¿Existió el tambor de Tacuarí?
Mucho se ha dicho y escrito sobre la presencia de este valiente soldadito en las filas del Ejército Expedicionario al Paraguay al mando del coronel Manuel Belgrano sin tener demasiados datos. Sin embargo, esos datos existen, tal como lo han consignado distintos autores y cronistas de historia por lo que me permito abordar el tema con el aval de la documentación existente.
Dice Mitre en �SLa Historia de Belgrano y la Independencia Argentina⬝ que en la Batalla de Tacuarí:
�SLa intrépida columna, compuesta de 235 soldados, se puso en movimiento sobre el enemigo, que en número de cerca de dos mil hombres con seis piezas de artillería, avanzaba con la arrogancia que le inspiraba la superioridad numérica y su reciente triunfo. La infantería formada en pelotones en ala, marchaba gallardamente con las armas a discreción, al son del paso de ataque que batía con vigor sobre el parche, un tamborcillo de edad de doce años, que era al mismo tiempo el lazarillo del comandante Vidal, que apenas veía; pues hasta los niños y los ciegos fueron héroes en aquella jornada⬝.
De esa forma, el tamborcito de Tacuarí entraría en la mitología sobre esa batalla en la que el valor de Belgrano y sus hombres, aún en la derrota, salvó el honor de las armas de la Revolución, obtuvo el respeto del circunstancial enemigo y logró los objetivos que lo llevaron a expedicionar militarmente en el Paraguay.
Pero también resulta que el mito del tambor de Tacuarí, no fue tal mito, sino que fue verdad. Aunque Bartolomé Mitre no nos da el nombre del niño héroe de esa jornada, sin embargo nos ha permitido conocer su existencia. Se trataba de un niño de doce años llamado Pedro Ríos como lo señala el informe de Federico Palma donde dice �Sque se incorporó a la expedición al Paraguay en la localidad correntina de Yaguareté Corá, la actual Concepción. Allí el 26 de noviembre de 1810, pocas horas después de su arribo, luego de haber orado ante la imagen de San Francisco de Asís, patrono del pueblo, en la humilde y pequeña capilla lugareña, el general Belgrano como en los demás puntos de su paso, recibió en el atrio a un grupo de vecinos que le manifestaron sus deseos de alistarse en el ejército expedicionario. Entre ellos se hallaba Pedro Ríos, un joven de doce años, que pidió al general que le permitiera marchar con los soldados y cuyo padre maestro rural, enfermizo e imposibilitado no solo prestó su conformidad sino que expresó que lo entregaba como la única ofrenda a la patria naciente.
No se decidía el general a aceptar el ofrecimiento temiendo exponer al niño a los peligros de la guerra, hasta que el capitán Celestino Vidal que padecía una seria afección a la vista, se lo pidió como guía. Incorporado en ese carácter al ejército, el pequeño abandonó su pueblo natal y marchó con la expedición, en la que, poco después, alternaba su piadosa misión de lazarillo como las funciones de tambor, que cumpliría como jugando, marcando alegremente en los parches los redobles, mezclado entre los integrantes de la banda lisa. Asistiría sí a las alternativos de la expedición, que debió afrontar, una vez en territorio paraguayo, la incomprensión de su destinatario; para recibir su bautismo de fuego en Itapúa y Yuquerí y familiarizarse con la metralla en los campos del Paraguay, hasta que el 9 de marzo de 1811 en Tacuarí recibió la orden de tocar redoble de combate. Y así cayó, según lo ha recogido la tradición, dejando su vida en el cumplimiento de su consigna⬝
José Carmelo Busaniche
(Hombres y hechos de Santa Fe) El Litoral 1979
El niño Pedro Ríos nació en septiembre de 1798, hijo de Antonio Ríos, maestro rural. Estos datos se conocen gracias a la narración de Francisco Benítez, un cronista de Concepción, en su libro �SHomenaje justiciero, la estatua al Tambor de Tacuarí que fue publicado en 1930.
El bautismo de fuego de Pedro Ríos se produjo el 19 de enero de 1811 en la Batalla de Paraguarí, donde Belgrano sufrió su primera derrota. Cumplió funciones en la retaguardia, fortificando las carretas del parque de armas y el hospital de campaña. Como el encargado del tambor se había sumado al combate, a partir de ese momento cumplió funciones de guía con el tambor.
Ya en marcha el tamborilero iba a la vanguardia de la infantería y como niño que era desafiaba el peligro que corría.
En la Batalla de Tacuarí, Pedro Ríos continuó guiando al mayor Celestino Vidal y además tocando el tambor. Cumpliendo sus funciones, fue alcanzado por dos proyectiles en el tórax, cayendo herido de gravedad y falleciendo minutos después.
Vidal dijo �SLo recuerdo y me estremezco. Me parece estar viéndolo impasible avanzar a mi lado. Yo lo he visto caer y abandoné la lucha para socorrerlo. Murió de dos disparos en el pecho. Estoy seguro de que su muerte fue mi salvación, porque al detenerme, no caí como cayeron casi todos los del ala donde estábamos nosotros⬝.
Pedro Ríos, el Tambor de Tacuarí.
Diario El Territorio Posadas 2013
