C�MO SE FUG� BERESFORD
RESUMEN: Aunque Estos hechos son muy conocidos, también entiendo que hoy en día no es así y hay mucha gente que ignora cosas que aprendimos en la escuela primaria.
�SEl 25 de junio de 1806, los ingleses desembarcaron en Quilmes al mando del Brigadier General William C. Beresford, y fácilmente ocupan la ciudad de Buenos Aires con poca e ineficaz resistencia. El 27 de junio, el Brigadier Beresford ocupa el fuerte de la ciudad y recibe la capitulación de Buenos Aires. El capitán de fragata al servicio de España Santiago de Liniers, decide organizar la reconquista y lo hace desde Montevideo.
El 12 de agosto de 1806, las fuerzas de Liniers y todos los habitantes de Buenos Aires y la campaña se lanzan a la reconquista de la ciudad y finalmente Beresford y todos sus hombres se rinden a los defensores �Sa discreción⬝ dice el acta es decir, incondicional.
PRISI�N DE LOS INGLESES Y FUGA POSTERIOR
Ante la ausencia del virrey Sobremonte, que se había retirado a Cordoba con los caudales del virreinato, el pueblo convoca al Cabildo Abierto y solicita al virrey que designe a Santiago de Liniers como Capitán General. El 28 de agosto el virrey Sobremonte delega en la Audiencia la resolución de los asuntos urgentes y en Santiago de Liniers el mando de las tropas. Como la flota inglesa seguía a la vista de Buenos Aires anclada en el Río de la Plata, era lógico esperar un nuevo intento con mayores efectivos.
Además el 3 de febrero de 1807, Samuel Auchmuty tomó por asalto a Montevideo, a pesar de la heroica defensa del gobernador don Pascual Ruiz Huidobro fue capturado por los ingleses. Las noticias de la caída de la plaza llegaron al otro día a Buenos Aires⬝.
El 10 de febrero de 1807, luego de varios meses de detención, a las 8 de la mañana, un tren de carretas partía de la Guardia de Lujan llevando a, a los prisioneros William Beresford y al coronel Dennis Pack, comandante del Regimiento 71 de Rifleros Escoceses, vencido por primera vez. Con el disgusto de los ingleses por el traslado, ya que al alejarse de la posibilidad de rescate por parte de sus contactos con la logia masónica Southern Cross de Buenos Aires. Eran trasladados los Jefes militares, en un coche y ocho carretas. Los demás oficiales británicos habían sido esparcidos en otras localidades, como Arrecifes, Areco, Pergamino y San Nicolás. Los 1.300 soldados capturados fueron enviados muy lejos. A Córdoba, Mendoza y San Juan.
Viajaban las carretas bajo el tremendo sol de febrero y envueltos en el polvo desprendido por los mismos vehículos y la incomodidad del viaje. Los prisioneros eran conducidos por un piquete de Blandengues de la Frontera al mando del capitán Manuel Martínez Fontes. No todos compartían el pesimismo en la caravana, Beresford sobre todo tenía un aire confiado. Eso sí, había protestado enérgicamente al enterarse de su traslado y su alejamiento de los contactos que tenía en Buenos Aires. Cada noche acampaban en las estancias del camino, hasta que el día 12 arriban a Laguna del Pescado. Beresford que esperaba ayuda, pretextó una indisposición y solicitó a Martínez Fontes le consiguiera una casa cómoda para reparar su salud. El jefe de la escolta accedió deteniéndose en la estancia de los Padres Betlemitas cerca de Arrecifes y hacia allá fueron. El día 16 dispuestos ya a seguir viaje y aprestado el coche y las carretas, con sus provisiones y escolta, irrumpen en el patio de la estancia unos jinetes. Dos de ellos con uniforme- son soldados- y los otros dos de civil, aunque con botas y arreos militares en los caballos.
A uno de ellos, Martínez Fontes lo conoce bien, pues es su concuñado, secretario privado del Capitán General don Santiago de Liniers y oficial del Regimiento �SVoluntarios Patriotas de la Unión⬝ cuerpo creado por el Cabildo y sostenido por el alcalde de primer voto. Era un hombre alto, delgado, de facciones angulosas, nariz prominente, ojos negros inquietos y modales afectados , adquiridos en los salones �Ssociales⬝ de Buenos Aires. Su nombre, Saturnino Rodríguez Peña. El otro hombre, de aspecto común, pasaría inadvertido si no fuera por cierto nerviosismo que todos interpretaron como cansancio del viaje. Es Manuel Aniceto Padilla, amigo de Rodríguez Peña y conocido en la ciudad por sus numerosas deudas.
