Don Juan Larrea. Un prócer olvidado. Su suicidio
No homenajea Concordia el nombre de don Juan Larrea, como vocal de la Primera Junta Gubernativa del Río de la Plata. Solo se que hay una plaza, donde hay un monumento en su memoria el Barrio de Barracas en Buenos Aires. Se llama Plaza Herrera que en realidad homenajea a Juan Cruz Herrera, que fue el donante de los terrenos para hacer la plaza
Larrea era un rico poseedor de una flota naviera con la cual comerciaba. Este catalán de nacimiento, igual que don Domingo Matheu, era sin lugar a dudas, el integrante más acaudalado de la Junta, a pesar de sus 27 años y era también el integrante más joven, ya que había nacido el 29 de noviembre de 1782 en Balaguer, Cataluña. De los integrantes de la Primera Junta también junto a Matheu eran los únicos españoles.
A pesar de ser tan joven, Larrea se había transformado en un próspero comerciante en cueros, vinos y azúcar. Debido a sus conocimientos náuticos, también se abrió camino como armador de barcos y en 1808 el Cabildo le otorgó un reconocimiento como capitán de un buque para inspeccionar y vigilar la costa de la Banda Oriental.
Cuando se produjo el ataque de los ingleses del general Beresford en lo que sería la Primera Invasión Inglesa, Larrea solicitó al virrey Sobremonte la creación de un Regimiento al que luego denominó “Tercio de Miñones de Cataluña” junto a Jaime Lavallol, José Olaguer Reynal y Jaime Nadal, aunque este no pasó de ser un batallón.
Los Tercios eran mandados por un Maestre de Campo.
Poco tiempo después participó junto a don Martín de Alzaga en el movimiento para conseguir la destitución de Santiago Liniers por sospechar (equivocadamente) su vinculación a Napoleón. Fue uno de los conspicuos participantes de la reuniones en la casa de Nicolás Rodríguez Peña y en la Jabonería de Vieytes.
Producido el movimiento que destituyó al virrey Baltasar Cisneros, Larrea integró la Primera Junta Gubernativa. Pero fue también quien proveyó a Cisneros de una embarcación para que se trasladara a Montevideo.
Como integrante de la Primera Junta se sumó a las ideas revolucionarias de Mariano Moreno y por consiguiente, opositor a Saavedra, a Martín Rodríguez y al fiscal Campana. Eso, sellaría la suerte de Larrea en la Junta y su salida junto a Rodríguez Peña, Vieytes y Azcuénaga y destinado al presidio de Luján.
Sería enviado luego a San Juan por ser considerado un elemento peligroso y perturbador.
Pudo regresar a Buenos Aires en 1812 como integrante de la Asamblea del año XIII como diputado por Córdoba. En tal carácter fue durante tres días presidente de las sesiones, logrando la eliminación de los títulos nobiliarios en nuestro territorio, la prohibición de la práctica de las torturas como práctica policial y militar, creó también un instituto de formación militar. El acta que declaró como canción patria al Himno Nacional, lleva su firma
Bajo su mandato en la Asamblea fue el autor de la Ley de Aduanas que eliminaba el cobro de derechos sobre libros, máquinas, imprentas y artículos de guerra.
Se asoció a la Logia Lautaro, en cuanto esta propendía a la emancipación de España y el libre comercio dirigida por el coronel Carlos María de Alvear.
Mas tarde, en 1814, el Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, don Gervasio Antonio de Posadas lo nombra Ministro de Hacienda. En tales funciones fue el inspirador de la creación de la Escuadra Naval, la que puesta al mando de Guillermo Brown batió a la Real Armada Española en los combates de Martín García y Montevideo.
Don Juan Larrea perdió gran parte de su fortuna en la creación y artillado de la flota, pero en parte también, porque su apoderado, el estadounidense Guillermo Pio White defraudó la confianza en el depositada por Larrea.
No es muy conocido el hecho de que don Juan Larrea formó un batallón de caballería y compró todo el armamento para equiparlo. Caído el Directorio de don Carlos María de Alvear, debió emigrar y sus bienes fueron confiscados.
Se estableció luego en Montevideo y luego se trasladó e instaló en Burdeos (Francia).
El nuevo Director Supremo don Juan Martín de Pueyrredón lo designó cónsul de las Provincias Unidas del- Río de la Plata en Burdeos.
Regresó luego de algún tiempo a Buenos Aires dedicándose a negocios de comercio exterior, de saladeros y fabricación de tasajo y atocinados. Sin embargo, tiene serias dificultades con el gobierno de Rosas, quien con sucesivas multas lleva a la quiebra al almacén naviero de Larrea.
Pobre y aislado el hombre que creyó en las ideas de Mariano Moreno y que dio todo por una patria naciente, honra, haberes y fama decidió quitarse la vida a los 66 años, el 20 de junio de 1847 de un disparo.
En esa Patria nacida en 1810, sería el primer suicida conocido y nada menos que un miembro de la Primera Junta.