Experiencias sobre el suicidio

En el libro voy a contar las experiencias desarrolladas y los resultados obtenidos con el programa, en un lenguaje llano, sin acudir a la jerga científica, para que pueda resultar comprensible a todos los vecinos. Es que la misma experiencia es, esencialmente un modelo de participación comunitaria, de construcción colectiva, en el trabajo de prevención y, sus excelentes resultados, se derivan, necesariamente de esta particularidad.

En ambas localidades, el programa convoca el compromiso de los vecinos y de las instituciones de la comunidad como agentes naturales de salud mental y de promoción de los factores protectores de las conductas suicidas en la comunidad. Me voy a referir principalmente a la experiencia del programa de prevención del suicidio en “Los Charrúas”, por ser la que tiene un mayor desarrollo de esta experiencia, una comunidad de seis mil habitantes, situada a 35 km de la ciudad de Concordia, y en la que la alarma y la inquietud que generaron cinco suicidios en el año 2021, movilizó a los vecinos y a las autoridades a solicitar respuestas posibles para esta grave problemática social.

Ese fue el origen de la convocatoria que acepté con gusto, por tratarse de una tarea sumamente grata, aquella de encarar, en conjunto con el colectivo social, las estrategias de cuidado y asistencia que permitieran un tratamiento eficaz de estas situaciones penosas.

De ese modo, comenzamos a trabajar, arduamente en la capacitación y la construcción de redes de solidaridad y sostén emocional, con todas las instituciones y los vecinos de este hermoso pueblo.

Así programamos encuentros sistemáticos, permanentes y continuados con las escuelas, fundamentalmente con el nivel secundario, teniendo en cuenta que entre los 15 y los 24 años, el suicidio es una de las principales causas de muerte, con capacitación y relación permanente con docentes, preceptores, directivos y tutores, con talleres semanales con todos los cursos del colegio, para la identificación de situaciones de vulnerabilidad que pudieran ser debidamente atendidas con un criterio preventivo.

Asimismo la capacitación y el trabajo en red se extendió a otras instituciones fundamentales, como el Centro de salud y la policía, acordando criterios de intervención en crisis y el trabajo en conjunto con el programa, pues son ellos los que actúan cuando se desarrolla una tentativa de suicidio, una urgencia.

El tejido de las redes comunitarias se desplegó al centro de jubilados, pues es, la de los adultos mayores, la otra franja de edad que compromete a las conductas autodestructivas, se amplificó a los medios de comunicación, para tomar consciencia de los efectos contagio o dominó que puede generar una cobertura inapropiada, sensacionalista de estos penosos acontecimientos, y de la enorme significación que tienen en la información y difusión de los factores e indicadores de riesgo, de la importancia del vecino como agente natural de la prevención y de la comunicación de las referencias de atención en situaciones de riesgo de suicidio. En el caso de la experiencia en “Los Charrúas“ y en Federal, esta referencia de la asistencia la desarrollamos desde el mismo programa en el C.I.C en el primer caso y en la Salita “7 de septiembre” en el segundo.

Esta posibilidad de la atención de las crisis, las urgencias y las situaciones de riesgo, es fundamental, cuando en otros lugares, esta demanda se estrella con las listas de espera de servicios de salud colapsados. Además constituir, a través de la difusión y la comunicación, una referencia para el pedido de ayuda en casos de riesgo y vulnerabilidad suicida, supone la posibilidad de nombrar un enigma, enmarcar, localizar y dar respuesta a un acontecimiento que, en la historia, ha sido ganado por el silencio, el ocultamiento y el tabú, confirmando que nada de lo que no pueda ser dicho, podrá ser tratado y resuelto.

El trabajo se prolongó con los clubes, las instituciones de minoridad, el área de la mujer y todos los espacios comunitarios con los que pudimos desarrollar un trabajo cooperativo y de construcción colectiva.

Un trabajo participativo que en Los Charrúas se tradujo en la creación de la mesa interinstitucional para la prevención del suicidio, integrada por representantes de todas las instituciones y abiertas a los vecinos, donde vamos elaborando todas las estrategias de prevención desde el compromiso comunitario, partiendo de la base de que el suicidio se puede prevenir, porque no es un acto impulsivo, súbito e inesperado, en la mayoría de los casos, sino la acción final de un proceso que va dando manifestaciones de alarma y señales de advertencia que permite intervenciones, de todos los miembros de una comunidad, que protejan, contengan y traten a tiempo, y ayuden, a quien se encuentra en tal grado de vulnerabilidad, a encontrar otras vías de solución de conflicto.

En la ciudad de los Charrúas, en los que hasta el año 2021 eran muy elevados los índices de suicidios, desde que comenzamos a trabajar en el programa, con toda la comunidad, en octubre de 2021, no hubo suicidios en el 2022 y un solo caso se registró este año, contando con intervenciones asistenciales preventivas, surgidas de las derivaciones producto de la detección de los vecinos, de más de cincuenta casos en un año y diez meses.

Esta experiencia que habla de la capacidad de los vecinos y las comunidades para afrontar, desde el compromiso y la participación sus necesidades en salud mental, siempre que haya un Estado presente, que proponga programas y políticas públicas eficientes, es necesario contar, no solo para resaltar el valioso comportamiento de esas comunidades, sino también, para pensar un modelo posible de estas realidades tan penosas que azotan a nuestra sociedad, sobre todo en momentos de crisis, como en esta etapa de post pandemia.

Sergio Brodsky

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