volvió a hacer su trabajo.
Hubo luego un dato que lo pintaba de cuerpo entero a Baigorri. Su casa del barrio de Caballito era muy húmeda. Tanta que consideraba que era insalubre para él y su familia y además para sus aparatos de precisión. Tomo un día el recordado tranvía 2 �SDe Plaza de Mayo a Liniers⬝ transitando íntegramente por Rivadavia provisto de un altímetro y una libreta de apuntes. Al llegar a Liniers determinó que el punto más alto de la ciudad está al 10.100 de Rivadavia. Comenzó a buscar en esa zona una casa para alquilar, y consiguió en Ramón Falcón y Araujo. Algún tiempo después, en 1938 mientras trabajaba en Colonia (ROU) en la determinación de subsuelos con un aparato de su invención, equipado con reactivos químicos y una batería más dos antenas y comenzó a suceder que, el cielo más diáfano torna a convertirse en una bóveda plomiza, y llueve, cuando generalmente, en esa época, el suelo uruguayo no recibe mucha lluvia. De regreso a Buenos Aires no puede menos que relacionar el funcionamiento de su aparato, con la producción de alteraciones atmosféricas. Continúa con las pruebas de los metales que emiten ondas electromagnéticas que producen la congestión atmosférica y desde su altillo de Villa Luro, complica la existencia de los porteños de ese tiempo.
Sobre todo a los aficionados al futbol y las carreras de caballos. Sucede que Baigorri dispone de los sábados y domingos. Muchos partidos suspendidos y el turf con pista barrosa en el Hipódromo fueron producto de sus pruebas. Una vez comprobado el real efecto de sus ensayos, consigue una entrevista con el gerente del Ferrocarril Central Argentino, mister Mac Rae, a quien solicita un vagón de sus trenes para hacer experiencias en la zona de influencia de sus rieles. Pide la región más seca, con preferencia en la Provincia de Buenos Aires, o Santa Fe⬦ o Santiago del Estero.
En cualquier lugar, pero eso sí, el más seco. Mac Rae acepta, aún sin creer mucho y designa para que lo acompañe y verifique al Jefe del Fomento Rural del Ferrocarril, Ingeniero Agrónomo Hugo Miatello. Este señala la zona de cultivo de secano de Santiago del Estero, por ser la más necesitada de lluvias. En octubre se realizan las pruebas. Baigorri y Miatello viajan a la estación PINTO en Santiago del Estero. Miatello informa que: �SLlegaron con un tiempo completamente normal, día de sol fuerte y viento norte. Se instaló el aparato y dos antenas en la Colonia �SLos Milagros⬝ del Sr. Juan Balbi y a los pocos minutos de haber comenzado a funcionar se pudo observar que el característico viento Norte, caliente, cambió de dirección soplando del Este, siendo casi fresco, a las 12.30 de la noche, o sea a las 8 horas y media de funcionamiento delo aparato, hubo una ligera tormenta de viento fuerte, acompañada de un ligero chaparrón⬝. El Ingeniero Miatello continuaba su informe fechado el 25 de noviembre de 1938 �SEl último día se le había desconectado el aparato y el viento dejó de soplar; durante la tarde se volvió a soportar el viento caliente del Norte y al anochecer calmó; se conectó nuevamente el aparato y de inmediato, a los pocos minutos comenzó a correr el viento del Este⬝ En el viaje de regreso a la capital fueron hablando sobre que ahora �Sconstruirá un aparato de mayor y en diciembre volveremos a PINTO para continuar con los experimentos. Una vez terminados los mismos y comprobado el éxito, no escapará al elevado criterio del Sr. Gerente, la trascendencia y utilidad del invento del Ing. Baigorri quien, además de ser un buen geofísico, es un notable rabdomante, pero científico; fija la corriente de agua subterránea con verdadera precisión, indicando la profundidad, la calidad de las aguas y la cantidad que puede aprovecharse. El gobernador de Santiago del Estero, Dr. Pio Montenegro autorizó a Baigorri autorizó a experimentar allí y alojarse en una granja del gobierno. El 22 de diciembre sin pérdidas de tiempo se puso a trabajar. Dos jóvenes ingenieros, profesores del Nacional local agregaron a su bienvenida.
�"No vaya a hacer llover en Nochebuena, ingeniero. Mire que tenemos todo preparado para la fiesta. A ver si después de tres años en que aquí no cae una gota se nos �Sdescuelga⬝ con un aguacero y nos ahoga la velada...⬝ Baigorri hizo oídos sordos a tales ironías y comenzó a fabricar su lluvia. A las 55 horas de trabajo Santiago del Estero recibió en dos horas, el regalo bendito de⬦sesenta milímetros de lluvia. El gobernador Montenegro vio interrumpido su sueño por la precipitación y abandonando de prisa el patio de su casa donde dormía y los bailes de Nochebuena. Nunca había llovido tanto en la ciudad desde hacía 50 años. Cuando los viajeros completaron 122 horas de permanencia en la provincia, el registro de lluvia fue el siguiente: Capital, 60 milímetros; Estación Fernández, 70; La Banda, 60; Loreto, 45;Robles, 10; Silipica, 10; Villa Siombolar, 44; Los Naranjos, 44; Guasayán 10; Vinará, 15; Tapao, 24; San Pedro, 10; Choya, 26; Lugones, 13; Taboada, 14; Forres, 14; Beltrán 18; Vilmar, 20; Selva,11;San Román 53.
