Por Pablo Sánchez
Escuchaba con emoción esa hermosa canción de Don Atahualpa Yupanqui. A quién no se le cae un lagrimón al escucharla.
Si se estruje el corazón cuando habla a nuestra hermanita del Sur, que no solo sufre el frío tremendo que allí es eterno, sino el que es peor, la frialdad de quienes se la apropiaron y caprichosamente, no la quieren devolver.
Seguí escuchando esa canción que tanto me gusta, y actualizó mi pensamiento que ahora se los transmito:
“La hermanita Malvina no está perdida, ella está en su casa, la tienen secuestrada esos ladrones de “estirpe noble y realeza”, que siempre fueron y no pierden la mala costumbre de ser piratas. Envileciendo así el nombre de su nación, dejando su bandera manchada por la vergüenza de estar enclavada en un territorio que no le pertenece, un territorio robado.
La Hermanita no está perdida, porque la llevamos cada argentino bien nacido en nuestra memoria, en nuestro corazón y en el deseo ferviente de ver flamear nuevamente, la Celeste y Blanca, en su colina más alta.
“Tras un manto de neblina, no las hemos de olvidar,
Las Malvinas Argentinas, clama el viento y ruge el mar”.
A ese clamor de la naturaleza, se une en este tiempo, el clamor de la naciones del mundo, de Instituciones Internacionales que las unen. Que repiten a coro ¡LAS MALVINAS SON ARGENTINAS!. No hay nada más que hablar.
La Malvinas son Argentinas, lo gritamos los argentinos, en nuestras plazas, en nuestras calles, en cada reunión diplomática, porque la razón, la historia y la ley nos avalan. A esta verdad la sellaron con su coraje, su patriotismo y su sangre nuestros jóvenes soldados. Hombres y mujeres que defendieron la soberanía argentina cada vez que estuvo amenazada, por piratas y colonizares extranjeros, desde el comienzo de la historia de nuestra patria.
“MALVINAS ARGENTINAS, HOY TE DECIMOS NO ESTÁS SOLA, TODO EL PUEBLO ARGENTINO TE ABRAZA.
CON EMOCIÓN Y ORGULLO, CON LÁGRIMAS DE ESPERANZA DE RECUPERARTE PRONTO DECIMOS EN EL SILENCIO DE UNA ORACIÓN QUE A VECES SE VUELVE GRITO;
¡LAS MALVINAS ARGENTINAS SON Y SIEMPRE SERÁN ARGENTINAS!
LA SANGRE DERRAMADA EN TU SUELO BENDITO NUNCA SERÁ NEGOCIADA.