El fútbol argentino está de luto. Juan Ramón “La Bruja” Verón, una de las máximas glorias de Estudiantes de La Plata y emblema imborrable del deporte nacional, falleció este martes a los 81 años tras un progresivo deterioro de su salud. Estaba internado en el Instituto Médico Platense desde abril debido a una insuficiencia renal severa.

Nacido el 17 de marzo de 1944 en La Plata, Verón fue mucho más que un jugador: fue símbolo, estandarte y protagonista de la época más dorada del Pincha. Bajo la dirección de Osvaldo Zubeldía, integró el mítico equipo que conquistó tres Copas Libertadores consecutivas (1968, 1969 y 1970), un Torneo Metropolitano y, sobre todo, la histórica Copa Intercontinental de 1968 frente al Manchester United, donde “La Bruja” marcó un gol clave en Old Trafford.

Su estilo elegante, su potente pegada y su entrega dentro del campo lo convirtieron en ídolo absoluto. También brilló en el fútbol internacional: fue figura en el Panathinaikos de Grecia y en los colombianos Junior de Barranquilla y Cúcuta Deportivo, donde dejó una huella imborrable.

No solo dejó su legado en el campo: también lo hizo en su familia. Su hijo, Juan Sebastián Verón —la “Brujita”—, siguió sus pasos y se transformó en uno de los grandes referentes del fútbol argentino. Hoy, como presidente de Estudiantes, encabeza el duelo institucional que atraviesa al club.

Estudiantes de La Plata despidió a su ídolo con un emotivo comunicado: “Juan Ramón Verón es emblema indiscutido de nuestra historia, referente absoluto de nuestra identidad y símbolo eterno del compromiso, la humildad y la pertenencia que distinguen al Club”.

“La Bruja” fue más que un jugador. Fue una bandera. Su recuerdo vivirá para siempre en cada hincha albirrojo, en cada grito de gol en el viejo Estadio Jorge Luis Hirschi, y en la historia grande del fútbol sudamericano.

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AUTOR

Gastón Emanuel Bordón

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