Ante versiones mal intencionadas!!!...
De hecho la mala intención es precisamente eso. Un acto malévolo para destruir o afectar de manera negativa algo o a alguien. En estos días llegó una versión a nuestra redacción que este lunes era el último día de impresión de este diario y que se cerraban sus puertas después de cien largos años de trayectoria.
Queremos decirles a todos los agoreros que estamos de pie, que fueron muchas crisis las que se atravesaron y que la lucha es diaria pero seguimos más fuertes que nunca. Estamos trabajando todos los días dando lo mejor desde el Director del medio, pasando por el Gerente y todos y cada uno de los empleados que hacemos EL HERALDO.
La crisis es para todos y nadie está exento de esto. De ahí a que se vayan a bajar las persianas imaginarias y que dejemos de salir, hay un trecho inmenso.
Por el tema de la pandemia mundial se ha reducido el personal en la redacción. En estos momentos sólo cinco personas estamos en el edificio y la redacción en el horario vespertino, y otros tantos están en el horario matutino en la recepción de avisos y atención al público. También están a pleno los muchachos en el galpón de impresión, todos tomando los recaudos necesarios y cumpliendo al pie de la letra para que nuestros lectores tengan la información diaria que se merecen en todas las mañanas concordienses.
El resto de empleados trabaja desde sus casas en conexión directa en el armado de páginas o en el envío de notas e informaciones.
No hay ni existe la posibilidad de que bajemos los brazos y que este medio cierre sus puertas. Así que es una forma de informarles también a todos los mal intencionados que hicieron circular dicha versión, que impactó en que los canillitas, por ejemplo, no vinieran a retirar el diario para la venta ante las versiones circulantes.
EL HERALDO, está vivo, sigue en pie y continúa con sus ediciones en papel y en su página web, lo mismo que en redes sociales, así que queremos dar la tranquilidad a nuestros lectores que la versión se trató solamente de eso.
Mal intencionada y con el ánimo de perjudicarnos, pero salió el disparo por la culata, porque nos hizo más fuertes y nos contagió de mayor ánimo para encarar nuestro trabajo, que no es ni más ni menos que el de informar.
Roberto W. Caminos