Rodríguez Peña, luego de saludar a su pariente le manifiesta que tría una carta de Liniers para el general Beresford al tiempo que el Jefe inglés tomaba el pliego le dijo a Martínez Fontes �"Traigo orden del Cabildo y del señor General Liniers para regresar con el general Beresford y el coronel Pack, pues a ambos se los necesita para asuntos que interesan de sobremanera al real servicio del Estado y de la ciudad. De acuerdo a estas órdenes, Usted y el resto de los prisioneros deben permanecer en esta estancia, pues en seis días estaremos de regreso �"Bien, deme la orden, replicó Martínez Fontes, alargando la mano.
�"La he recibido verbal, más si usted no quiere darle cumplimiento, a mí me basta con que usted se haga cargo de las resultas.
En este punto intervino el general Beresford, quien expresó que su salud quebrantada no le permitía efectuar ese retroceso, por lo que se negaba a hacerlo y sosteniendo en la mano el pliego que le entregara Rodríguez Peña sin abrir, se enfrascó en una discusión con este, hasta que finalmente accedió a contramarchar hacia Buenos Aires. Suspendida la marcha hacia Catamarca, Martínez Fontes dispuso que se le entregaran caballos de refresco a Rodríguez Peña y sus acompañantes, mientras el grueso del convoy quedaba en el lugar. Padilla partió esa misma tarde del 16 alegando Peña que lo hacía para dar parte a Liniers de haberse cumplido la comisión. Luego se supo que Padilla se adelantó par4a preparar el escondite de Beresford, Dennis Pack y Rodríguez Peña. El 21 a la noche se embarcaron en las barrancas de San Francisco en un lanchón del portugués Antonio de Lima, contrabandista del bergantín �SFlor del Cabo⬝ en el que los condujo hasta el buque de guerra �SCharwell⬝ y llevados a Montevideo.
La indisposición de Beresford, la discusión con Rodríguez Peña había sido una comedia para engañar a Fontes, los fondos fueron aportados por los caudales robados en Lujan por Beresford. Según diría Martínez Fontes, a los seis días recibió carta de Peña diciéndole que habiendo hallado la ciudad alborotada, no tuvo más remedio que trasladarse a Montevideo; ese fue el momento en que comprendió el engaño y que la orden fue supuesta y que no hubo carta de V.S. a Beresford.
Es por esa razón que aprovechó la venida de don Mariano Gascón presentándose preso. Martínez Fontes es arrestado por un piquete de �SHusares⬝ y enviado a la ciudad por sospechoso. No era ajeno a todos estos manejos un agente del Foreign Office el coronel irlandés, pasado a los ingleses James Burke quien funda con el portugués Juan Silva Cordeiro (otro informante británico) la primera logia masónica, en la posada de �SLos Tres Reyes⬝ donde ambos se hospedaban y lugar de reunión de contrabandistas, empleados de la Aduana, todos iniciados en la logia como Cabello y Mesa, Castelli y Azcuénaga. El coronel Francisco Antonio Cabello y Mesa era miembro de la logia fundada por James Burke (llamada primero �SHijos de Hiram⬝, luego �SIndependencia⬝), fundó el periódico el �STelégrafo Mercantil⬝ y más tarde el �SSemanario de Agricultura⬝, ambas publicaciones dedicadas a exaltar el �Slibre comercio⬝ con Inglaterra. Luego de la toma de Buenos Aires en junio de 1806, Cabello y Mesa se desempeñó como asesor letrado de Beresford. Pero después de la fuga de Beresford, al comprobar que las promesas inglesas eran solo un cebo para atraer partidarios a la dominación inglesa, combatió duramente contra las tropas de Whitelocke y fue herido en la batalla.
Otro miembro de la logia era el propio Saturnino Rodríguez Peña, concurrente a la posada de los �STres Reyes⬝ y contertulio de �SLos Hijos de Hiram⬝ según consta en el proceso seguido a Peña por �Sinfidencia⬝. Con la complicidad de Manuel Aniceto Padilla escribiente del Consulado y comisionista por ventas de contrabando y también integrante de la logia tenía el general inglés que se había dado a conocer por los signos cabalísticos de la masonería, perfectamente informado de todo.
Beresford, Pack, Rodríguez Peña, Padilla y el portugués Lima llegaron sin inconvenientes a Montevideo. Los últimos cuatro cobraron durante unos años, la pensión asignada por el gobierno británico, 1500 pesos anuales, que alguna vez Padilla distrajo en su beneficio sin enviar la suya a Rodríguez Peña, por esto quedó en Río de Janeiro y Padilla, González y Lima se trasladaron a Londres.
El aparato formado por los mercaderes ingleses, espías de Su Majestad, ideólogos masones, contrabandistas, seguirían actuando en el Río de la Plata por largo tiempo. Pero su golpe maestro inicial fue sin duda, la fuga de Beresford.