Baigorri regresó después de Navidad a Buenos Aires. Miatello describió así al aparato �Sno tiene mayor tamaño que una caja de radiofonía y se corona con dos antenas semejantes a las de tal uso, consiguiendo resultados sorprendentes⬝ Una multitud lo cargó en andas y lo depositó en la Torre de los Ingleses. Luego una caravana los acompañó hasta 25 de Mayo y Cangallo donde estaban las oficinas del ferrocarril. Sin embargo, allí fue informado de las declaraciones del Ing. Alfredo G. Galmarini, de la Dirección de Meteorología referentes a los sucesos de Santiago del Estero que dicen lo siguiente: ⬝Ante el conocimiento de los términos de los alcances y de las proyecciones que se han querido atribuir a los pseudo experimentos de Santiago del Estero, realizados por una empresa particular y en razón del cargo que desempeño, me veo en la necesidad de declarar que dichas informaciones constituyen, no solamente un atentado a la ciencia, sino también al más elemental criterio. Por ello, la Dirección a mi cargo no está ya interesada en desvirtuar, con nociones técnico científicas el carácter de los experimentos y sus posibilidades. Yo creo que el comentario público, por si solo, es quien debe desvirtuar tanta imaginación tropical, al punto que estimo que los comunicados de referencia debieron aparecer el día 28 de diciembre (Día de los Inocentes) por las razones conocidas⬝. Galmarini sostuvo que la oficina meteorológica ya había pronosticado la lluvia que cayó en Santiago, por lo que Baigorri exhibió lo que informaba �SEl Liberal⬝ donde el Servicio Meteorológico decía �SSantiago del Estero, Chaco y Formosa, bueno y caluroso con poco cambio de temperatura⬝.
Galmarini prosiguió con sus ataques tratando de ridiculizar de toda forma. Los ingleses en cambio, sí que se interesaron. El �STimes⬝ de Londres solicitó una entrevista por intermedio del Ing. Miatello. También un ingeniero norteamericano de dijo que le pusiera precio a su invento, pero Baigorri se negó a venderlo.
La gente de Buenos Aires, cada vez que el tiempo se ponía nuboso, decían �SEs Baigorri que tiene enchufada la maquina⬝ Un mes más tarde, las autoridades de Carhué solicitaban sus servicios por la persistente sequía que dejó casi sin agua la laguna. Los días 7 y 8 de febrero Carhue tuvo su lluvia y ¡como llovió! Haciendo desbordar las lagunas Epecuén, Caruhé y Guaminí.
Luego por un largo tiempo no realizó más trabajos hasta que a fines de 1951, en que gobernaba Perón y el ingeniero Raúl Mendez a cargo del Ministerio de Asuntos Técnicos le ofrece un cargo como asesor técnico del Ministerio con un sueldo muy importante. Baigorri interpreta que ello involucraría ceder sus conocimientos al Estado y prefiere trabajar �Sad-honorem⬝ y cobrar solo los trabajos que realice en funciones. En enero lo destinan a Caucete, donde hacía ocho años que no llovía. Allí provoca tres lluvias de consideración, pero debe detener su trabajo debido al estado de la ciudad, luego del terremoto de 1944 donde había muchas casas apuntaladas. Luego de trabajar dos años sin ninguna respuesta del gobierno, escribe preguntando si sus servicios interesan o no al gobierno. Luego de bastante tiempo le contestaron que �Sa fin de considerar su invento, es imprescindible que Ud. remita un informe detallado sobre las bases técnicas y científicas del mismo⬝ No estaba equivocado Baigorri sobre las intenciones oficiales.
En una oportunidad que el Servicio Meteorológico conducido por el Ing. Galmarini, ese verano 30 de diciembre pronosticó: �STiempo caluroso y seco, poca nubosidad. No se pronostican lluvias en los próximos días⬝ Era su oportunidad. Hizo saber a los medios que el 31 de diciembre iba a llover. Para gastarle una broma, le mandó un paraguas de regalo a Galmarini. Y el 31 de diciembre se encapotó el cielo durante el día y llovió durante toda la noche arruinando los festejos de Fin de Año. Jamás patentó su invento.
Siguió viviendo en Villa Luro, no realizó más trabajos y la gente lo olvidó. Vivió pobremente durante esos años y olvidado falleció el 24/3/1872. Nunca más se supo sobre el aparato y su funcionamiento, a pesar de haber demostrado su eficacia.