-Hace unos años, invitado por su director, di una charla en una escuela secundaria, a profesores y alumnos, en el marco de la llamada “Semana de la Memoria”.
-El docente que me presentara se refirió a la fecha recordada: 24 de marzo de 1976, golpe cívico-militar. Según el esbozo de su discurso por entonces, la República Argentina vivía en una democracia ideal, tipo Suiza. De pronto aparecieron unos militares, que parece venían de otro planeta. Se apoderaron del gobierno, establecieron una dictadura feroz, e hicieron desaparecer treinta mil personas inermes.
VERDAD PARCIAL O VERDAD COMPLETA
Esa versión de la historia reciente muestra algunos elementos de verdad.
Pero no es toda la verdad.
Y no permite sobre todo a la gente joven entender las causas profundas de por qué la Argentina llegó a esa situación límite.
Por empezar, antecedentes inmediatos de la política del siglo 20, en especial desde 1930: golpes militares; falseamiento de la democracia, fraude electoral de los conservadores; política hegemónica y autoritaria del primer peronismo; proscripciones y prohibiciones; gobiernos constitucionales débiles frente al poder militar, violencia institucional. Hay que desmitificar, sin embargo, ciertos conceptos que se tienen sobre este oscuro período de la Historia (1976/1983) que se conoce como el “Proceso de Reorganización Nacional”. Y sin embargo, se repiten machaconamente cada vez que llega un aniversario del 24 de marzo, en consonancia con el relato, instalado como verdad revelada, especialmente desde 2003. Y al que no cabe cuestionar, so pena de ser considerado “políticamente incorrecto”. O algo peor, cómplice de represores, genocidas, negador, y varios etcéteras. Uno de ellos es la irrupción de los militares interrumpiendo un gobierno constitucional “democrático”.
SOBRE EL TERRORISMO
-Para entenderlo en su integralidad, hay que hablar del fenómeno terrorista guerrillero -Montoneros y ERP- empezado de muchos años antes: en 1970, con el secuestro y asesinato del ex presidente y general Pedro E. Aramburu.
-Se calcula que entre asesinatos individuales, secuestros, colocación de bombas ataques a cuarteles y comisarías, etc, protagonizados por los violentos contestatarios, hubo en la década de los setenta más de veinte mil atentados.
-En cuanto al terrorismo “de Estado”, comenzó a practicarse en el gobierno de Perón, tomó auge en el de Isabel Perón y López Rega –Triple A, Comando de Organización, “Libertadores de América”.
-El gobierno militar implantado en marzo de 1976 emprolijó, profundizó y agravó los métodos represivos ya empezados antes.
¿LUCHA CONTRA LA SUBVERSIÓN?
-Una de las falacias invocadas por los golpistas era que su objetivo principal era la lucha contra la “subversión”.
La “subversión”, entendiendo por tal las organizaciones guerrilleras violentas, había sufrido, tanto por la represión estatal y para estatal, pero más que nada por el aislamiento de la población, duros golpes y mermado enormemente su capacidad de fuego a principios de 1976. Estaban en condiciones de producir atentados individuales, no una acción militar de importancia, por ejemplo tomar un cuartel. Años después, el propio general Videla habría de, admitir que los objetivos del golpe del 76 eran mucho más ambiciosos: “Nuestro objetivo era disciplinar a una sociedad anarquizada, volverla a sus principios, a sus cauces naturales. Con respecto al peronismo, salir de una visión populista, demagógica; con relación a la economía, ir a una economía liberal. Un nuevo modelo económico, un cambio bastante radical. Queríamos tambien disciplinar al sindicalismo y al capitalismo prebendario”. (Declaraciones al periodista Ceferino Reato, libro “Disposición Final”, pág. 15)
-Para ello, dice Videla, era necesario eliminar entre cinco y diez mil personas.
-Lo que no se podía hacer abiertamente, ni siquiera mediante procesos sumarios.
