Editorial Eudeba y José Boris Spivacow
Buena parte de la industria cultural del libro- ella incluye por supuesto a los lectores- añoramos una época de oro, durante la cual la producción nacional se distinguía en calidad y en cantidad. Importante también es señalarlo, con títulos imprescindibles con precios al alcance de todos.
Si no historiamos un poco, es imposible entender la expansión de los públicos lectores desde los años 60 en adelante.
En 1958, el gobierno del Dr. Arturo Frondizi tuvo la buena idea- entre muchas otras- de crear EUDEBA, una editorial universitaria que tenía como modelo otra de financiamiento estatal, la mexicana Fondo de Cultura Económica. Importando al que era su gerente, el brillante Arnaldo Orfila Reynal, para que Risieri Frondizi de gran prestigio en el ambiente académico siendo rector de la UBA se ocupara de elegir quien dirigiría EUDEBA.
Varios nombres desfilaron por la valoración del Comité. Pero hubo uno entre los seleccionados que se llamaba José Boris Spivacow, aunque su currículo sonaba bastante disperso, demasiado variado. Matemático y docente de la UBA, también trabajaba en la Editorial Abril, donde habían creado varias y excelentes colecciones de libros infantiles. Orfila salió de dudas con una prueba clave: le pidió a Spivacow conocer su biblioteca personal; y el puesto de gerente de EUDEBA fue suyo por ocho años.
En 1959 yo había viajado a Buenos Aires en vapor, que todavía salía de Concordia, con un amigo de otros tiempos, Manucho Quiroga, excelente dibujante que se había vinculado a Spivacow por un proyecto de edición por EUDEBA del �SMartín Fierro⬝, que finalmente ilustró el marplatense Juan Carlos Castagnino, seguramente más talentoso que mi amigo. Pero gracias a ese encuentro fortuito conocí a Boris Spivacow, lo que me permitió luego frecuentarlo en 1962, cuando ya la edición del �SMartín Fierro⬝ era un hecho y yo estuve un mes en Buenos Aires haciendo un curso en la empresa en la que trabajaba.
No voy a alardear de un vínculo con Spivacow que no tuve, solo lo conocí cuando me lo presentó mi amigo y fui luego algunas veces a verlo. Podría haber sido, y eso no devaluaría su obra, un hombre intratable, pero era, de yapa, una persona muy amable, humana y generosa. Junto a su agudeza, la inteligencia y una enorme pasión nacional, y por esto humanista y universal y que, naturalmente con EUDEBA se sumó a una etapa también inteligente de la vida nacional, de un sueño que buscaba plasmarse.
Bajo su dirección EUDEBA se convirtió en la biblioteca de la clase media y en la editorial número uno en Latinoamérica.
Spivacow, más que ningún escritor en particular, mucho más que los best sellers marketinizados de hoy, más que ningún ensayista o novelista de peso, que los hubo y muchos, en la década de los 60 y 70, empezando por los de García Márquez u Octavio Paz pasando por el Comandante Prado y �SLa Guerra al Malón⬝ ilustrado pensando en la expansión de los públicos lectores desde los 60.
La Editorial se había transformado en un éxito resonante.
EUDEBA había lanzado en la Feria del Libro en las Galerías Apolo de la Avenida Corrientes entre Uruguay y Talcahuano, la serie de los Contemporáneos que homenajea a los 150 años de la Independencia. Días antes la Editorial festejado, la impresión del libro nº 10.000.000. El éxito rotundo de �SMartín Fierro⬝ de José Hernández ilustrado por Castagnino que ya mencioné antes con 215.000 ejemplares editados.
Sin embargo lo éxitos habían comenzado con la Serie del Siglo y Medio que apareció en 1960 en Conmemoración de la Revolución de Mayo. Estos se vendían en paquetes de cuatro libros, todo muy barato. Luego seguiría la �SColección Cuentistas y pintores⬝ de artistas argentinos del siglo XX, Antonio Berni con El sueño blando escrito por Juan Carlos Dávalos; Raúl Soldi ilustró El potrillo roano de Benito Lynch y Carlos Alonso ilustró Los Mensú, de Horacio Quiroga.
José Boris Spivacow había comenzado la carrera de Ingeniería Civil, que luego abandonó y se dedicó al género matemático recibiéndose de Licenciado en Matemáticas en la Universidad de Buenos Aires en 1944. Pasó a desempeñarse allí como docente pero no dispuesto a aceptar algunas cosas del peronismo en la Universidad entre ellas usar el cintillo negro por Eva Perón, debió renunciar a su puesto.
Daba entonces clases particulares de matemáticas y de castellano a muchos europeos que venían a la Argentina huyendo de la miseria de Europa de posguerra. Así fue que conoció a dos italianos que traían unos pesos y ganas de invertir. Se llamaban Leoni Amati y Daniel Diena. Con ellos se fundó Editorial Abril donde Spivacow colaboraba con trabajos de redacción y corrección, pero de manera independiente. Luego le ofrecerían pasar va planta permanente, donde terminó haciéndose cargo de la sección libros infantiles de la excelente colección de Abril que tuvieron mucha demanda. Cuando finalmente cayó Perón fue convocado por el matemático Manuel Sadosky para integrarse a la Facultad de Ciencias Exactas.
Ya a cargo de EUDEBA con su mirada ancha de lo que un país con sueños y objetivos traduciéndolo en su creación. Una Editorial que convocó a lo mejor de la intelectualidad argentina.
Fue el más genial de los editores en un país que los ha tenido muchos y buenos, con libros al alcance de todos, fenómeno que no se repitió. Lamentablemente
Su etapa concluyo cuando fue intervenida la Universidad y también EUDEBA durante el gobierno del general Juan Carlos Onganía en 1966, Spivacow dejaba 802 títulos nuevos, 281 reediciones, 11.461.033 ejemplares vendidos, una empresa que no daba pérdidas y multitudes que ya sabían que leer era el elemento más valioso de formación y entretenimiento. Fundaría luego otra empresa editorial bastante exitosa, Centro Editor de América Latina donde fue a para la mayoría de sus antiguos colaboradores.
Falleció en Buenos Aires el 16 de julio de 1994. Sin embargo su aguda inteligencia había sido reconocida por su descollante desempeño en el desarrollo cultural argentino, y entre los reconocimientos que pudo recibir en vida estuvo el Premio Sudamericana de Ciencias Sociales en 1989 y el título de Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires.