Una mirada sentimental al pasado
Con motivo de los festejos por los XXX Fiesta del Inmigrante y estar viendo toda la importancia que se le está dando, me llena de satisfacción. Saber que se conmemora su aniversario de 30 años de recordación de aquellas familias, que vinieron y se fueron adaptando a este lugar, que los cobijó.
Ellos alejados de su tierra, vinieron a trabajar, y entrelazarse e integrarse a nuestra Argentina, y en nuestro caso a nuestra Concordia, trayendo sus costumbres, sus tradiciones y que, en cada colectividad, lo mantienen, es realmente algo que nos llena y conmueve, dignos de felicitarlos y apoyarlos.
Buceando en la historia sabemos que fue con Sarmiento y con Urquiza que les abrió las puertas e incentivó aquellos europeos, que vinieron en barcos, que debían afrontar tempestades y toda clase de obstáculos, pero llegaron a estas tierras, y aquí se quedaron haciendo de nuestra patria, un crisol de razas, enriqueciendo con su presencia a esta Argentina, formándola, grande y soberana.
Ahora me voy directamente a la primera vez que Concordia festejó con todas las colectividades, y quién fue la persona que trató de que participaran al primer desfile por calle Entre Ríos. Ella fue la periodista Minguet Muliá, el diario "El Heraldo" y el diario "El Litoral". Esto aconteció en 1981, en el Sesquicentenario de Concordia. La señora Rosita Lascurain de Galindo, fue quien filmó ese primer desfile de Encuentro memorable y muy emotivo.
La segunda vez que se reunieron las colectividades, fue cuando en marzo de 1987 en Paraná, se celebró la visita del Santo Padre Juan Pablo II. Estuve presente y recuerdo que el Papa dijo: "El mejor momento de los abuelos, es cuando pasan con sus nietos enseñándoles y trasmitiéndoles sus valores, sus costumbres de sus ancestros". Allí la persona que nos convocó, fue la señora Gladys Villar de Sauré, por la colectividad uruguaya. Fue una celebración inolvidable, majestuosa de plena paz y alegría vivificante.
Cuando Concordia festejó el Quinto Centenario del Encuentro de los dos mundos y la evangelización cristiana.
Allí se realizaron los festejos durante todo el año. Se comenzó el 6 de enero de 1992 en "Plaza abierta", en la plaza 25 de Mayo, ante autoridades, y todas las colectividades con sus danzas y cánticos típicos y danzas patrióticas nuestras, que dirigía el profesor Carlos Sanabria. Se realizaron conferencias, vidrieras alusivas en los comercios, certámenes poéticos, teatro, espectáculos artísticos finalizando en el Parque Ferré, con todas las colectividades. La comisión organizadora estuvo representada por autoridades municipales y todas las colectividades, como aquí detallo todos los representantes y organizadores.
Es de destacar las reuniones se hacían en la sede de la Colectividad Española, que brindó durante años su espacio, con la vicecónsul doña Pilar Royo de Moulins y Marcelino Díaz López, con toda amabilidad para albergarlos, a todas las comisiones organizativas y la labor destacada de Elba Polotto de Calvo.
Durante todo ese tiempo realicé, un programa de televisión, con el señor editor Hugo Di Lauro y un grupo de colaboradores, donde dedicamos, en cada programa a visitar una colectividad, y conseguir anécdotas y recuerdos de las personalidades más importantes, de sus representantes, que son verdaderos testimonios de vidas por las que tuvieron que pasar dichos inmigrantes, que son verdaderos valores históricos.
También es bueno recordemos el viaje a Santa Fe, al que fuimos por la llegada de los reyes de España. Finalizamos ese año 1992 con una Navidad diferente con pesebres, de todas las colectividades y brindis de unión y prosperidad, y así vemos se llegó ese año en unión entre todos con los festejos que culminaran con el tradicional desfile.
Ahora en el Corsódromo a pleno brillo seguramente, y acompañamiento de un público deseoso de homenajear a sus ancestros, y recordarlos todo lo que hicieron en la formación y crecimiento cultural y moral de nuestra ciudad de Concordia.
Muchos serán los que desfilen y fueron los pequeños de aquellos primeros desfiles, y que sigan así con esta hermosa tradición.
Finalmente deseo y seguramente toda la población también, estas fiestas perduren, por lo que realmente significa honrar la memoria de nuestros hombres, que con sus familias se aventuraron a venir a este lugar desconocido, y aquí formaron otras familias con los nativos, uniéndose por el bien de una nueva comunidad, con nuevos sueños.
Teresita Miñones de García