En los pacientes oncológicos la desnutrición es una característica común, con una prevalencia entre 15 y 40% en el momento del diagnóstico que, incluso, aumenta hasta un 90% conforme avanza la enfermedad. Se estima que entre un 10 - 20% de los pacientes fallecen no por efectos propios de la enfermedad, sino por las consecuencias de la desnutrición.
Las causas de desnutrición en estos pacientes son múltiples y envuelven diferentes factores. En primer lugar, se destacan las relacionadas al propio tumor tales como la ubicación, la extensión y la liberación de sustancias que alteran el metabolismo. Otras, son las vinculadas a los tratamientos antineoplásicos y sus efectos secundarios, entre los que podemos mencionar las náuseas, los vómitos, la diarrea, la hiporexia, el dolor, entre tantos otros. Además, se encuentran las relacionadas al propio paciente y sus hábitos, factores psicológicos, falta de recursos económicos o las restricciones dietéticas por adhesión a “dietas anticancerígenas”. Y, por último, pero no menos importante, las relacionadas al equipo tratante y a las autoridades sanitarias ya que hay una gran falta de licenciados en nutrición capacitados que formen parte del equipo interdisciplinario debido a la gran subestimación del estado nutricional, así como también retraso en el inicio de intervenciones nutricionales fruto del desconocimiento y/o falta de recursos.
La evidencia científica nos demuestra que la desnutrición impacta negativamente en la calidad de vida de los pacientes, asociándose con la pérdida de peso y músculo, la disminución de la capacidad inmunológica, el mayor riesgo de desarrollar infecciones, el aumento de los efectos tóxicos, la menor respuesta al tratamiento, los peores resultados quirúrgicos, la mayor estancia hospitalaria, el aumento de gastos sanitarios y las menores tasas de supervivencia.
Es por todo ello que la nutrición juega un papel clave y debe ser considerada al mismo nivel que los tratamientos antineoplásicos, puesto que una intervención nutricional temprana, periódica y adecuada durante las diferentes fases del tratamiento es capaz de prevenir y combatir complicaciones de la desnutrición en los pacientes oncológicos con un impacto positivo tanto en la evolución de la enfermedad como en la calidad de vida.
María Guadalupe Barnada - Licenciada en Nutrición- MP CONUER Nº116- Concordia- Entre Ríos
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