Jeff Bezos, el hombre más rico del planeta, concretó este martes el sueño de tripular su propia nave espacial y el mundo tuvo un pequeño adelanto de lo que podría convertirse en la nueva diversión de multimillonarios: flotar algunos minutos mirando la Tierra desde lo alto.
Durante poco más de diez minutos, el empresario estadounidense y los otros tres tripulantes -su hermano Mark, una aviadora de 82 años y un joven de 18-, cruzaron el límite de Karman, una frontera imaginaria que separa la atmósfera terrestre y el espacio exterior a bordo de la nave reutilizable, la New Shepard.