Julio Erman Gasparín
Julio Erman, nació en el pueblo de Gimino, la ciudad de las torres. Torres de la era medieval, Italia, en la región de Toscana el 31 de enero de 1928, llegando a Buenos Aires en 1930, falleciendo el 15 de noviembre de 2007 en Capital Federal. Fecha que años antes fue declarado día del acordeón Todos los conocimos como GASPARÍN, seudónimo que nunca quiso develar porque era nombre artístico. Dejando un legado de vida de amor y pasión por este instrumento musical.
Quién no bailó en los carnavales del Club Libertad con su ritmo de tarantelas y marchas. Al Club lo llamaban el Lobo Libertad y él le compuso una marcha, Lobo Libertad, �Saquí Libertad, las penas te olvidarás, en el parque Mitre te divertirás, caperucitas y lobos ya están, aquí Libertad, te consagraron rey del carnaval, Lobo, Lobo Libertad, Lobo lobo Libertad vos sos el rey del carnaval⬦ aquí en Libertad la alegría encontrarás, Lobo yiqui yiqui, ...
Don Julio Erman ha sido desde siempre no sólo un virtuoso del acordeón sino un fanático. Además, se convirtió en un erudito sobre la historia de este instrumento musical con un teclado idéntico al del piano. Llegó a nuestro país teniendo 2 años y a los 5 años ya manejaba el acordeón con gran maestría y así se fue perfeccionando y a los 11 ya era un profesional de la música, siendo adolescente, llegó a tocar nada menos que en el Café Nacional, aquella inolvidable catedral de nuestro tango en la que actuaron legendarias figuras. En aquella época el recordado Aníbal Troilo (Pichuco) actuaba en el Germinal con una orquesta de señoritas, algo que muy pocos saben, pero que era muy común en aquellos tiempos. ¿Sus actuaciones profesionales no siempre fueron como solista. Se alternaban como solista, con conjuntos de jazz, con orquestas características como las de Feliciano Brunelli, Juan Carlos Barbará, Virginio Gobbi, el maestro Dajos Vela y tantos otros. Cuando tenía 14 años fue llamado por César Bó, primer guitarrista de Washington Bertolin, para integrar un sexteto con el que actuaron en LR 3 Radio Belgrano, quién era el baterista de ese conjunto Alfredo Barbieri. Se Sabe que en la década del 40 le agregó una ''i'' a su apellido y formó la jazz Julio Ermani, donde, además de tocar la batería, Alfredo Barbieri hacía de fonomímico. Los contrató Mario Pugliesi para la confitería Odeón de Mar del Plata. Fue un suceso. Allá en Mar del Plata se casó, se radicó e instaló un instituto de enseñanza del acordeón, actuando asimismo como solista en las emisoras LU 6 y LU 9. Volvió a Buenos Aires para incorporarme al conjunto de jazz de Eduardo Armani, grabando para Odeón, actuando en LR 1 Radio El Mundo y en la película Adiós problemas, donde conoció al maestro Santos Lipesker, quien lo contactó con el sello Philips para actuar con el nombre de Gasparín y su conjunto. Con los años el acordeón pasó a ser parte de Don Julio Erman. Como Gasparín grabó una serie de 53 discos long play y llegó a actuar en 30 bailes mensuales, un verdadero récord. Componer y enseñar. En 1992 disolvió el conjunto para dedicarse a la enseñanza y a la composición de temas. Sus alumnos, de todas las edades, lo adoran y lo acompañan en una labor que no admite renunciamientos. Ha creado con todos los acordeonistas profesionales de la Argentina la Asociación Internacional de Acordeonistas, con el único fin de que se incluyera en todos los conservatorios nacionales, municipales y provinciales la cátedra de acordeón en todas sus formas, para la difusión de tan noble instrumento. El 15 de noviembre, que es el Día del Acordeón, marchaban por Av. De Mayo con un nutrido grupo de acordeonistas ejecutando alegres sones por las calles céntricas...
En la temporada de verano recorría todos los clubes de las ciudades de la costa del Uruguay y llegó actuar en Paysandú, Salto y Bella Unión. También en clubes de Corrientes y norte de Entre Ríos. Un fin de semana no pudo venir el bajista que era de Santa Fe y lo acompañó el músico de Concorida, Ramón Gularte, creador del conjunto musical Grupo Osiris y propietario de FM Lourdes.
Como el representante de Julio era el excantante Alberto del Río, ya fallecido, que cantó en el conjunto de Tito Alberti, música caribeña. Padre de Charly Alberti baterista de Soda Stereo, lo conocí en diciembre de 1979 y nos hicimos muy amigos y me enseñó a vender números artísticos, así anduve en las giras de Gasparín, Manuela Bravo, Rafaella Carrá y Palito Ortega. Todos los que venía al Libertad y al Ferro, y muchos más. De cada uno tengo anécdotas, Gasparín vivía en Villa Crespo y su señora Hortensia, era paisajista y mantenía las plantas de los edificios que vemos en Bs. As. en Av. Corrientes colgando de los balcones y él compraba la tierra de un vivero de acá, y le dije una vez que lleve resaca de los pinos así aireaba la tierra, y la señora quedó conforme. Estando yo viviendo en el año 1984 en Bs. As. me invitó a almorzar y tenía una hija de nombre Estela Erman, bailarina clásica que llegó a bailar con gran éxito en los grandes teatros de Europa y hoy tiene un instituto de danzas.
Cuando nombramos los bailes del Libertad, lo recordamos a él que con su bandoneón hacia bailar hasta los que no querían. El famoso ruido de la suela de los zapatos, el yiqui yiqui, si habrán gastado zapatos. En los carnavales con Gasparín los que concurrían llegaban a ser 9.000 personas. Dejó en los directivos en los clubes que actuó, el mejor recuerdo como persona, recordarlo es como traer a la memoria a un gran amigo, pero ya no va a estar con nosotros.
Por eso cada 15 de noviembre no hay que olvidarse por el día del acordeón y porque se fue de gira en el año 2007 nuestro gran amigo que nos trajo con su música la alegría en los bailes. Estela, si llegás a leer esta nota, te digo que tu querido padre fue una gran persona con todos los títulos que se le puede poner a un ser como fue él. Mo hay que olvidarse
JORGE LUIS CIUCIO
Recopilado diario Clarín 29/9/1997