- De ahí el procedimiento ideado en altas esferas de “noche y niebla”: secuestrar clandestinamente a las personas, conducirlas a lugares de detención secretos, torturarlas para sacarles información, y, en su gran mayoría eliminarlas, haciendo desaparecer el cadáver.
Así surgió el término “desaparecido”, que para nuestra vergüenza se utiliza en el mundo como sinónimo de “muerte argentina”.
LOS DESAPARECIDOS
-¿Cuál fue el número real de personas desaparecidas?
Es este un tema tabú que no se puede discutir, a riesgo de ser tildado de “negacionista”, “políticamente incorrecto” u otros epítetos peores. En la Provincia de Buenos Aires se llegó a dictar una ley estableciendo la obligatoriedad de imprimir en todos los documentos públicos “30.000 desaparecidos”.
En su libro “Historia íntima de los Derechos Humanos en Argentina”, Graciela Fernández Meijide, secretaria de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP), creada por el gobierno de Alfonsín, señala que fueron 7.380 casos denunciados, a los que se sumaron otras denuncias formalizadas ante otros organismos, nacionales y extranjeros hasta totalizar el número de 8 960.
(FERNÁNDEZ MEIJIDE Graciela; “Historia Íntima de los Derechos Humanos en Argentina”, Ed. Sudamericana, pág. 124).
Es interesante consignar que entre el 25 de mayo y 31 de diciembre de 1973- gobiernos de Cámpora, Lastiri y Perón- se contabilizan 19 personas desaparecidas.
En 1974 –gobiernos de Perón e Isabel Perón- 50 desapariciones.
En 1975 -Isabel Perón y López Rega- 359 desaparecidos.
En los tres primeros meses de 1976: 549.
La Secretaría de Derechos Humanos sumaba en enero de 2006, 7.954 denuncias de desapariciones.
De las cuales, como se aprecia, cerca de un millar corresponden a los tres años anteriores a la toma directa del gobierno por las Fuerzas Armadas. En la Costanera Porteña se ha erigido un muro en homenaje a las víctimas del “Terrorismo de Estado”, que contiene 8.875 nombres. Pero el listado menciona el período comprendido entre 1969 y 1983, es decir, un lapso mucho mayor que el de la dictadura (1976/83).
Aparecen en dicha lista nombres que difícilmente puedan considerarse víctimas del terrorismo de Estado, como por ejemplo, los atacantes del cuartel de Formosa, en octubre de 1975.
A estos se los menciona como “caídos en combate” (no así a los pobres soldaditos que cayeron víctimas de este ataque alevoso, antes de la dictadura, aclaremos).
¿De dónde sale la cifra, tan repetida y remanida de “30.000 desaparecidos”?
Fernández Meijide sugiere que fue creada en Europa por los refugiados políticos, entre otros por el exsecretario de Derechos Humanos del gobierno de Néstor Kirchner, Dr. Eduardo Luis Duhalde, para provocar un impacto mayor en la opinión pública internacional y en gobiernos extranjeros. Menciona la Sra. Fernández Meijide que, curiosamente, Duhalde no quería que se usara la consigna “aparición con vida”, para reclamar por los desaparecidos. Porque si se admitía la posibilidad de que hubiera prisioneros con vida en las cárceles clandestinas “no lográbamos el mismo eco que si denunciábamos un genocidio”.
TERROR EN LA SOCIEDAD
-Se habla del “terror”, como método implantado por la Dictadura en la sociedad: es relativo, los que vivimos esos tiempos, pudimos ver que buena parte de la sociedad civil aceptó con pasividad, indiferencia y hasta complacencia la toma del poder por las Fuerzas Armadas.
-Mirando para otro lado y no queriendo enterarse de las evidentes atrocidades que se cometían. -Eso, en general, y salvo contadas y honrosas excepciones, puede abarcar a la mayor parte de la dirigencia política del momento, a las organizaciones empresarias y sindicales, al periodismo y a la Iglesia Católica.
¿MODELO “NEO LIBERAL”?
-Se dice y repite que el golpe del 76 formó parte de un plan tendiente a imponer un modelo neo-liberal y desindustrializador, en consonancia con la “Escuela de Chicago”, etc.
-Sin embargo, un estudio de la política económica de la dictadura, muestra todo lo contrario: cuando fui diputado me tocó formar parte de una Comisión que estudiaba una de las mayores estatizaciones de la historia argentina –rodeada de todo un cúmulo de irregularidades- la de la Compañía Italo Argentina de Electricidad, una empresa Italo-suiza que pasó al Estado argentino, en la que intervino el ministro Martínez de Hoz, por una suma cuyo monto nunca se conoció bien pero debe rondar los 300 millones de dólares. A su vez se estatizó la empresa aeronáutica Austral,-otro negociado.
-Un breve repaso indica que al asumir el binomio Videla-Martínez de Hoz, existían cerca de 900 empresas del Estado.
Martínez de Hoz no privatizó prácticamente ninguna.
Dice el informe de una consultora:
“Continuaron e incluso se profundizaron los subsidios estatales, los sobreprecios en las licitaciones y contrataciones públicas , las exenciones impositivas, las obras publicas de gran envergadura los regímenes de promoción industrial y los proyectos mixtos de inversión en sectores específicos como industria automotriz, siderúrgica, petroquímica, papelera entre otras políticas netamente intervencionistas que estaban lejos del discurso de achicar el Estado” (Hernan Fair Analisis socio político de las políticas económicas del periodo 1976/89, public en DRd Desenvolvimiento Regional en Debate (dialet.unirioja.es)
-A diferencia de otros gobiernos de facto anteriores, en esta oportunidad las tres fuerzas armadas se repartieron, más o menos proporcionalmente, los distintos espacios de poder.
-Militares, marinos y aeronautas fueron colocados al frente de organismos y empresas estatales, que manejaban como feudos propios (por ejemplo Fabricaciones Militares en el caso de Ejército; astilleros en el de Marina, aeropuertos en el caso de Fuerza Aérea).
-Obviamente, invocando plausibles razones de “defensa nacional” “interés estratégico” y otras similares, no querían, ni permitirían por nada del mundo, su eventual traspaso a manos privadas.
-Por último no hay que olvidarse de la gigantesca transferencia de recursos hacia el sector financiero ni, de la “estatización” de la deuda privada en los últimos tiempos del “Proceso”.
-Es muy difícil seguir sosteniendo que se trataba de aplicar un “modelo neoliberal”.
EL GOLPE Y EL “IMPERIALISMO”
-Otra falacia es afirmar que el golpe del 76 respondió a una estrategia o política “imperialista”.
-Se han desclasificado informes de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos, así como de la propia embajada norteamericana en Buenos Aires que demuestran que, a principios de 1976, ese país no veía con buenos ojos golpes de estado en América Latina.
-Estaba todavía fresco el antecedente del golpe de estado en Chile -1973-, con la complicidad evidente de la CIA, y las consecuencias negativas en la opinión norteamericana. (Ver la famosa película “Missing” -Desaparecido, de Costa Gavras).
-Los difusores de la teoría del “golpe proimperialista”, se muestran en figurillas cuando se les recuerda que el mayor obstáculo de los militares en su política represiva fue la campaña en defensa de los Derechos Humanos que llevó a cabo el presidente norteamericano James Carter.
-En todos los foros mundiales en que se planteaba el tema de los Derechos Humanos, las condenas a la dictadura argentina venían del gobierno de Carter o de las social-democracias europeas.
-Paradójicamente, por lo común Cuba la URSS y los países de la órbita soviética o votaban en contra o se abstenían.
--También les resulta difícil de explicar a los que siguen con la muletilla de la “dictadura proimperialista”, que esa dictadura terminó su trágico periplo declarando la guerra al Imperio Británico, la OTAN y, casi, a los Estados Unidos…
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