El presidente Javier Milei participó junto a su gabinete y la vicepresidenta Victoria Villarruel, a quien evitó saludar, en un gesto que volvió a mostrar el quiebre entre ambos. También ignoró al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, generando un momento incómodo en la entrada a la Catedral.

Durante la homilía, García Cuerva describió una Argentina herida, con personas en situación de calle, madres desesperadas por salvar a sus hijos de las drogas, falta de acceso a medicamentos y un sistema previsional que excluye a los adultos mayores. Reclamó que la política actúe hoy, “antes de seguir perdiendo generaciones” y alertó por el desencanto ciudadano tras “años de promesas incumplidas”.
Sin mencionar directamente al Gobierno, el arzobispo también se refirió al desinterés electoral que se evidenció en los últimos comicios porteños, interpretándolo como un reflejo del hartazgo y la desconfianza social.
Este Tedeum tuvo además una connotación especial: fue el primero desde el fallecimiento del papa Francisco, exarzobispo de Buenos Aires, a quien Milei definió en los últimos meses como “el argentino más importante de la historia”, tras haber dejado atrás sus agravios iniciales.

Luego del acto litúrgico, Milei presenció en Plaza de Mayo el tradicional cambio de guardia, sin agenda oficial fuera de la Ciudad. Según voceros, fue una decisión logística y simbólica en medio de un clima político sensible y bajo exposición pública del Presidente.

Contrapunto simbólico
A la misma hora, en el Polo Cultural Saldías, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó un acto del Instituto Patria bajo el lema “Encuentro de la Cultura Popular”, en homenaje a Néstor Kirchner. El evento fue leído como un contrapeso político y narrativo al Tedeum oficialista, profundizando la polarización entre el gobierno de Milei y el kirchnerismo. Desde la organización del evento opositor, se convocó a “desmontar el relato de la derrota y construir otra narrativa del porvenir”, mientras Cristina difundió la actividad por sus redes, con una fuerte carga simbólica en esta nueva puja de relatos por la identidad nacional.