Día de la toma de posesión de la Patagonia
El día 11 de mayo se destaca en la Historia de la Conquista del Desierto por varios acontecimientos ocurridos en esa fecha. Estos hechos, aunque distanciados en el tiempo, guardan entre sí una estrecha vinculación de contenido y de continuidad.
Fue un 11 de mayo de 1833 que llegaron al rio Colorado las tropas del General Juan Manuel de Rosas en la primera expedición nacional al desierto. El Diario de la Expedición en su texto original refiere: Día 11. A las 10 llegó la caballada del Cuartel General que se había mandado al Colorado la tarde anterior. A esta hora, la boyada de la artillería y convoy estaba en camino. A las 11 ordenó el Señor General que a excepción de sus ayudantes que cabalgaban en el Cuartel General, siguieran hasta el Colorado..."
Allí fundó el fortín del Colorado, cuya ubicación exacta y algunos restos fueron localizados por el P. Pascual Paesa en el lugar donde el río se bifurca, en la margen sur. Recibió el nombre de Fortín Médano Redondo.
ESTA ERMITA ERIGIDA EN 1970 RECUERDA EL
SITIO DEL FORTÍN SOBRE EL RíO COLORADO (1833)
Fue también el 11 de mayo de 1879 que el General Julio A. Roca al frente de la segunda expedición al desierto llega al mismo rio en el paraje conocido entonces como Rincón Grande. Dos días después, el 13, previa Misa de campaña celebrada por el padre Santiago Costamagna. Vadearon el río. El lugar es conocido hoy como Paso Alsina, nombre que le fuera puesto por Roca en memoria de su antecesor en el ministerio de Guerra.
Por último, el 11 de mayo de 1905, muere en Roma Ceferino Namuncurá, a los 18 años y nueve meses de edad, hijo precisamente del último cacique, vencido en la lucha secular contra los dueños del desierto. Sus restos reposan en el Fortín Mercedes (Pedro Luro), punto intermedio entre el Fortín Colorado y Paso Alsina, sobre la margen norte del rio Colorado.
Ceferino Namuncurá, además de ser el fruto más significativo, es a la vez el símbolo más elocuente de la Conquista del Desierto que, iniciada con la espada, terminó con los destellos de la Cruz redentora, que él quiso ver coronando la cima de las cumbres patagónicas y los pechos de sus paisanos.
Es una tarea incompleta que los argentinos nos debemos. La ocupación soberana de la Patagonia está lograda. Nos debemos aún la posesión efectiva, para no dar lugar a usurpaciones por intrusos, supuestos "mapuches" que ni son originarios, estos ni lo eran aquellos, hoy conducidos por un delincuente chileno, que pasó de "flogger" del Abasto a dirigente mapuche.