El 1º de Mayo, día del nacimiento de la República Argentina
La celebración del 1º de Mayo como Día del Trabajador, ha quitado relevancia a un hecho que significó la puesta en marcha del nacimiento de la República.
El 1º de Mayo de 1851 es una fecha de inmensa trascendencia para la República Argentina. La Provincia de Entre Ríos, por decisión del Gobernador General Justo José de Urquiza, resolvía a aceptar la renuncia del Gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, que este enviaba anualmente (Con la seguridad de que esta sería rechazada)
El llamado Pronunciamiento fue un decreto de aceptación de la citada renuncia, y la proclamación en la Plaza Ramírez de Concepción del Uruguay por voluntad del pueblo entrerriano se aceptaba la renuncia del Brigadier General don Juan Manuel de Rosas, y reasumía los poderes delegados, como el manejo de las Relaciones Exteriores y dirección de negocios de paz y guerra de la Confederación Argentina en virtud del Tratado del Cuadrilátero de las provincias Litorales del 4 de enero de 1831.
El Brigadier Rosas no lo aceptó y permaneció en el cargo, al cual había renunciado. El texto del Pronunciamiento fue redactado por el secretario del General Urquiza, Dr. Juan Francisco Seguí. Entre Ríos quedaba entonces con la posibilidad de tratar directamente con cualquier gobierno del mundo �Shasta tanto, que congregada la Asamblea Nacional de las demás provincias hermanas, sea definitivamente constituida la República⬝ Fechada en el Cuartel General de San José de Mayo el 1º de Mayo de 1851. Este Pronunciamiento del General Urquiza fue respaldado por el Gobernador de Corrientes General Benjamín Virasoro.
Juan Francisco Seguí sería luego integrante del Congreso Constituyente en Santa Fe, que finalmente llegaría a la sanción de la Constitución de la Nación Argentina, con la característica de ser representativa, republicana y federal de la cual este año se cumplen 170 años de su sanción, también un 1º de Mayo de 1853. Así nacía la República Argentina.
El General Urquiza no era un caudillo de provincia como muchos otros, que solo pensaban en la propia, sino que pensaba en una Argentina distinta a la que Rosas había mantenido con rigor durante tantos años. Era necesario terminar con el atraso, donde cada capital de provincia, era como una isla en un territorio desierto. Sin caminos para la comunicación interna, sin instrucción pública con una población analfabeta en su casi totalidad. Era necesario liberar el comercio fluvial y el de ultramar. Terminar con el monopolio aduanero, administrado en forma exclusiva por Buenos Aires. Era necesario fomentar la colonización para el progreso agrícola para expandir la producción cerealera y lanera creando colonias agrícolas.
La única zona con algún progreso era la zona Litoral, pero el resto de las provincias, aislados con actividades económicas solo de subsistencia, con un magro intercambio económico con Bolivia, Paraguay y Chile. Con escasísima ilustración.
La visión del General Urquiza apuntaba a integrar la nación y transformarla en lo que sería después, con ferrocarriles, telégrafo, pero también frigoríficos, hilanderías y molinos. Escuelas y Universidades. Urquiza pensaba en una Argentina moderna integrada al mundo.
Con Rosas era imposible, con una administración obsoleta y lenta producto de su aislamiento e incapacidad para manejar todo. Todo debía pasar por sus manos, todo era revisado personalmente y en forma minuciosa por el Gobernador, por eso la lentitud de su administración y su oposición a constituir la Nación, con el pleno funcionamiento de un Poder Ejecutivo, un Poder Legislativo y uno Judicial independientes, que a su vez se controlaran entre sí. Quería manejar la Justicia, las Relaciones Exteriores el Comercio, la relación entre las provincias y sus conflictos, todo era revisado por él.
Rosas estaba enfermo, envejecido y gordo con un razonamiento lento. Había perdido el vigor que lo había caracterizado. No podía llevar adelante un país en el cual estaba todo por hacer. Su tiempo había concluido.