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    El Dr. Roque Sáenz Peña y la ley que lleva su nombre

    Ya me he referido en otra oportunidad a este gran argentino que fue el Dr. Roque Sáenz Peña, brillante hombre de una también brillante generación.

    03 de octubre de 2020 - 10:29
    El Dr. Roque Sáenz Peña y la ley que lleva su nombre
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    Había estudiado en el Colegio Nacional Buenos Aires (el mismo que fuera el Real Colegio de San Carlos) bajo la dirección de don Amadeo Jacques al que retratara e hiciera inmortal Miguel Cané en su �SJuvenilia⬝.

    Siendo estudiante de derecho y opositor a Bartolomé Mitre, militó en el Partido Autonomista de Adolfo Alsina, se alistó en la Guardia Nacional en el Regimiento 2 de Infantería con la finalidad de colaborar en la represión del movimiento sedicioso comandado por Mitre en 1874, con el grado de capitán y bajo las órdenes del General Luis María Campos, una vez sofocado el movimiento por las tropas nacionales, se retiró con el grado de comandante.

    En 1875 culminó sus estudios de abogacía obteniendo el título presentando la tesis �SCondición jurídica de los expósitos⬝ obteniendo el título de Doctor en Derecho.

    Sería luego electo Diputado Nacional en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires donde su actuación fue tan destacada, que con solo 26 años fue elegido Presidente de ese Cuerpo Legislativo. Su vida inquieta y vehemente lo llevó junto a otras personalidades políticas de su tiempo; como Leandro N. Alem, Aristóbulo del Valle, Hipólito Yrigoyen, Lucio Vicente López, José Manuel Estrada y Pedro Goyena a formar el Partido Republicano en 1877. Sin embargo, frente a los acontecimientos que estaban sucediendo en la llamada Guerra del Pacífico, silenciosamente viajó a Perú para unirse al conflicto. Tal como ya he relatado en estas páginas, siendo ya abogado, participó como voluntario también en esa guerra alistándose en el Ejército Peruano, y participando en las dos cruentas batallas de Tarapacá y Arica con el grado de teniente coronel, allí le tocó ser testigo de la muerte del General Bolognesi, su Jefe militar, siendo luego hecho prisionero por los chilenos porque se negó a rendir el pabellón peruano.

    Roque Sáenz Peña fue declarado héroe del Perú con monumentos y calles con su nombre.

    Hacia 1880 presidía el país el general Julio Argentino Roca y durante su gobierno Sáenz Peña fue designado para acompañar en el Ministerio de Relaciones Exteriores al Dr. Bernardo de Irigoyen. Durante un año lo acompañó en el cargo, y luego renunció y viajó por dos años a Europa alejándose por un tiempo de la política.

    A su regreso, junto a otras figuras importantes como Paul Groussac, Carlos Pellegrini y Exequiel Ramos Mejía en la creación de una revista, a la que denominaron Sud América expresando ideas americanistas que lograron gran difusión. Desde esa revista enfrentó las ideas de Dardo Rocha con irónica mordacidad.

    DEFENSOR DE LA TESIS �SAM�0RICA PARA LA HUMANIDAD⬝

    Apoyó la candidatura a presidente de Miguel Juárez Celman y siendo este ya electo, designó a Sáenz Peña Embajador en la República Oriental del Uruguay. Durante su desempeño como embajador, se realizó en Washington el 1er Congreso Panamericano (1889- 1890) y allí su actuación fue sobresaliente oponiéndose a la �SDoctrina Monroe⬝.

    Con contundentes argumentos señalaba que esa doctrina estaba concebida bajo la denominación de �SAmérica para los Americanos⬝. Roque Sáenz Peña defendió el principio de la no intervención de las potencias extranjeras en los asuntos internos de los estados latinoamericanos. También combatió el proyecto estadounidense de crear una unión aduanera y una moneda única para toda América. En esa ocasión Sáenz Peña contrapuso a la Doctrina Monroe la sigla �SAmérica para la Humanidad⬝. Ella propiciaba la política nacional ya en ejecución, con la exitosa inmigración de esforzados y laboriosos italianos, españoles, árabes, judíos, polacos, alemanes y que fueron, en definitiva quienes diversificaron la economía argentina con la expansión de la agricultura y las industrias familiares.

    El gran prestigio que ganó por su defensa de los intereses de Latinoamérica en Washington indujo al presidente Juárez Celman a promoverlo como titular del Ministerio de Relaciones Exteriores, que Sáenz Peña desempeñó hasta la renuncia del presidente, que acorralado por la crisis económica y por la Revolución del Parque con la sublevación de algunas unidades militares del Ejército y Marina y más milicianos donde los principales combates se realizaron en el Parque de Artillería y de allí su nombre. La Revolución del Parque fue vencida, y en esa ocasión, el senador por Córdoba Manuel D. Pizarro pronunció una frase que quedó en la historia �SLa Revolución está vencida, pero el Gobierno está muerto⬝.

    Así fue, el presidente Juárez Celman renunció al cargo y, naturalmente el Dr. Roque Sáenz Peña que había sido nombrado por él, acompañó su renuncia.

    En su lugar asumió el vicepresidente Dr. Carlos Pellegrini, quien debió afrontar una enorme crisis económica y es allí cuando Pellegrini le ofrece a Sáenz Peña la presidencia del Banco Nacional que éste acepta hasta su extinción en 1903.

    SÁENZ PE�A BENEM�0RITO DEL PERú

    A pesar de este traspié, el prestigio de Sáenz Peña en el país era enorme, era hombre de respetar. En agosto de 1905, a propuesta del Parlamento de Perú, el presidente José Pardo Barrera le otorgó a Sáenz Peña el grado de General de Brigada del Ejército del Perú.

