El título de esta nota corresponde a uno de los apartados del libro del historiador Antonio P. Castro denominado “El Club Progreso y sus antecesores. Aspectos Sociales de Concordia”, editado en 1935.
Esa publicación Castro la realiza, en el marco del 25° aniversario de la fundación de dicho Club y propone: “(dar) a luz estos apuntes, historiando los diversos aspectos sociales que nuestra sociedad ha atravesado durante más de setenta y cinco años” (Castro, 1935; 13).
Menciona el autor que la historia social de Concordia puede separarse en dos períodos: uno antes de la muerte de “los Urquiza”, en 1870, y el otro posterior hasta 1872. En el primero, comenta que la ciudad era una “aldea olvidada y pobre”, cuya población apenas llegaba a 5000 habitantes, integrada por campesinos y comerciantes. En ese momento, no había bibliotecas ni centros sociales y se celebraban pocas fiestas, solo el festejo del 25 de mayo y el 9 de julio que era común en todas las poblaciones de esa época. Solo una vez al año sucedía un gran acontecimiento: el 9 de agosto, día de San Justo. Se conmemoraba el onomástico del General Urquiza, con: fiestas, feriado provincial y homenajes populares.
Antes de la muerte de los Urquiza, relata Castro, en Concordia, el gran baile del 9 de agosto se llevaba a cabo en los “salones” de la Jefatura Política.
La segunda etapa, fue la posterior al 11 de abril de 1870 (asesinato de los Urquiza) hasta la fundación del “Casino Progreso”, se caracterizaba por la inexistencia absoluta de actividades sociales. La situación política hizo que se suprimieran todas las actividades sociales, hasta casi las comerciales. Castro señala que: “este era el triste panorama social de Concordia con anterioridad a la fundación del “Casino Progreso”, que marcó (…) rumbos en nuestra ciudad” (1935; 15).
En agosto de 1870 llegó a la ciudad designado Administrador de Aduana, Olegario V. Andrade. Su arribo constituyó para la sociedad concordiense todo un acontecimiento. Como indica el historiador: “Venía precedido de fama, adquirida en larga actuación periodística y política en Gualeguaychú, donde tuviera destacada intervención” (1935; 15). Andrade, según Castro, tomó la tarea de aunar voluntades y de rehacer la vida social y cultural de Concordia. Tal es así, que en junio de 1871 fundó el periódico “La Libertad”, creo la Biblioteca en marzo de 1872 y llevó adelantes otras iniciativas, en pos de las actividades sociales y culturales, que se cristalizaron más tarde en la fundación del “Casino Progreso”.
En un principio tuvo pocos socios, pero pronto sus fiestas se caracterizaron por “el entusiasmo y la alegría que imperaban en ellas”. El “Casino Progreso” se instaló en la casa de la calle Entre Ríos N° 713, el piano que se utilizaba en los primeros tiempos pertenecía a Andrade, que lo prestaba en todas las oportunidades que se lo solicitaran, pues en esa época era un instrumento musical de lujo, muy caro y que el Casino no estaba en condiciones de adquirir.
¿Conocían esta información del pasado de Concordia?
Acompañamos estas líneas con una imagen del Club Progreso de las primeras décadas de siglo XX, que pertenece a las colecciones del Museo Regional Palacio Arruabarrena.
Nos volvemos a encontrar en una semana para descubrir más historias de Concordia y la región.
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