Falleció el gran actor Pepe Soriano a sus 93 años
Pepe Soriano murió en la tarde de este miércoles a los 93 años. El gran actor argentino, célebre por sus papeles en La patagonia rebelde, Asesinato en el Senado de la Nación y La Nona, protagonizó un sinfín de títulos inolvidables tanto en nuestro país como en España. La noticia la confirmó el productor teatral Carlos Rottemberg en sus redes oficiales.
“Se fue un grande. La muerte de Pepe Soriano cala hondo en nuestros sentimientos. Con él se va un amigo. Luego el gran actor, uno de los mejores de este país. Beso enorme para Diana, Victoria y familia”, escribió Rottemberg en la cuenta del Multiteatro Comafi.
Nacido el 25 de septiembre de 1929 en Colegiales, Soriano fue un niño que siempre quiso ser actor y vaya si cumplió ese sueño. Así lo recordó en su última entrevista con Teleshow en 2021, cuando se subía a los tranvías para viajar al centro y todo por un sueño: ver teatro.
Era tanta la pasión que los boleteros ya lo conocían y le daban una buena ubicación.
Después de dos horas, Pepe volvía al barrio, junto a su casa vivía el poeta Raúl Gonzalez Tuñón y caminaba Zully Moreno. Anduvo por esas calles hasta que cumplió 18 años y se mudó. El niño se hizo hombre y en 1947 debutó como actor amateur en el club Alarcón.
Amado por el público, respetado por colegas, obtuvo innumerables premios a lo largo de su carrera. En 1971 ganó el Cóndor de Plata como mejor actor por Juan Lamaglia y Sra., en 1995 el de actor de reparto por Una sombra ya pronto serás y en 1998 en 1998 la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina le entregó el Premio Cóndor de Plata a la trayectoria. Obtuvo el premio Konex en 1981 y la Mención Especial Konex a la Trayectoria en 2021 y en televisión, se quedó con el Martín Fierro por su trabajo en Trillizos. Una muestra cabal de su capacidad para el drama, la comedia y el compromiso por la profesión, de quien en 2010 fue declarado ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura.
Después de haber conocido golpes y revoluciones, éxitos y fracasos, broncas y aplausos, Soriano mantenía un sueño intacto, no propio sino para todos.
“Deseo ver a la gente con buen humor, con trabajo, que todos vivan bajo un techo y no una lona. Nadie elige dónde nace y casi todos morimos contra nuestra voluntad.
Quiero simplemente que todos vivamos con dignidad”, y recitó unas palabras de Ernesto Cardenal, que hoy resuenan como un epitafio: Debemos hacer aquí un país. Estamos a la entrada de una tierra prometida. De esta tierra es mi canto, mi poesía.
Fuente: Infobae