    El día 6 de noviembre, en la ceremonia de inauguración del monumento al Coronel Bolognesi, se le dio el mando del Ejército del Perú al General Roque Sáenz Peña durante la ceremonia- El Ayudante del Ministro de Guerra, Teniente Coronel Dupont, hizo entrega del mando pronunciando las siguientes palabras �SDe Orden Suprema, entrego el mando del Ejército del Perú, al General Roque Sáenz Peña a quien se obedecerá y respetará⬝. El Perú honró a Sáenz Peña con los siguientes premios y reconocimientos: Medalla de Plata de Tarapacá, honras al declararlo �SBenemérito del Perú⬝, darle el mando del Ejército del Perú en la Ceremonia del Monumento al General Bolognesi y �SMedalla de Oro⬝ en esa ceremonia.

    En 1906, el gobierno del Presidente José Figueroa Alcorta lo nombró representante extraordinario para asistir a los actos de la boda del rey Alfonso XIII de España. Estando allí, fue designado enviado extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante España, Portugal, Italia y Suiza. Una vez llegado a Roma recibió instrucciones del Gobierno Nacional para representar al país en la Segunda Conferencia de Paz de La Haya, junto al Dr. Luis María Drago; allí sostuvieron una posición favorable a la creación de un Tribunal Arbitral Internacional. En 1909 formó parte del Tribunal Arbitral que laudó en las diferencias entre Estados Unidos y Venezuela. Su actuación diplomática ante el gobierno de Italia y Suiza se prolongó hasta el 13 de marzo de 1910, año en el que fue electo Presidente de la Nación y naturalmente debió regresar para además de asumir el cargo, hablar con la oposición, ya que las elecciones se celebraron con todas las irregularidades comunes a la época, elección en la que Sáenz Peña ni siquiera participó y que además hubo un única lista por la abstención del radicalismo.

    SÁENZ PE�A PRESIDENTE DE LA NACI�N

    Por la eliminación de la elección directa del Presidente en 1906, se había optado por la elección de electores de un Colegio Electoral.

    Se elegía a los electores que eran 273 y solo 10 no votaron a Sáenz Peña. El fraude electoral estaba llegando a su fin, el 9 de enero falleció Bartolomé Mitre, el 12 de marzo Manuel Quintana, el 17 de julio Carlos Pellegrini y el 27 de diciembre don Bernardo de Irigoyen. Todos los escollos para que la Argentina entrara por la puerta grande, con la eliminación del �Sfraude patriótico⬝, pero necesitaba de la participación del radicalismo.

    Días antes de asumir la Presidencia de la Nación, Sáenz Peña se reunió con el líder de la oposición Dr. Hipólito Yrigoyen y con el Presidente Figueroa Alcorta. Esta sería una de varias reuniones del presidente electo. Sostuvo otra concertada previamente con los diputados cordobeses Don Ramón Cárcano y con Rudecindo Manuel Paz que eran amigos entre sí y también del presidente entrante y de Yrigoyen. Las reuniones se llevarían a cabo en el despacho del Dr. Paz. El dirigente radical pedía garantías electorales para levantar la abstención revolucionaria del radicalismo que ejercía el partido conducido por don Hipólito Yrigoyen desde 1892. La firmeza en la discusión que puso de manifiesto Yrigoyen y su enorme capacidad de persuasión, que era su carta de triunfo en las reuniones donde se debatían ideas y sugerencias concretas obtuvo del Presidente Sáenz Peña el compromiso de elaborar una Ley Electoral que enviaría al Congreso Nacional con el pedido de �Spronto despacho⬝. A tal fin comprometió al Ministro del Interior (salteño) Indalecio Gómez.

    Gómez fue el coautor y defensor de la Ley Electoral y se habían conocido con Sáenz Peña en Iquique (Perú), siendo Indalecio Gómez cónsul argentino allí y Sáenz Peña era oficial voluntario del Ejército de Perú cuando la Guerra del Pacífico y ambos defendían la causa peruana.

    La situación política obligaba a realizar algún tipo de reforma electoral, debido a que todos los gobiernos, incluso el de Sáenz Peña, estaban viciados de fraude. Se falsificaban los votos que eran realizados a viva voz, al amedrentamiento de los votantes por matones contratados, cuando no por las mismas autoridades de mesa por la policía provincial, que sacaba a empellones a los fiscales.

    El debate parlamentario fue largo por los argumentos que usaban para impedir la reforma. Uno de ellos era que la gente era ignorante y que no le interesaría votar por decisión propia.

    ¡Quiera el pueblo votar!!! Fue la frase elegida por Sáenz Peña para exhortar a la población a hacer uso de su derecho a elegir. Esa frase seguramente hoy no tenga mucha significación, sin embargo marcó indeleblemente un derecho cívico de valor fundamental en el siglo XX.

    Uno de los defensores de la Ley fue el Dr. Ramón Cárcano quien pronunció un encendido discurso, que el diario La Gaceta lo comentó encontrándole un defecto: que era perfecto.

    Finalmente quedó consagrada la Ley 8.871 conocida desde entonces como la Ley Sáenz Peña �Sde voto secreto y obligatorio para varones⬝ con padrones militares.

    Lo cierto es que el país estaba maduro para el dictado de una ley de esa naturaleza, especialmente por la existencia de los padrones militares desde la sanción de la Ley 4031 de Servicio Militar Obligatorio a propuesta del Teniente General Pablo Richeri siendo Ministro de Guerra en 1901 a raíz de la situación de tensión con Chile.

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